Historieta económica: Cada mañana cuando voy a la universidad - TopicsExpress



          

Historieta económica: Cada mañana cuando voy a la universidad tengo que cruzar media diagonal con mi motocicleta, y no puedo evitar pensar sobre lo caótica que puede llegar a ser la circulación a esa hora. Me explicaré, a las 8:00 a.m al igual que yo, miles de personas se desplazan cada día para cumplir con sus obligaciones, ya sea para acudir a sus respectivos puestos de trabajo o para acompañar a sus hijos al colegio. Por consiguiente el volumen de automóviles que ha de absorber la Diagonal es considerable. Este flujo es necesario para iniciar la actividad laboral cotidiana. Ahora bien, este se ve entorpecido por otra variable que influye notablemente en el tráfico. Me refiero a los autobuses de (TMB), autocares, autocares de línea, camiones y camionetas y como no, a nuestros queridísimos taxis. No he podido evitar reflexionar sobre su comportamiento egoísta y poco práctico para el conjunto de los conductores que desean al igual que ellos, llegar a buen puerto para coger el barco a tiempo. Teniendo en cuenta que tienen un carril habilitado exclusivamente para ellos, no puedo llegar a comprender porque motivo han de invadir continuamente el carril adjunto cada vez que un autobús realiza una parada, pudiendo llegar a ser surrealista, ya que el caos generado por el "tonto el último" o un "sálvese quien pueda" no solo impide el flujo continuado y ordenado del tráfico sino que, además incrementa el riesgo de siniestros y pone en peligro la vida de muchos motoristas. Su conducta individual es completamente comprensible, el conductor de TMB no quiere demorarse ya que en su mano está que los usuarios lleguen a tiempo a sus trabajos, así como tampoco quiere poner en duda la eficiencia del transporte público porque ello pondría en peligro su puesto de trabajo. Los taxistas en cambio, compiten entre ellos para captar el mayor número de carreras, y así finalizar el día con los bolsillos llenos. Ahora bien, la cuestión va mucho mas allá de lo que puede aparentar. ¿Por qué lo hacen?, pues porque les está permitido. No hay ninguna norma en el código de circulación que se lo impida. Todo esto, como estudiante de economía me lleva a pensar más allá. Resulta que la crisis financiera actual se ha producido principalmente por una falta de regulación del sector financiero, o mejor dicho por una desregulación que se fundamenta en la ideología de los economistas neoclásicos, fervorosos defensores del libre mercado. El sector financiero es un sector estratégico clave para la buena marcha de la economía, su función es captar los capitales ociosos de los ahorradores para financiar actividades productivas a cambio de un tipo de interés, ya sea fijo o variable, en función de los riesgos que quiera asumir el inversor. Cómo es lógico, la conducta individual del inversor (conductor de TMB o taxista) será maximizar la rentabilidad de su dinero, y por consiguiente lo invertirá en aquellas actividades que considere mas atractivas. ¿Qué sucedió con la burbuja inmobiliaria de EE.UU y España? Se liberó un sector que no produce riqueza, sino que más bien depende de la riqueza, es decir de los tipos de interés y de la renta esperada. Esto es así porque percibimos los inmuebles como una forma de inversión cuando en realidad, son bienes de consumo "muy" duraderos. En un momento en que la economía marchaba bien,en un contexto de tipos próximos a cero, la afluencia de capitales se fue hacia el sector inmobiliario, mucho más fiable que la renta variable y también mas atractiva que la renta fija. Con la prima de riesgo por los suelos, era una locura no sumarse a la fiesta. Este conjunto de hechos hinchó todos los activos, los individuos empezaron a comportarse de forma irracional movidos por la fiebre inversora. La sensación de riqueza era tal que, la teoría de la renta permanente empezó a zozobrar, y los individuos empezaron a comportarse como si el "boom" fuera a perdurar para siempre. Era muy fácil endeudarse por lo que era un "chollo" comprarse una casa, el coste de oportunidad de arrendarla era demasiado alto. Hacerse rico se convirtió en un negocio redondo, los constructores financiaban su actividad a un bajísimo coste y además sacaban una buena tajada, los bancos se enzarzaron en una pelea para desplumar al recién descubierto nicho de mercado rellenando sus balances de pasivos que mas adelante resultarían incobrables. La estratégia era la siguiente, conceder hipotecas a los "NINJA", con un alto riesgo de morosidad para que con un activo en constante revalorización pudieran hacer frente a su deuda, que era engordada con unos créditos al consumo cargados por unos típos altísimos. El pastel estaba servido. El detonante fue cuando los financieros vieron en este negocio un potencial inimaginable. La idea era vender los derechos de cobro sobre las hipotecas debidamente descontados. Lo gracioso es que ni los financieros sabían muy bien lo que estaban haciendo, lo que condujo a que las agencias de calificación o agencias de rating no percibieran riesgo de morosidad alguno. Cuando la Reserva Federal subió los tipos para evitar un sobrecalentamiento de la economía, ya era demasiado tarde. Los "NINJA" entonces, no pudieron hacer frente su deuda. Los bancos empezaron a convertir sus pasivos en activos, que no dejaron de desincharse. Pues comprar una casa ya no era una ganga, aunque bajaran los precios, la subida de los tipos hacía mas difícil endeudarse. Los que si podían pagar sus hipotecas dejaron de hacerlo, porque al caer los precios de sus activos, no les salía a cuenta pagar una deuda superior a su valor. Así el pánico estalló, algunos de los no bancos que se dedicaban a estas actividades quebraron, la Reserva Federal tubo que inyectar muchos millones a otros, los ahorradores que tenían sus ahorros en activos tóxicos, perdieron casi todo su dinero y los bancos dejaron de prestarse dinero los unos a los otros por temor a que el vecino tuviera un agujero superior al suyo y por consiguiente su quiebra imposibilitara su cobro. La desconfianza que ha generado esta situación, ha deprimido tanto el consumo privado como el público, la actividad económica se ha contraído al igual que los ingresos del Estado. El rátio de deuda pública sobre el PIB se ha disparado y con ella la prima de riesgo, sin olvidarnos el desempleo que empieza a ser preocupante. Por mucho que los tipos de interés vuelvan a ser cercanos a cero, ¿quién va a aventurarse para iniciar una actividad productiva con semejante panorama?. Todo esto me lleva a concluir que hay muchos otros factores que influyen en el supuesto comportamiento "racional" de los individuos. Al igual que en la historia explicada al principio, el comportamiento lógico y racional muchas veces "egoista" de cada individuo va en contra del bien común, ya que el objetivo de llegar a buen puerto, es el mismo para todos. Por lo tanto falta un organismo regulador que mediante un código (DGT), intervenga regulando y protegiendo a aquellos que están más expuestos a caer en los excesos del mercado, comprometiendo así la buena circulación de los flujos financieros. Aleix Morera Joaniquet
Posted on: Sat, 28 Sep 2013 23:32:59 +0000

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