Imperio Argentina en el recuerdo (Poema de Jesús Antonio San - TopicsExpress



          

Imperio Argentina en el recuerdo (Poema de Jesús Antonio San Martín) Aquel veintidós de agosto se apagó el sol de Malena y el arte murió de pena en valle oscuro y angosto. Se fundieron las guitarras aquella triste jornada, no alegraron la alborada los cantos de las cigarras. Todo fue noche aquel día, todo silencio profundo, dejó de entonar el mundo su trillada melodía. Extinguióse hasta la brisa que volaba tan risueña por la costa malagueña, donde borró su sonrisa la reina de las canciones; el mar gemía en la arena y el sol lloraba su pena detrás de los nubarrones. De otoño vistió el verano, de recio saco y ceniza, y al punto casi agoniza aún sin espigarse el grano. Los árboles, angustiados, desparramaron sus hojas: un mar de lágrimas rojas inundó los gualdos prados. Quebraron los manantiales y, huérfano de agua el río, en el albor el rocío no iluminó sus cristales. La música de los trinos no alegró con su donaire aquella mañana el aire feliz de Torremolinos. Aquí, en la eterna estación, se paró el tren de la vida: ella por siempre aquí anida, aquí entona su canción. Siempre viva en la memoria, Malena Nile del Río tiene aquí su poderío, del pueblo es suspiro y gloria. Ella, la estrella granada de la sonrisa divina, la gran Imperio Argentina, brilla en esta tierra amada. Sus recuerdos genuinos, sus ensueños e ilusiones, sus ayeres y pasiones, viven en Torremolinos, en ese sacro recinto de su museo glorioso: su fulgor majestuoso jamás ha de verse extinto. Duerme aquí su voz el piano que con faustas vibraciones despertó las emociones de todo alegre paisano. La virginal escultura de su baturra nobleza sinónimo es de grandeza y homónimo de dulzura. De su universal andanza, aquí y allá, en el museo se hace monarca el trofeo y deidad la remembranza. Es imposible expresar con la palabra adecuada la nostalgia acumulada en este excelso lugar. Aquí duerme la ilusión, en la cuna del ayer de aquella insigne mujer que aún despierta admiración. Gracia y arte fue del cante, diosa de la gran pantalla; pocas alcanzan su talla, pocas su porte elegante. Imperio la bautizó don Jacinto Benavente y ella consecuentemente su bandera al cielo izó, y de la inmensa Argentina, la tierra donde nació, nombre de plata escogió, aunque de oro fue su mina. Fue nuestra Morena Clara y la Hermana San Sulpicio, de su deslumbrante oficio ella fue estrella preclara. Ella, Carmen la de Triana, la Maja de los Cantares que en melodiosos altares levantó su atarazana, que con el viento solano se alzó cual regia paloma, su cetro hoy de nuevo toma, su gloria no pasa en vano. Allá, junto a las estrellas, el cielo se hace cantor para entonar del amor las melodías más bellas. Toda una orquesta de soles acompasa con dulzura su esplendente partitura aureolada de arreboles. Malena Nile del Río, la gran Imperio Argentina que con sonrisa divina y voz prodigiosa y brío conquistó los corazones desde el glorioso proscenio donde exhibiera su genio y despertara emociones; Malena, nuestra Malena, que elevó el canto a la gloria y abrió ventana en la Historia y en nuestras mentes resuena y hace olvidar toda pena; ella, la que hizo del arte su corona y estandarte, nuestra querida Malena, reciba sin condiciones hoy, de sus admiradores, del recuerdo los honores y cosecha de ovaciones.
Posted on: Sat, 17 Aug 2013 21:25:40 +0000

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