Inexplicables huellas humanas en la prehistoria planetaria Durante el mes de junio de 1968, mientras recogía muestras fósiles en inmediaciones de una comarca en el estado de Utah, Estados Unidos, el coleccionista aficionado William J. Meister descubrió una huella humana fosilizada, cuyo análisis químico dató los orígenes de su existencia entre 300 y 600 millones de años atrás. El hallazgo, al principio ignorado, terminó por convulsionar el ámbito científico, que desde siempre avaló la teoría que estipula los orígenes de la raza humana en torno a los 2 o 3 millones de años, antes de la era cristiana. Con todo, la diferencia abismal entre las fechas, contrastadas a la luz del hallazgo, no fue el único motivo para la controversia. Una investigación detallada reveló que las huellas fosilizadas se corresponden con las del pie humano calzando algún tipo de bota o sandalia con taco. Si acaso pudiésemos explicar cómo se fosilizan las pisadas de un zapato cientos de millones de años antes de la aparición del calzado, todavía deberíamos poder concentrarnos en comprender un detalle más: evidentemente aplastado por una de las pisadas, la huella registra los restos fósiles de un trilobites, un crustáceo prehistórico florecido hace unos 320 millones de años y extinto apenas algunas decenas de millones de años después. Las diversas excursiones arqueológicas suscitadas a raíz del maravilloso hallazgo arrojaron muchos otros testimonios que evidencian la existencia prematura de algún tipo de civilización caminando por la superficie del planeta. Ante estas pruebas, las hipótesis menos ortodoxas de la ciencia, que sostienen la existencia de viajeros en el espacio-tiempo y razas alienígeno-humanoides visitando la prehistoria planetaria, cobran vitalidad y sustento para resolver las contradicciones del rigor histórico.
Posted on: Mon, 01 Jul 2013 08:40:21 +0000
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