Hola bueno aqui esta el siguiente capitulo. Como esta historia ya casi llega a su fin. Me voy a tardar un poco mas en subir los siguientes capitulos. UN VERANO FUERA DE LO COMUN. CAPÍTULO 16 – "El Agujero Negro" -No los vean a los ojos!- gritó, poniéndose de pie. -Eeh?- exclamó InuYasha, sin entender nada. -Así es como lo hacen, a través de sus ojos… Ciérrenlos!- diciendo esto, Kagome apuntó nuevamente con su flecha y cerró sus ojos. -Y cómo se supone que vamos a defenderte, si no vemos nada?!- se exaltó un poco el hanyou. -Tendremos que sentirlos…- le respondió Taka, cerrando sus ojos. Youta hizo lo mismo. Aún con los ojos cerrados, Kagome podía sentir la presencia de cada uno de los seres que los rodeaban. Tendría que hacer algo similar a cuando sentía los fragmentos de la Perla de Shikon. Se quedó inmóvil por un momento, se concentró. Lo único que sentía era su respiración y los latidos de su corazón, que cada vez se aceleraban más. -Allí!- exclamó de repente y lanzó su flecha. La chica sintió cómo ésta rompía las barreras del aire. De pronto, un segundo de silencio seguido por la liberación de un poder colosal. Todos pudieron sentirlo. -Qué ocurre?- preguntó Youta. Kagome entreabrió sus ojos para ver que estaba pasando. En efecto, su flecha se había clavado entre los ojos de ese ser, lo que había causado aquella liberación de energía. Todos los demás Omoi-kokoro habían desaparecido. El techo, el suelo y las paredes empezaban a desfigurarse. Los ojos de la "mujer" habían comenzado a emitir aquella luz azul y sobre su cabeza se estaba formando una nube violácea y rojiza. -Vámonos! Es nuestra oportunidad!- gritó Kagome a los demás, que seguían con sus ojos cerrados. -Con los ojos cerrados?!- preguntó InuYasha, inocentemente. -Noo… ahora puedes abrirlos… Pero apresúrate!- le respondió Taka, sobre el lomo de Youta; quién ya se disponía a correr. Kagome subió entonces sobre la espalda de InuYasha y ambos hanyous comenzaron a correr velozmente por el largo pasillo. Cada vez, la fachada de la mansión se distorsionaba más. Afuera, la vista no era más esperanzadora. -Cree que estén bien?- preguntó Sango, preocupada. -Eso espero…- respondió el monje, igual de preocupado, sin quitar la vista de la gran puerta de madera. -Kagome!- sollozó Shippou, mientras se secaba las lágrimas de la cara. La nube se hacía cada vez más grande y densa. Dentro, a los hanyous se les hacía más difícil escapar, con cada paso que daban. Las piedras del piso parecían estar desapareciendo, dejando en su lugar un espacio que era rellenado por algo similar al aire, pero mucho más denso y de un color púrpura oscuro. De pronto, una pequeña luz pereció distinguirse delante de ellos. -La salida!- exclamó Kagome, señalando frente a ellos. -Hacia allá vamos…- diciendo esto, InuYasha se adelantó y Youta lo siguió lo más rápido que pudo. Ya casi no quedaban piedras en el piso. Las paredes, el techo, todo estaba rodeado por aquella nube. Kagome se aferró con fuerza de las ropas del hanyou y respiró muy hondo. Cuando levantó la vista, se percató de que ella e InuYasha ya estaban afuera. Miró a su alrededor y, para alivio suyo, vio que Taka y Youta también habían logrado salir. Sango, Miroku, Shippou y Kirara también se encontraban allí. -Qué alivio!- murmuró, mientras descendía de la espalda de InuYasha. -Kagome!- exclamó Shippou, saltando a los brazos de su amiga. -Están a salvo!- dijo Sango, llena de felicidad. -Pero… cómo exactamente lograron que las señoritas despertaran?- preguntó Miroku curioso, con ojos pícaros. Sango se puso colorada y luego le dio una pequeña, pero dolorosa patada al monje en los tobillos. -Creo que no es momento para preocuparnos de eso…- indicó Youta, señalando delante de ellos. Ya no había mansión. Las dimensiones se habían mezclado por completo. La densa mácula había formado una especie de espiral, que al centro poseía un agujero negro. Delante de ellos se encontraba ahora la entrada al Omoi-sekai. Y se abalanzaba sobre ellos. CONTINUARA..
Posted on: Sun, 30 Jun 2013 20:32:54 +0000
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