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Hola! Continuemos con el.... Capítulo 6 Las palabras danzaban en su mente. “Ustedes son parte fundamental para la liberación de este mundo.” “Estaba previsto que ustedes nacieran para salvar a la Humanidad.” Podía ver a su padre que le devolvía una mirada de tristeza. “Hijo, me has decepcionado.” “¿Porqué debemos vivir como los demás desean? ¡Simplemente no lo entiendo!” Se detuvo exhausto apoyándose contra un árbol, su pecho brillaba intermitentemente, sabía que debía rescatarla pero la angustia lo dominaba, ya no estaban bajo la tutela de su padre, ahora todo debía correr bajo su responsabilidad. Corrió otro poco más al escuchar que Guell se acercaba, deteniéndose en las cercanías del pueblo. El día estaba muy claro lo cual no era conveniente mas cada segundo que perdía era oro. Guell lo alcanzó jadeante seguido por las hadas. --- ¿Cuál es el… el plan? --- Obviamente rescatarla. ¡Ahí veo a ese grupo, se dirigen a la Orbe! --- ¿Piensa atacarlos antes que lleguen a su destino, cierto? ¿No ha pensado que si destruyen la Orbe no sólo su hermana quedará libre si no el pueblo entero? --- ¡No voy a hacer lo que planean, Slancer! Sólo sé que debo recatarla y eso será todo. --- Aún así, póngase su uniforme, alteza, lo necesitará… --- ¡Quita eso de mí, por favor! Sin más se adelantó seguido por Guell. No bien hubieron recorrido unos metros cuando perdieron al grupo, había tantos Chrobits que era imposible saber cuál era el que buscaba. Y para peor inmediatamente fueron perseguidos e inició de nuevo la riña, Guell lanzaba voltios que destrozaban a las máquinas y pronto se podía ver una cantidad de pedazos metálicos dejados de lado. Por su parte el príncipe únicamente agitaba la espada hallando dificultad para derrumbarlos, parecía como si la espada no tuviera filo. --- ¡Maldita sea, ese Dimbo me ha dado la espada sin afilar! --- ¡¡Shirogasaki, cuidado atrás!!--- Guell se interpuso entre él y un Chrobit que estaba a punto de atravesarlo con sus garras metálicas y filosas rodeándolo con su escudo eléctrico. --- ¡No me ayudes, puedo hacerlo solo! --- ¡No seas así! Somos amigos, ¿no? Varias garras metálicas arremetían contra el escudo electrocutándose, hasta que el príncipe se separó tras lograr destazar a uno y se metía dentro el mar de garras y cables, su furia se transformaba en miedo de perder lo que había jurado proteger. “¡Claro, eso yo se lo prometí a papá sin saber muy bien el significado de todo esto! ¡No puedo arrepentirme ahora!” De pronto tropezó con un pedazo de Chrobit lo cual aprovechó su atacante para agarrarlo entre sus cables y lanzarlo contra el suelo, resbalándose y raspándose, Guell palideció al verlo y con dificultad se acercó. --- ¿Estás bien? El otro con problemas se sentó, sintiendo su brazo entumecido y se acurrucó, su brillo verde evidenció su sentir. --- ¡¿Hermana, dónde estás?!--- Su brillo se convirtió en un haz luminoso que se alargaba por el lado contrario donde a lo lejos un grupo se adentraba a la Orbe, antes de levantarse llamó a Slancer que le entregó la túnica. Al principio el rubio dudó antes de ponérsela, hallándola muy cómoda y a su estilo. --- Una cosa antes de irse, alteza: el mecanismo para activar el verdadero poder de su espada se halla en su corazón. Para cuando llegaron escondiéndose tras los edificios ya era tarde: podían ver claramente cómo ese grupo se internaba en la Orbe con su presa. --- No desesperes, amigo. Puedo decirte algo que he averiguado las veces que venía al pueblo a robar comida: para transformar a una persona en Chrobit ellos necesitan que su víctima permanezca allí dentro un día entero. --- ¿En serio? Un carraspeo los sacó de sus pensamientos, una anciana los observaba desde su ventana y les sonreía bondadosamente. --- ¿Van a rescatar a esa muchacha? Pues es necesario que sepan esto, jóvenes: las transformaciones de los Chrobits están fallando últimamente, debe ser por este clima tan cambiante. --- ¿Usted cómo lo sabe, señora? --- A mí me iban a robotizar, pero pude salir con vida hace una semana, ¡Vieran qué miedo! Pero al estar dentro su maquinaria comenzó a fallar y no me pudieron transformar en uno de ellos, gracias a dios. Y vi lo que les debilita: una sobrecarga de su propia energía.--- Fue lo último que dijo antes de desaparecer tras la puerta de su ventana, el pelirrojo rió suavemente. --- ¡Genial, entonces ya sabemos lo que hay que hacer! --- No será sencillo, hay que elaborar un plan. El rubio se concentró pensando únicamente en ella y su pecho volvió a brillar suavemente, con los ojos cerrados pudo verla aún inconsciente y sentada en algo parecido a una silla eléctrica, varios grilletes inmovilizaban sus pies y brazos. Rodeándola varios Chrobits preparaban sus garras tecleando en una especie de teclado, otros más se “conectaban” a la silla. Dentro era un mar de cables y maquinarias desconocidas para él hasta que su vista se desvió a lo alto donde una especie de lámpara inmensa iluminaba el lugar, de allí emanaban pequeños rayos que suplían de alimento a la estructura. Cuando abrió los ojos su mirada evidenciaba lo preparado que estaba para seguir adelante. --- Bien, Guell, este es el plan… Agarraron el mejor de los “cadáveres” de un Chrobit ya destruido y con seguridad se adentraban en la Orbe. No podían creer lo fácil que resultó con su disfraz burlar su vigilancia, ¡ya estaban dentro! En su silla ella despertaba lentamente y se sobresaltó al saber dónde estaba, se movía con violencia intentando soltarse y llamaba el nombre de su hermano causando la conmoción del rubio. Su reacción levantó sospechas y de nuevo las máquinas arremetieron contra los enemigos que demostraron ser oponentes difíciles de dominar. Desde su asiento ella observaba cómo ambos trabajaban en equipo logrando destruirlos a casi todos y los vitoreaba, cuando comenzó a sentir un agudo dolor como si la electrocutasen por detrás: uno de ellos estaba dispuesto a llevarse lo mejor de ella. El príncipe reaccionó con furia saltó y su pecho brilló intensamente y mientras agitaba la espada, esta pareció absorber el brillo que rebotó con una fuerza nunca vista, ¡el Chrobit fue a parar a unos metros explotando al instante! Mientras el pelirrojo ya estaba frente a ella liberándola con su espada y se la llevaba en sus brazos. --- ¡Ya me la llevo, tú termina el trabajo, amigo! --- ¿Qué? ¡Espera, Guell, se suponía que tú debías hacerlo…! Al ver que se alejaba con velocidad con ella gruñó y de mal humor destruía con más ahínco, cuando tuvo la oportunidad lanzó su recién aprendido ataque contra esa inmensa lámpara sabiendo que estallaría la estructura por lo que era tiempo de correr. Casi no tuvo tiempo de salir cuando la Orbe voló en pedazos, su estructura desapareció tras esa enorme cortina de polvo y humo que no desapareció en mucho tiempo. A continuación los Chrobits restantes parecieron experimentar una parálisis general y sufriendo un cortocircuito se dejaban caer inertes, en todas las callejuelas se veía cómo esas máquinas una vez imbatibles ahora morían como si fueran de papel. Las personas en sus casas no podían creer lo que veían y con timidez salían observando tal acontecimiento. Como aquella vez hace 4 años volvían a sentir esa dejada ilusión, pero estaban seguros que esta vez el sentimiento llegó para quedarse y al ver a sus héroes que se reunieron en el mismo lugar que antes vitorearon exclamando con alegría el enorme agradecimiento. Y nuevamente las fiestas regresaron, sin la Orbe no había que temer por una nueva invasión. Sí, Slond había sido salvada al fin, el primer pueblo liberado. Yuuhi con emoción abrazó a sus salvadores besándolos en la mejilla, el pelirrojo ruborizado intentó besarla en los labios recibiendo una bofetada por parte de su amigo. Algunas personas se reunieron alrededor del monte de chatarra donde se agruparon las piezas de los Chrobits y varios niños jugaban con ellas, al rato el pelirrojo se unió a ellos quienes hallaron muy grata su participación. Y de esta forma la vida en el pueblo resurgió y en las semanas siguientes se podía notar un cambio paulatino: De nuevo los negocios reabrían sus puertas, las escuelas reanudaron sus lecciones y la gente caminaba con seguridad. En el centro mismo del pueblo montaron un monumento que entre todos construyeron en honor a Los Miembros de la Familia Zang, importante título que estaban seguros se oiría por todas partes trayendo ilusiones y alegría. Y el compromiso no se limitaba únicamente a la protección: entre todos se ayudaban mutuamente para intentar regresar a lo que una vez fueron, de nuevo se veía un aumento de personas gracias a las clonaderas, pero estas necesitaban recursos para funcionar, ¿y cómo lo lograron? La nueva arma de Guell resultó ser de más utilidad de la que se creía: gracias a su infinito potencial eléctrico pudo ser usada para reabastecer de energía casa por casa, pronto el pueblo entero gozaría de nuevo de poseer luz propia. Y gracias a ese nuevo hallazgo el pelirrojo halló su vocación: durante su largo encierro en el templo aparte de entrenar, se la pasaba nutriéndose de información gracias a la enorme cantidad de libros que poseía aquella librería y su materia favorita sin duda era la mecánica, con todo ese conocimiento aprendido lo puso a prueba y halló las piezas de los Chrobits muy útiles para crear distintos electrodomésticos y estaba en elaboración un taller de mecánica y electrónica siempre a disposición de las personas. Por otra parte Yuuhi con su amplio conocimiento en psicología fue de mucha ayuda para las personas contar con un paño de lágrimas y con la ayuda de otras mujeres estaba en proceso de fundar su propia sala psicológica. El único que no tenía muy claro sus cualidades era el príncipe y la mayoría del tiempo se la pasaba de vago recorriendo las calles siempre ofreciendo su mano a quien más lo necesitara o simplemente entrenaba para mantenerse en forma. Todo ese heroísmo no había quedado desapercibido en la juventud femenina: las muchachas del pueblo muchas veces se acercaban al taller del pelirrojo sólo para verlo reparando un auto o construyendo algún que otro aparato. Por supuesto que él daba lo mejor de sí para atraer la mayor cantidad de suspiros, razón por la cual generalmente se quitaba la camisa simulando sentir calor. Por otra parte el príncipe debía mantenerse siempre en alerta, razón por la cual casi nunca se separaba de su hermana al notar que su belleza era la más resaltante para los varones. Sin embargo toda esa vigilancia a veces era motivo de peleas por parte de ambos, ella no podía soportar esos celos exagerados. Otra razón por la cual debía mantenerse en contante vigilancia era para sí mismo: en cuanto bajaba la guardia podía notar grupos de admiradoras que morían por un beso suyo y eran capaces de perseguirlo por doquier. Una vez logró deshacerse de su tropel de hormonas enamoradas perdiéndolas desapareciendo tras un pasadizo algo estrecho, hasta que unos sonidos a lo lejos le llamaron bastante la atención y con dificultad se acercaba al otro extremo donde estaba el garaje del taller y pensó pasar el tiempo con su amigo, a lo mejor podía aprender algo nuevo. Sin embargo los sonidillos parecieron aumentar a medida que lo guiaban a una puerta de una habitación usada como bodega y tras un pequeño agujero se atrevió a husmear: no era otro que el mismo Guell matizando con una muchacha, de seguro una de sus tantas admiradoras. Ante tal espectáculo el príncipe no podía evitar sentirse contrariado y anonadado, sabía que su amigo era un seductor, pero jamás imaginó algo así. Con lentitud se alejó tras escuchar que pronto terminarían. La chica salió por otro lado del taller, aparentando que nada había pasado y al rato él también se hizo presente fingiendo sorpresa al verlo. --- ¡Hey, amigo! ¿Buscas chamba? --- Eh… No, la verdad que… estoy aburrido. El otro suspiró suavemente y regresó al auto que estaba reparando, de cuando en cuando lo miraba de reojo hasta que luego de un rato pidiéndole el martillo aprovechó para hablar con él. --- Ya dime para qué has venido, no es tu costumbre venir a visitarme. --- ¿Tiene algo de malo? --- No me engañas, eres demasiado honesto, tienes algo que preguntarme, ¿verdad? --- ¡No, qué va! --- Lo bueno de los Portadores es que no pueden mentir…--- Le señaló su pecho, que justo brillaba de un rosado suave, el príncipe se ruborizó, por primera vez lo vio actuar nervioso y desvariando. Tuvieron una pequeña discusión, hasta que su curiosidad no pudo ser detenida por mucho tiempo más: --- Te he visto…. Con esa chica… ¿Porqué lo… hiciste….? Es decir… Bueno, lo-lo que quiero saber es… --- ¡Quieres conocer! ¡Lo sabía, mi amigo!--- Entre risas lo rodeó con un brazo--- ¿Qué deseas preguntarme? Por su mirada podía evidenciar su apertura de mente, antes de hablar tragó saliva evitando contacto físico. --- ¿Esta… fue tu primera vez? --- Nop. --- ¡¿Cuándo iniciaste…?! --- Hace tres días, no hay nada mejor que eso. --- Y… ¿Co-cómo se siente? --- ¡El mejor placer del mundo! ¿Por qué me miras así? --- Me sorprendes. --- ¿Y tú cuando te dignarás a complacer a algunas de tus admiradoras? --- ¡¿Yo?! La- la verdad… No lo he pensado… Honestamente, quiero hacerlo con alguien de quien me enamore, además tenemos mucha responsabilidad restaurando este pueblo y aún me siento mal por la pérdida de papá. --- Me parece bien. ¿Quieres un consejo de mi parte? Cuando te decidas a acostarte con una mujer, asegúrate que ambos sientan placer, por algo es un mágico momento que se disfruta con esa mujer que ames. ¡Lo mejor de esta época en que la humanidad es infértil es que no tenemos que lidiar con un embarazo! --- ¿Embarazo? He leído una vez sobre eso… --- Fue un enorme problema durante el siglo veinte, hasta que debido al SIDA quedamos completamente infértiles como castigo por tanta sobrepoblación. Sin darse cuenta terminaron trabajando juntos en el taller conversando sobre distintos temas, ambos sabían era la primera vez que conversaban honestamente. A pesar que pasaron 4 años encerrados en aquel templo el rubio había creado una coraza manteniéndolo aislado, poco apoco aprendía a abrirse y socializaba con las personas hallando muy placentero el intercambiar opiniones diversas y nutrir su punto de vista, a tal grado que se la pasaba el día entero recorriendo el pueblo en busca de alguien con quien conversar. Las noches era el momento más atrayente de Slond: se había logrado gracias a la energía eléctrica otorgada por Guell que se iluminara de hermosas luches de distintos colores y en cada cuadra se podían ver los postes bien cuidados, todos estaban dispuestos a que la suya fuera la ciudadela más hermosa de todas. De pronto toda esa tranquilidad y alegría era levemente interrumpida por el suave y lejano sonido de una flauta, aquellas dulces y melancólicas notas parecían esparcirse por todo el pueblo y muchas personas se detenían tan solo a escuchar, durante una hora ese dulce canto los envolvía y era capaz de detener la labor de muchas personas. Tales hermosas notas provenían del parque central, donde sentado en lo alto de un árbol el príncipe tocaba la flauta que una vez le perteneció a su padre. Los que se reunían sólo para escucharlo de cerca de pronto advertían un suave brillo verde proveniente de su pecho, pero nadie sospecharía que el responsable de dar vida a ese instrumento cargaba con un enorme peso. De pronto callaba de golpe en media canción y poco a poco las personas retornaban a sus quehaceres habituales. Al verse completamente solo de un salto se bajó para ver a su hermana que expresaba el mismo sentir, al unirse en un tierno abrazo sus luces se unían brillando con más intensidad. “Padre, ¿por qué nos has dejado de esa forma?” Al rato regresaron a la casa que construyeron justo para ellos cerca del parque, Guell los recibió con sus pullas habituales, se notaba que no hacía mucho tiempo que regresó de su taller, aún no se había cambiado su blusa sucia, luego disfrutaron de una deliciosa comida, cabe destacar que durante su encierro todos aprendieron a cocinar distintos platillos y uno de los únicos libros que recuperaron de las ruinas del templo era un antiguo recetario. --- ¿Dónde están Slancer y Dimbo?--- Aquella pregunta elaborada por ella fue tomada por sorpresa por el pelirrojo quien tardó en responder. --- No los he visto en todo el día…--- Se levantó con la angustia y los llamaba por todo el pueblo, al ver que no obtenía respuesta permaneció detenido. Ella le tocó el hombro intentando reconfortarlo sobresaltándose al verlo gimotear. --- ¿Puedes… creer que… se hayan… ido sin despedirse…? --- No, no lo creo, no es su forma de actuar, ya verás que regresarán. --- ¿Acaso has olvidado que nos han dicho que su tiempo aquí estaba por terminar? ¡¿Y si es eso…?! --- ¡No digas tonterías! Además dijeron que no podían marcharse sin antes sernos de verdadera ayuda. Ya verás, pronto estarán contigo. Eso no sirvió de mucho, pero aún así tras un suspiro se empeñó para regresar a su sonrisa de siempre. Mirándolo de cerca ella estaba segura que no había nada más atractivo que él en todo el pueblo y al sentir su pecho brillar optó por la huída cuando el pelirrojo sospechaba de su conducta, se daba cuenta que las veces en que deseaba estar a su lado aumentaban y se sentía más nerviosa aún. Por otra parte se disgustaba al verlo rodeado de tantas mujeres, sin saberlo se había prometido a sí misma velar por su bienestar. Hablando con otras jóvenes de su edad descubrió la verdad de sus sentimientos sin saber qué hacer con ellos. Prefirió mantenerlos en secreto, sabía cómo reaccionaría su hermano al saber semejante cosa. Sin embargo los siguientes días se dio cuenta de lo difícil que sería hacerlo, su pecho llegaba a brillar de color rosado de vez en cuando, le costó mucho lograr ocultar su sentir. No hallaba salida pronta al problema. La noticia del primer pueblo liberado levantó chispas por toda la región, y en los demás países colonizados se levantaron guerrillas contra los Chrobits, muchos grupos lograron desarrollar armamentos lo suficientemente fuertes como para intentar enfrentarse a ellos, cada país peleaba con ahínco a cada Orbe hallando la misión difícil de conseguir, el título de Los Miembros de la Familia Zang se oía por doquier llenando de esperanza e ilusiones sin embargo las batallas se tornaron extremadamente largas, la muerte abundaba, era obvio que tal misión no se podía lograr con cañones o las armas, las personas clamaban por esos salvadores. Hasta que otro grupo se hizo presente: De alguna parte miles de soldados armados con la mejor tecnología en armas marchaban con relativa ventaja sobre sus enemigos. Con sus brillantes armaduras la gente comenzaba a tratarlos como enviados del cielo. ¿Quiénes eran y cómo llegaron? La tropa se detuvo a descansar en un páramo casi desértico, era un grupo de 400 soldados que en ese momento reponían energías y curaban sus heridas. Su líder desmontó su caballo metiéndose en una carpa. En un colchón un hombre se recuperaba, su vendaje en el pecho evidenciaba una fuerte herida, a su alrededor las dos hadas revoloteaban suavemente en círculos, con su luz lo curaban. Por la manera en que hablaban se notaba que se conocían hace poco. Al rato terminó de escribir una carta entregándosela a Dimbo. “Que esta carta sea leída por los Portadores cuanto antes.” Una lluviosa mañana en Slond, poca gente transitaba sus callejuelas. En el taller el pelirrojo terminaba de reparar una camioneta, satisfaciendo a un cliente más, Yuuhi se acercó con timidez para entregarle su almuerzo, que él devoró con gran alegría. Al rato Dimbo se apareció y pronto los tres se reunieron en la casa donde la carta fue entregada. De esta manera explicó el arduo recorrido que ambos habían hecho durante esas semanas que se desaparecieron sin avisar, en busca de más información sobre el estado de otros países colonizados y cómo dieron con ese nuevo grupo llamado la Armada Élfica, proveniente del otro continente, aquel, un territorio aislado del mundo occidental donde se decía existía una humanidad libre. La carta decía así: “A los Supremos Portadores, Miembros de la Familia Zang: Permítanme presentarme, soy un capitán de élite, un guerrero fiel a su causa como ustedes y honrado estoy por poder contar con las hadas Slancer y Dimbo para poder hacerles llegar este comunicado, mi nombre es Kaitou Kuttenno y provengo del continente de Ashgrey, desde que se ha sabido de su heroica hazaña en el pueblo de Slond mucha gente en muchos países se ha comenzado a revelar contra los Chrobits y las bajas han sido parejas, sin embargo hay muchos que suplican por un salvador que los libere de esta opresión. Mi grupo de casi 500 soldados poco es lo que ha logrado, hallando las Orbes imposibles de destruir con nuestras armas. Está de más decir cuánto se necesita de su ayuda, pero es preciso. Me estaré realmente honrado con conocer a los hijos de Arima Zang, un colega mío. Di con él hace poco y lo ayudamos a curar sus heridas, ahora reposa en nuestro campamento.” --- ¡¿Papá está vivo?! --- ¡Es un milagro, hermano! “Mi tropa pronto tocará el territorio de Slond, esperen nuestra llegada para negociar las tácticas de batalla. Atentamente, Kaitou Kuttenno Capitán de primera tropa de la Armada Élfica” Tras terminar de leer en voz alta el rubio sintió un escalofrío, su pecho titilaba de un rojo suave, dentro de sí una energía extraña se desarrollaba, no sabía por qué deseaba volver a agitar la espada. Su hermana le entregó todo su cariño mirando su arco y flechas dejadas de lado durante todo ese tiempo. Guell demostraba el mismo sentir, parecía como si la carta lo llenara de una energía que pronto deseaba desatar. --- Portadores, ¿saben lo que deben hacer? --- ¡Por supuesto! Nacimos con la misión de derrotar a los Chrobits y liberar a la humanidad. Ahora me queda claro y no huiré más. --- ¡Exacto, mi amigo! Muero por conocer a este capitán. --- Aunque estoy nerviosa, iré donde quiera que vayas, hermano, a ambos los protegeré. ¡Además podremos volver a ver a papá luego de tanto tiempo! Acto seguido regresaron al campo de entrenamiento para reafirmar sus habilidades, Dimbo los observaba y el orgullo lo llenaba de vigor Continuará.... ---Shirogasaki---
Posted on: Sun, 28 Jul 2013 20:25:33 +0000

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