JORGE LUIS ES EL HACEDOR DE BORGES “Yo, que tantos Borges he sido, no he sido nunca aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach”. J.L. Borges BORGES FUE ANTES QUE NADA, UN HOMBRE QUE RESPIRABA literatura, no fue ni un crítico ni un filosofo – pese a que parecía serlo –, él era un hombre que soñaba literatura, que vivía en la literatura, motivo por el cual, quizá, se convirtió en uno de sus personajes; en otras palabras, Jorge Luis es El hacedor de Borges, quizá este texto es donde trata su ceguera y lo que sintió; y como en tantos otros, nos manifiestan esta idea del otro Borges que es él mismo. Podemos referirnos a un oficio o profesión, al hacerlo, sabemos a lo que nos referimos: el médico cura, el ebanista hace muebles, el futbolista juega, etcétera. Al referirnos a la literatura, podemos hacerlo como a un oficio, un destino, una misión, un pasatiempo, un hobby, una cruzada, una penitencia, un don o una maldición. Quien escribe puede ser considerado como un escribano, un anacoreta, un conspirador, un médium, un testigo del tiempo, un mentiroso, un embustero, un mitómano o en el mejor de los casos en un literato; preferiría utilizar un término más borgiano en esta ocasión: quien escribe es un hacedor. Siempre he tenido muchas más dudas que certezas – está no es una sospecha ni una confesión literaria o filosófica, sino una razón irrefutable – que me permita al menos decodificar un poco lo que es el tiempo, lo que es el alma, el espíritu o lo que es el universo, por pequeño que este sea. Estos conceptos o ideas, son tan abstractos al pensamiento, como abstracto resulta el tratar de sujetar con los valores de la conducta y la voluntad como lo son la moralidad, la ética o la libertad. A veces – casi siempre – tratar de explicar hechos tan comunes para nuestra cotidianidad, resulta tan complejo que uno acaba por extraviarse entre los reflejos del pensamiento, de la palabra o de la realidad. Algo así sucede con la obra de todo gran escritor o pensador, quizá, esto es lo que ocurre con la obra de Borges, de tan compleja resulta tan sencilla y de tan sencilla resulta tan compleja, quizá en estos reflejos que se multiplican hasta el infinito se pueda vislumbrar esa modesta complejidad que caracteriza la obra de Jorge Luis Borges. Si hacemos a un lado las discusiones y las controversias estériles, más allá de las diferencias idiomáticas, ideológicas o doctrinarias, su obra es una de las escasas empresas literarias del siglo pasado, que creo nuevas realidades y exploró territorios ignorados, la obra de Jorge Luis Borges es un complejo sistema, a través del cual entran en contacto culturas de diversas regiones y de épocas distintas - espacios y tiempos distintos – la palabra de Borges es una búsqueda de las posibles unidades de las aspiraciones metafísicas teñidas por el humor y el escepticismo. Alguna vez, Borges declaró que era un hombre que carecía de biografía, lo que significa que su vida es la de los libros. Cultivó tres géneros: el cuento, el ensayo y la poesía; sus cuentos son como poemas, sus ensayos como cuentos y su poesía hace pensar como si tratará de ensayos, uno de los símiles que une a los tres géneros es el pensamiento, el otro es su entusiasmo por la literatura fantástica y todo tipo de misterios, uno más sería su deslumbramiento por los problemas teológicos y filosóficos; estamos de acuerdo con otros comentarios acerca de que Borges ha inaugurado un tema que esta dominado por la estética de la inteligencia, es punto donde se fusiona el conocimiento erudito y la fantasía, es una construcción perfectamente matemática, con un trasfondo filosófico y con una ingeniería profundamente poética.
Posted on: Fri, 23 Aug 2013 19:26:48 +0000
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