Ignacio de la Llave El pueblo de Orizaba resentía los efectos de - TopicsExpress



          

Ignacio de la Llave El pueblo de Orizaba resentía los efectos de la revolución por lograr la Independencia. Sus campos y su industria eran la viva expresión de la falta de recursos, productos, bienes y brazos. El Movimiento Insurgente se perfilaba hacia su etapa de negociación final. Fue el 26 de agosto de 1818 cuando, en la ciudad de Orizaba, nació Ignacio de la Llave, hijo del Coronel Don Manuel de la Llave y de Doña Luz de Segura Zevallos, cuya ascendencia provenía de la provincia de Santander, España. Ignacio tenía escasos tres años cuando la región de Orizaba se convirtió en el escenario de la negociación de nuestra independencia con la firma de los Tratados de Córdoba, en agosto de1821. Ignacio de la Llave estudió en el Colegio Nacional de Orizaba, internado que recién había inaugurado su padre, en 1825, en calidad de alcalde primero. Fue alumno externo, es decir, no vivió en internado, e hizo aquí todos sus estudios hasta graduarse en jurisprudencia. Joven bromista, inquieto e inteligente, el historiador Don Leonardo Pasquel lo describe así: “Delgado y alto, desgarbado y pienilargo, distraído y ágil, Nacho, como lo llamaban, era muy dado a excursionar por los alrededores”. Como buen jinete, se internaba en veredas y barriales hasta las haciendas de Jalapilla, Cuautotolapan, o El Sumidero; de vacaciones se iba a la hacienda de San José del Corral, que era de su familia. El desarrollo de la vida de Ignacio de la Llave corre paralelo a todas las vicisitudes de los primeros años del México Independiente, por ello, desde muy joven hubo aconteceres que le llamaron su atención e hicieron que germinara en él su pensamiento liberal y su humanismo. Conviviendo con los políticos e intelectuales de la época, tanto familiares como amigos, conoció de los intentos de la primera reforma de don Valentín Gómez Farías, de la Guerra de Texas (1833), de la Guerra de los Pasteles en 1838, cuando de la Llave tenía apenas veinte años de edad. En esta época de nuestra historia, la nación se debate entre asonadas militares, pugnas entre liberales y conservadores y la presencia de Antonio López de Santa Anna, personaje con quien Ignacio de la Llave establece una confrontación permanente. En esta situación, como primer compromiso al obtener su mayoría de edad, se afilió al Partido Liberal, aún bajo la oposición de familiares y ante los riesgos que tal determinación significaba para él y sus seres queridos, actitud que ponía de manifiesto al hombre de temple que escogía el sendero escabroso de un revolucionario. Recién titulado de abogado, a los 23 años, fue nombrado Juez de la Villa de Orizaba, puesto que lo involucro con el aparato gubernamental y que le hizo sentir diferencias con la política de Santa Anna. Entre 1842 y I843 vivió en la ciudad amurallada de Veracruz, donde acrecentó sus ideas liberales a tal grado que en el año de 1844, cuando el General Mariano Paredes Arrillaga inició un levantamiento en contra de Santa Anna, Ignacio de la Llave se incorporó al movimiento en calidad de Subteniente “Defensor de las leyes”, de la Guardia Nacional Orizabeña. Separado del poder, Santa Anna no olvidará lo que para él era un agravio del veracruzano. La popularidad y el prestigio que De la Llave alcanzara entre los veracruzanos le valió que lo eligieran Diputado al Congreso del Estado y es en esta época cuando se distingue como defensor de la patria ante la invasión norteamericana en 1847. Participa valientemente en la defensa del puerto de Veracruz y se mantiene como activo guerrillero luchando contra el invasor en la Zona Central Veracruzana, hasta que se firma el armisticio. El 2 de febrero de 1848 se firman el Tratado de Paz, Amistad y límites, Tratado de Guadalupe Hidalgo. Terminada la injusta guerra con los Estados Unidos, Ignacio de la Llave concluye su gestión como Diputado Local firmando la Constitución Política del Estado. Entre los años de 1852 y 1853, fue electo nuevamente Diputado Local por su Distrito y ya ostenta, por méritos en campaña, el grado de Coronel. En esta época, al regresar al país el General Santa Anna para desarrollar su último episodio político como dictador de México, Ignacio de la Llave es perseguido y aprehendido en Coatepec y deportado a Yucatán. A su paso por Xalapa, sus amigos los liberales le facilitan la fuga y se incorpora de inmediato a la Revolución de Ayutla, comandada por Don Juan Álvarez, quien lo nombra Jefe de la Revolución en el Estado de Veracruz. Al triunfo del movimiento contra Santa Anna, Ignacio de la Llave es nombrado General y en agosto de 1855 se hace cargo del mando político como Gobernador; en su breve mandato tomó determinaciones como las siguientes: Nombró Alcalde del puerto de Veracruz a Don Manuel Gutiérrez Zamora, redujo los impuestos a las clases desposeídas y dispuso la apertura de todas las escuelas primarias que habían sido cerradas por órdenes de Santa Anna, ordenó crear planteles nocturnos, dispuso que la enseñanza fuera gratuita y obligatoria, organizando en cada cantón juntas Directivas, derogó alcabalas y legisló para la administración de justicia, derogó la ley santanista que coartaba la libertad de imprenta. Cuando en 1857, Ignacio Comonfort es elegido Presidente de México, nombra a Ignacio de la Llave como Secretario de Gobernación, pero pronto renuncia al importante puesto. Ocurre que la Constitución de 1857, formulada por los liberales triunfantes, afecta los intereses del clero político, de los militares y de los poderosos. Los conservadores deciden desconocer a la Constitución y cuentan para ello con la complicidad del propio Presidente de la República. Ignacio de la Llave es un liberal sin tacha y es por esta razón que renuncia a colaborar con Ignacio Comonfort para después unirse a Juárez, en defensa de la Constitución, en la llamada Guerra de Reforma. Durante los tres años (1858-1860) que duró la guerra civil, Ignacio de la Llave se distingue militarmente como Jefe de la División de Oriente. Derrota, por ejemplo, a mil quinientos soldados conservadores en Jamapa, con tan sólo cuatrocientos soldados a su mando; y por su arrojo es herido en la cara durante la batalla naval de Antón Lizardo. En esta época, el puerto de Veracruz es asiento de los poderes federales, de modo que Ignacio de la Llave tiene contacto y es reconocido en sus méritos por Juárez y la plana mayor de los liberales. Al concluir la Guerra de Reforma, De la Llave acompaña a Juárez, a principios de 1861, a la ciudad de México en calidad de Ministro de Guerra y Marina, nombrado por el propio Presidente Juárez, ministerio que abandona para hacerse nuevamente cargo del Gobierno de Veracruz. Como Gobernador de Veracruz, muy poco dura su mandato, pues nuevamente la desgracia se hace presente en la Nación Mexicana. Al iniciarse la invasión francesa, toma el mando como Jefe de la Primera División bajo las órdenes del General Zaragoza; De la Llave está presente en Puebla el 5 de mayo cuando el ejército derrota a los franceses; dos meses después, en julio de 1862, es herido en las inmediaciones del Cerro del Borrego. Reincorporado al ejército de la República, resiste al ataque francés como Jefe de la División de Infantería. Después de sesenta y tres días de sitio, el Ejército Mexicano capitula; pese a la oposición de Ignacio de la Llave, la plaza de Puebla es entregada a los franceses, en cuerda de prisioneros, camino al destierro, fueron acuartelados en Orizaba, donde el general De la Llave promueve su huida junto con los Generales Pattoni y González Ortega. En la población de Tulancingo, se enteran que el Presidente Juárez abandonó la ciudad de México y se dirige al norte del país. Después de un penoso peregrinar, llegan a Guanajuato el 12 de junio de 1863. Su urgencia es alcanzar al Presidente de la República que se encontraba en San Luis Potosí, por lo tanto salen al día siguiente con una escolta que les proporciona don Manuel Doblado, Gobernador de Guanajuato. A poco andar la escolta se subleva para robarles e Ignacio de la Llave es gravemente herido por la espalda. En improvisada camilla, es trasladado a la Hacienda de Barrio donde finalmente deja de existir en las primeras horas del 23 de junio de1863. El cadáver de Ignacio de la Llave es llevado a la ciudad de San Luis Potosí, donde es sepultado con las honras fúnebres que merecía su cargo. En Veracruz, la noticia conmociona al pueblo y gobierno y, para honrar su memoria, el Gobernador del Estado, C. Francisco Hernández y Hernández, promueve la expedición de un decreto (10 de julio de 1863) que lo declara Benemérito del Estado y que prescribe que “El Estado de Veracruz se llamará en lo sucesivo Veracruz-Llave”. Salvada la República y con el país en paz, los restos del Licenciado y General Ignacio de la Llave fueron exhumados y trasladados de San Luis Potosí al panteón de Orizaba, Veracruz, en 1869. En su tumba, una columna custodia los restos del Benemérito del Estado, por haber muerto defendiendo la autonomía nacional.
Posted on: Wed, 03 Jul 2013 15:14:08 +0000

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