Hoy opté por el silencio. Ni euforia, ni depresión. Respeto por la voluntad popular. No voy a interpretar lo "obvio". Ocurrió. Tampoco soy politólogo para adivinar octubre. Me fui a caminar y me vino a la mente la voz radial del genio de Fernando Peña. Aquel inigualable creador de tantos personajes entrañables. Especialmente tres: Rafael Orestes Porelorti (el político trucho), Rivoira Lynch (el cheto de San Isidro) y Palito (el pibe de la calle). Todos están entre nosotros y conviven con el gen argentino. Representarlos era una manera de aceptarnos. Exponerlos era mirarnos al espejo. Identificaciones a las que nos invita la diversidad. Me acordé de Peña y me dió pena que quien le manifestó su odio de clase no tuviera la misma capacidad de incluir al otro. Quizás esa fue la manera que me dictó el inconciente de darme las explicaciones de quien ganó y quien perdió ayer.
Posted on: Tue, 13 Aug 2013 01:44:50 +0000
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