L A D I F E R E N C I A “Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación; porque Dios ama al dador alegre.” 2 de Corintios 9:7 (RVR60) Había una vez un hombre rico que siempre estaba aplazando para dar su contribución después a la iglesia. Cuando se le urgía a que lo hiciera se conformaba con decir que al morir dejaría una buena suma en su testamento para que la iglesia dispusiese de ella. El pastor le refirió un cuento de sano humor pero de una buena enseñanza. Este es el cuento: -Un cerdo y una vaca tenían muy buena amistad. Un día se encontraron y el cerdo se le quejo a la vaca de esta manera: -Los hombres- dijo- son malagradecidos. Yo les doy todo cuanto me es posible: mi carne, mi grosura, mi piel y hasta mis cabellos. Pero a pesar de todo eso, ya puedes ver el mal nombre con que me llaman. Me dicen cerdo. -Lo sé- respondió la vaca- y me parece que en parte comprendo tus razones. Yo también les doy cuanto poseo: mi leche para sus hijos, mantequilla, crema, queso, cuajada, todos los alimentos derivados de mi leche, y al final mi carne para su alimento, y sobre todo una gran variedad de objetos que hacen con mi piel. A mí me tratan bien. No me quejo del nombre con que me llaman (vaca). Sin embargo entre tú y yo hay una gran diferencia. -¿Cuál es esa diferencia?- le pregunto el cerdo. Notaras que la mayoría de las mejores cosas que yo les doy se los doy mientras estoy viva. Tú, al contrario, todo lo das después que has muerto. Por eso tu sirves mejor estando muerto. “No seas mezquino sino generoso, y así el SEÑOR tu Dios bendecirá todos tus trabajos y todo lo que emprendas.” Deuteronomio 15.10 (NVI) Que Dios te bendiga -Ramon
Posted on: Mon, 01 Jul 2013 04:34:16 +0000
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