Irkutsk, 20 de julio de 2013 Pensé que sería un día normal, todo tranquilo y que solo estaría en el hostel sin hacer cosas ya que el viaje en tren comienza mañana a las 5am y quería estar bien descansado para la nueva ruta que comenzaba, pero comenzó a hacer calor y me motivé en ir al río a bañarme a eso del medio día, a mi padre lo dejé en el hostel porque el itinerario sería algo aburrido para él. Según el mapa, me fui a la zona sur y hay varias zonas donde uno puede tomar sol y bañarse en el río Angará, me instalé cercano al parque y me puse a leer acostado mientras esperaba algo más de calor para entrar al agua que estaba algo helada, en realidad toda la gente que había estaba tomando sol y unos pocos niños chapoteando las patitas. En eso se me ocurre consultar si el agua es realmente para bañarse más adentro a dos personas que estaban al lado, pero me recomendaron que el agua del río no es muy limpia y nadie sabe con lo que uno se puede encontrar. Aprovechan de preguntarme de donde soy y al contar, uno de ellos me comienza a hablar en un perfecto español, se trataba de Mike y Alex, el primero es el que hablaba español y licenciado en historia que vive en Irkutsk y Alex es primo de Miguel que lo visita por el fin de semana a conocer Irkutsk. Mike me contaba que había aprendido hablar español en un curso por correo, sí, el real curso por correo que uno paga mensualmente y por carta te van llegando las lecciones y CD cada semana, era la primera vez que hablaba español con alguien después de 6 meses tomando el curso, a si que le resultaba bastante práctico hablar conmigo. De hecho aproveché que me explicara varias cosas del sistema ruso y como funciona el gobierno, en eso me pregunta si conocía la ciudad y le respondí que hice un gran tour con mi padre, pero no gran cosa habíamos encontrado, le mostré el mapa y me dijo que prácticamente nada había conocido. A estas alturas poco interés tenía en salir a recorrer, pero me comentó que irían a recorrer la ciudad con su primo y después irían al museo casas de la madera que está a unos 60km y andaban en auto por si me quería sumar. Yo ni pensarlo dos veces dije ya y a la chuña se fue la tarde de río y sol. Nos fuimos directo al museo casas de la madera, se usa el camino que va a Listvyanka y después de 40 minutos de viaje se llega a un bosque donde se alberga las antiguas casas que en Irkutsk estuvieron insertas y que por su valor patrimonial y escala era mejor recrear un nuevo espacio para que puedan coexistir todas juntas en una especie de ciudadela. Al ingresar al bosque, es interesante como van apareciendo las casas, todas con murallas formadas por troncos y de interesante arquitectura. Además está ambientado con cuidadoras con ropas de esa época y se pueden visitar en el interior con todo su respectivo mobiliario. Así uno puede conocer la típica casa de un campesino, una iglesia, la casa del cura, una escuela con la casa de la profesora, la policía, la cárcel, la gobernación, la casa de un herradero, un pequeño kremlin, etc, etc. además todo esto está a la orilla del río con una gran vista y todo lo que se comercializa en suvenir es ad-hoc al lugar, realmente muy interesante ver como era un pueblo en aquellos tiempos. Regresamos a la ciudad y el hambre nos mataba, mal que mal no habíamos almorzado. Mike conocía un restorán muy típico de Rusia ambientado en los tiempos Soviéticos. ¿cómo eso?, la verdad que llegamos a un sector de muchos restoranes, todos al más estilo de sentarse en vitrina a una calle peatonal, pero este restorán estaba en un subterráneo, encontraba fome la idea de comer sin ver el entorno pero ya bajando las escaleras era viajar en el tiempo a los años 70 con una gran galería de fotos de distintos momentos que vivió Rusia y su gente, por ejemplo las máquinas expendedoras de vasos de soda, según me cuenta Mike fue la primera máquina “traga monedas” y la gente hacía filas para usarla, hoy en día estas máquinas siguen funcionando y con alegría muchos rusos siguen usándolas. Al llegar al subterráneo hay un guardia vestido con “salida de cancha” (buzo), muy típico de los guardias de esos tiempos y toda la decoración desde sillas, mesas, cuadros, lámparas, luces y vestimenta de los garzones era de los años 70. Una de las cosas que me sorprendió fue que tenían televisores encendidos transmitiendo publicidad y noticias de esos tiempos, estos televisores estaban a escala mayor para que en su interior albergara plasmas de 32 pulgadas. Nos sentamos a la mesa y llegó el garzón con las cartas, a mi me trajeron una en inglés. Al abrirla, me di cuenta que parecía un cuaderno con recortes de recetas de revistas y sus respectivas fotos de los platos, ¿quién no ha visto un cuaderno de cocina de la tía, mamá o abuelita?, lo encontré muy original representar así una carta. Y los platos naturalmente eran presentados y cocinados según esos tiempos, así yo de entrada pedí una torre de mix de verduras entre zanahorias, betarraga, papas y pescado, mezclado con mayonesa y en la cima adornado con caviar rojo que no había tenido oportunidad de probar, más tres barritas de ese biscocho salado y sabor a ajo que conocí en Novosibirsk. Alex pidió una especie de panqueques pero de papa rayada y que iban rellenas de carne y una salsa amarga, en cambio Mike pidió una torre de ensalada similar a las papas-mayo con la diferencia que en su interior tenía un cilindro de carne suspendida en una gelatina y cubierta con unas rodajas de pepino. Aquí lo curioso, es que en vez de poner pebre o mantequilla, te colocan una salsa hecha de calabaza y la gente si no pide vino, simplemente no bebe hasta el postre donde piden un té. Pero no se pasa al postre sin pasar al segundo plato que es una sopa, a diferencia de algunos lugares en Chile donde primero se sirve la sopa o consomé, aquí la sopa es de tomar a lo menos una vez al día y sea verano o invierno, uno siempre puede elegir en un restorán sopa fría o caliente, lo que también me sorprendió que la sopa tiene el mismo valor que un plato principal y esto porque no es simplemente agua y unas hierbas, sino que son sus buenas cazuelas. Por ejemplo yo pedí una sopa de Lucio, un pescado que se da en esta zona, eran unos 150g de pescado con papas, cebolla y tomates, Mike pidió una sopa que era con tallarín de arroz y muchos corazones de pollo, y Alex una sopa de tomates fría con queso y manzana verde rallada. Los postres fueron bien pomposos, yo no tenía más estómago pero la tentación y curiosidad me mataba, pedí una especie de tartaleta de berries con un similar queso ricota caliente en una excelente presentación con un fruto típico de acá que ya no recuerdo como se llama, los otros pidieron una especie de conos de waffles con algo similar al manjar y unos panqueques con salsa de frutos del bosque. Un comentario que no se me puede ir, es que el baño también ambientado en esos años, tenía un cordel para bajar el agua del estanque al wc y todos los implementos de aseo que uno puede ver hoy de plástico en un baño, acá eran de madera o metal. Era mucho lo comido y acá la recomendación fue hacer el tour por la ciudad caminando, Alex mostró banco donde trabaja y que tiene sucursal acá, es el más grande de Moscú y quiere convertirse en el tercero a nivel mundial por lo mismo es uno de los pocos bancos que funciona recibiendo dinero y entregando de lunes a viernes de 8 a 20 horas y los sábados de 9 a 14 horas. También por la calle donde andábamos llamada Karl Magno estaban todas las tiendas que uno podría imaginar, pero siempre manteniendo el diseño y la arquitectura patrimonial del barrio, hasta llegar a la plaza donde está la gobernación que conocí con mi padre, pero por detrás está el monumento a los caídos en la segunda guerra mundial donde en cada ciudad hay un monumento en recuerdo con una llama siempre encendida, en el caso de Moscú es el famoso monumento al soldado desconocido. Pasamos por algunas iglesias católicas y ortodoxas, más algunos edificios importantes como el Palacio de Madera, la casa de los December, el arco de la ciudad, el estadio al más estilo coliseo romano, el teatro, entre otros, un recorrido muy completo con sus respectivas descripciones e historias. Los pies ya no daban más y acá la recomendación fue ir a un bar a escuchar música en vivo con instrumentos del ayer y hoy, este lugar estaba con internet, lo que me sirvió para avisarle a mi padre que llegaría ya más de noche, ya que mal que mal le había dicho que iba a bañarme y volvía, luego a la hora de almuerzo que llegaría más tarde y ahora para que no se preocupara mejor le dije que llegaría a las 3:30am, total el tren sale a las 5:12am. Emilio Becker
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 01:57:20 +0000
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