Hacía mucho que no tocaba el piano. Por falta de tiempo. No, que - TopicsExpress



          

Hacía mucho que no tocaba el piano. Por falta de tiempo. No, que siempre hay tiempo para el arte. Porque había perdido habilidad. No, que esas cosas no se olvidan. O porque tocar la inundaba de momentos tristes, que ni ella misma recordaba haber vivido. O no sabía, pero ya no lo tocaba. Hasta aquella tarde. Barcelona se hacía tan pequeña bajo la noche, y a ella le temblaban tanto las manos bajo la luz cálida del comedor. Suspiró contra la partitura. Luego cerró los ojos, porque la llevaba escrita con fuego en la memoria. En la piel, en los dedos. En la mirada, en el alma. En la sangre. Así había sido siempre. - Suena una música que no se oye... - susurró. Tus ojos se prestan cada vez más grandes, y te hablo apabullada, sin pronunciar bien, sin poner atención a lo que digo, de la primera flor que, a través de mis pupilas, plantas en mi cerebro. Todos oyen, sólo tú escuchas. Y la música sigue sonando como suenan tus pestañas o tus tobillos o tu cintura escalada a la máxima potencia. El suelo cruje. El cielo cruje. Yo crujo, ahora mismo. Y todo tiembla. - Suena una música que no es para los oídos... -volvió a susurrar. Y lloraba. No sabía por qué, pero lo hacía. Lloraba con una sonrisa. Lloraba por los colores del atardecer, que se diluían entre el poderío de la noche. Lloraba por el tiempo, que siempre se quedaba solo, viendo como los demás se iban muriendo. O tal vez lloraba porque la invadía algún momento triste, que ni ella misma recordaba haber vivido. No sabía, pero lloraba. - Suena una música que, según dices, enciende mares.
Posted on: Sun, 20 Oct 2013 01:45:20 +0000

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