Jorge Luis Borges, en el poema Buenos Aires (refiriéndose en forma exclusiva y excluyente a lo que conocemos, hoy, como Capital), dijo: "No nos une el amor, sino el espanto..." El verso ha sido conjeturado en infinitas veces. Borges, hijo dilecto de la derecha liberal (a quien este hecho no puede quitarle ninguno de sus méritos artísticos), fue un visionario y un analista lúcido y brillante de la condición de su propia identidad. A los habitantes de la oligarquía (a la que Borges pertenecía, sin dudas) no hay ningún tipo de vínculo que los una... No los une "el amor", como dice Borges... ni, mucho menos, una ideología... Lo único que tienen en común y que los une... es el odio... el "espanto"... Ese odio acendrado hacia las clases pobres y, puntualmente, hacia el peronismo (en esa época ni se vislumbraba un peronismo de izquierda). En la actualidad, los "rejuntes opositores" son la prueba lúcida y clara de la inteligencia -y por qué no, la resignación ante la evidencia- de Jorge Luis Borges. La consigna de esta gente es la de Borges: el odio... el espanto... el asco (seguramente, el viejo lo pensó y no lo dijo porque era pudoroso...)... El único vínculo que tienen entre ellos, los "líderes", y sus seguidores ciegos y sin convicciones... es el odio hacia K y hacia nosotros... "los que no somos de la capital" "No los une el amor (entre ellos) ... sino el espanto (por nosotros) ... Será por eso que la quiero (a la Capital, por supuesto) tanto..." termina el gran poeta, patéticamente, mostrando que lo que, verdaderamente, ama de su ciudad... es que cobija a los odiadores... como él... Mucho se ha hablado de este verso... Estoy convencida de que no estoy equivocada en mi análisis... ¡Qué distintos somos...! ¿No?
Posted on: Wed, 03 Jul 2013 03:48:30 +0000
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