LA BOMBILLA COGNITIVA En que casa no ha habido un momento de esos de quedarse sin luz y todos decir al unísono: Vaya…se ha fundido la bombillla!. Siempre cuando menos te lo esperabas, sin avisar… ¿o quizás sí que llevaba un tiempo parpadeando y nadie se había percatado de ello?. El caso es que había que esperar al día siguiente, ir a la ferretería y comprar una nueva, así que ya terminábamos por tener otra de repuesto en casa. Un día que toco cambiarla, con tremendísima curiosidad, me puse a compararlas, la buena en una mano y la “muerta” en otra. No entendía porque si estaban perfectas por fuera-bueno quizás un poco amarilla la usada-, no funcionaban igual. Cuál fue mi sorpresa al ver que era un simple cablecito que iba por dentro, una cosa diminuta, que se había partido, con lo cual no llegaba ese alumbramiento que tanto necesitábamos. Todo tiene una caducidad, las personas también, la diferencia es que no hay ferreterías donde cambiarlas, pero tal vez, si estamos más atentos a esos parpadeos, esas señales, esos gritos silenciosos pidiendo ayuda, nos duren un poco más esos seres que tanto queremos, nos necesitan y necesitamos que nos sigan alumbrando. Y si ese “cablecito” se les funde, seamos sus ojos, su cachaba…todo, porque ellos/as lo son todo para nosotros/as.
Posted on: Wed, 20 Nov 2013 21:58:46 +0000
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