Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo (Juan - TopicsExpress



          

Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo (Juan 4.1-42) El Señor llegó a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Es difícil saber con exactitud a qué lugar concreto se refiere. Algunos han pensado que la ciudad era Siquem, y por (Gn 33:18-19) sabemos que Jacob compró un terreno cerca de allí, donde los huesos de José fueron sepultados por fin (Jos 24:32). Sin embargo, por la historia sagrada no sabemos nada de un pozo que el patriarca diera a José y tampoco podemos estar seguros de que Sicar fuera Siquem. Una vez más será necesario que los arqueólogos avancen en sus investigaciones. Pero podemos fijarnos en otro detalle mucho más importante: Jesús cansado del camino se sentó junto al pozo. De hecho, parece que estaba más cansado que sus discípulos, porque él se quedó a descansar mientras que ellos iban hasta la ciudad para comprar comida. Seguramente debemos pensar que el esfuerzo espiritual de enseñar, sanar y restaurar que hacía el Señor, le producía un agotamiento que no sentían los discípulos que sólo eran observadores. Con esto el evangelista nos quiere hacer notar que su naturaleza humana era real. Y es interesante que en un evangelio como el de Juan, donde tantas veces se enfatiza la divinidad del Hijo, el evangelista se detiene constantemente para mostrarnos sus reacciones humanas; por ejemplo, cuando nos dice que Jesús lloró ante la tumba de su amigo Lázaro (Jn 11:35), y su alma se turbó ante la inminencia de la cruz (Jn 12:27), o su espíritu se conmovió ante la traición de uno de sus apóstoles (Jn 13:21) y tuvo sed cuando estaba en la cruz (Jn 19:28). Fijémonos además en otro pequeño detalle que también tiene cierta importancia. Observamos que Jesús envió a sus discípulos a comprar algo de comer en la ciudad. Por supuesto, esto no tiene nada de extraordinario, pero cuando unos capítulos más adelante vemos que el Señor multiplicó panes y peces para dar de comer a una multitud hambrienta, nos preguntamos por qué no hizo Jesús en este momento un milagro similar para así no tener que esperar a que sus discípulos regresaran de la ciudad con comida y así calmar su hambre rápidamente. La respuesta es que el Señor no hacía milagros para satisfacer sus propias necesidades. Él se sujetaba al orden normal de las cosas y vivía como las demás personas. De este modo nos enseñó también que Dios no va a hacer por nosotros lo que nosotros mismos debemos hacer. Y que el objetivo principal de sus milagros no es facilitarnos a nosotros la vida, sino mostrar su gloria al mundo.
Posted on: Sat, 02 Nov 2013 16:03:47 +0000

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