Hoy he realizado las pruebas médicas y físicas para entrar en la armada española. Hace quizá poco más de un año, varias personas hablaron de lo duras y selectivas que eran dichas pruebas y de que yo, por mi forma de ser, no sería capaz de entrar. Tomé sus consideraciones, francamente, poco dignas de atención. Realicé las pruebas tras cuatro días durmiendo no más de cuatro horas -de hecho, esa noche ni siquiera dormí en mi casa-. No pude entrenar algunas de las pruebas físicas, en concreto salto y carrera, desde hace unos dos años, y las superé con botas de tobillo alto a falta de ningún otro calzado; de hecho, problema de horario forzaron a algunos de nosotros a realizar casi todas las pruebas seguidas, sin descansos excesivos entre medias, a pesar de lo cual hubo pocos que no lo lograran. Resultado: pruebas superadas. Test psicológico incluido, lógicamente, sin menciones especiales ni duda aparente por el psicólogo. Ahora espero a la confirmación de mi plaza el 11 de Octubre, si bien parece que puedo ser optimista dada mi posición en algunas de las listas. La conclusión de esto es que, en muchas ocasiones, es mejor alejarse de quien te dice que no puedes hacer aquello que quieres, debes o puedes atreverte a intentarlo. Cabe la posibilidad y no será baja de que, desde lejos, veas que quien te impedía moverte era justamente la gente que no confiaba en que pudieras hacerlo, tanto si es injustificado como si no. PD: Escribo esto porque alguna de esas personas están en esta red social y cuento con la esperanza de que lo lea, esa persona o alguien que la conozca. Infantil o no, considero merecida esa satisfacción.
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 20:54:55 +0000
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