Hoy, Alfred Kaltschmitt describe muy bien lo que nos espera si "Alibabá" y sus secuaces aprueban el endeudamiento que pagarán varias generaciones de guatemaltecos. Su última frase es lapidaria: NOSOTROS SEREMOS RESPONSABLES DE LAS CONSECUENCIAS, POR LA INACCIÓN, POR PERMITIRLO, POR NO CAMBIAR ÉSTE SISTEMA. Señores diputados, exigimos #NoMasDeuda 19/07/13 - 00:00 OPINIÓN DE MIS NOTAS Vacuna anti-Alibabá "El remolino político contra la aprobación de los seis mil millones para el pago de la deuda sigue levantando cada día más debate. El asunto no es poca cosa. Las implicaciones son de tal magnitud que la calificadora de riesgos Fitch nos rebajó la calificación de estable a negativo. Pero el pataleo llega tarde y no hay otra que pagar. Como escribió el colega José Raúl González Merlo el pasado martes en su columna: “A golpe dado no hay quite”. Así que es estéril que el sector privado esté“dividido” por esta bonificación de deuda. ALFRED KALTSCHMITT Es mejor unirse para trabajar en forzar que la gestión pública cumpla, por mandato legal, con estos cuatro requisitos: A) Que exista un límite al déficit fiscal y, por ende, al endeudamiento público. Que se cierre efectivamente la puerta a la deuda flotante. C) Que lo que se pague en esta última ocasión sea por obras reales y no por corrupción, y D) que el funcionario que viole lo anterior tenga que responder penalmente. Si, a raíz de este escándalo, se logran hacer esos cambios, entonces habrá valido la pena el “rato colorado”. Los diputados bien harían en “hacernos y hacerse” un favor aprobando a la par de esta monstruosa deuda una ley que limite el déficit fiscal y el endeudamiento público. Se gastará de ahora en adelante lo que se logre recaudar, y punto. Y el funcionario que no cumpla que se atenga a las consecuencias penales. Porque si el Congreso sólo aprueba esta deuda sin la raíz del mal, eventualmente colapsarán sus departamentos. Este país no aguanta ya más deuda. No se puede manejar este tipo de déficits ordeñando más a los que tenemos que producir para mantener con nuestros impuestos el Presupuesto General de la Nación. Se acabó la fiesta, muchá. E insisto en lo que propuse en una de mis columnas anteriores sobre la urgente necesidad de transparentar el gasto en infraestructura y aduanas vía la contratación de una verificadora internacional que “certifique, precio, calidad, cumplimiento de estándares y cláusulas contractuales en toda obra que salga a licitación y toda mercadería que ingrese al país sujeta al pago de impuestos. Mala noticia para las mafias y habrá cabildeadores untando manos y repartiendo dulces para que no se lleve a cabo, pero es la única manera de salirle al paso a la espantosa corrupción que desangra en un vergonzoso 35% del presupuesto de la Nación por medio del más opaco de los gastos públicos, el chanchullo, la coima, la mordida y cuanta triquiñuela se han ingeniado los buitres corruptos que desde hace décadas no comen desperdicios sino de nuestros recursos más vitales, quitándoselos a esos cientos de miles de niños desnutridos, esos programas para atender la pobreza extrema, esa infraestructura necesaria para activar las economías locales y ampliar mercados y potencialidades escondidas; esos maestros adicionales para educar a nuestra juventud, esos jueces y policías para fortalecer el sistema de justicia y la seguridad, todo eso se podría hacer si el gasto no fuese tan opaco sino transparente, efectivo y eficiente. Da pena —de esa que llora sangre y atormenta la conciencia del ciudadano pensante— al descubrir que su país tiene enormes potencialidades, extraordinarias bendiciones naturales, climáticas, orográficas, minerales, hídricas, turísticas, pero se pierden porque el mayor desafío que enfrentamos es la bajeza moral y ética de los funcionarios públicos y un sistema decrépito. O sea. Somos nosotros el problema, por no cambiar el sistema." prensalibre/opinion/Vacuna-anti-Alibaba_0_958704155.html
Posted on: Fri, 19 Jul 2013 11:50:01 +0000