Hoy me acordé de vos y me puse a pensar en que puedo perdonarte - TopicsExpress



          

Hoy me acordé de vos y me puse a pensar en que puedo perdonarte la indiferencia, el desinterés, la falta de tacto y tu impresionante capacidad para hacer como si nada estuviese pasando. Si te soy honesto, siempre admiré un poco la confianza que tenías para tomar decisiones. Yo quería poder ser así de determinante. Yo quería poder ser el que diga se terminó sin mirar atrás. Creo que también puedo perdonarte el haber logrado dar vuelta las cosas. El haberme hecho sentir constantemente que era yo quien estaba en falta, que todos nuestros problemas eran mi culpa porque vos eras quien tenía las cosas claras. Pero las personas oscuras nunca tienen las cosas claras, amor mío. Lo que sí ya te perdoné fue haberme hundido en este profundo dramatismo que a veces puede resultar tan simpático como redituable. Al fin y al cabo, gracias a él hice mis mejores obras. Pero ojo, vos no te quedas atrás. Vos también sos artista y yo soy tu mejor obra. Soy una muestra en vivo de arte conceptual inspirada en la destrucción de un edificio que debía ser restaurado. Fue un trabajo fino, lento pero intenso. No es fácil destruir los cimientos de la confianza y la autoestima, pero aun así, vos lo lograste. Un buen nombre para esto sería La demolición. Me podrías exponer en el MALBA. Serías la sensación entre los niños ricos con tristeza. Descuidé el trabajo, descuidé a los amigos, descuidé a la familia, descuidé cada oportunidad que se me presentó de hacer las cosas bien y menosprecié los buenos momentos con cada persona que intentó sacarme de los escombros donde me enterraste. Pero a pesar del tiempo transcurrido, de las semanas de ocho noches y de los intentos por convencerme de que estaba bien cuando ya no podía definir cuanto era suficiente, de los kilos aumentados y bajados en esa montaña rusa emocional que fue extrañarte y de las horas invertidas en gente que no me interesaba pero que al menos me hacían olvidar por un rato que nunca más iba a volver a ser el mismo, lo único que aún todavía no puedo perdonarte es haber instalado en mi esa sensación de alerta. Esa fobia al disfrute. Lograste convencerme que es mejor ni intentar ser feliz porque todo es una farsa. Lograste que tenga miedo de que cualquiera pudiera terminar siendo como vos. Entonces ¿Para que intentarlo? Hoy me acordé de vos... pisé un sorete en la calle. Este texto de Zabo fue publicado en la edición de Diario Z del jueves 7 de JUNIO del 2012 bajo el titulo La demolición.
Posted on: Wed, 04 Dec 2013 19:03:18 +0000

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