LA ECONOMÍA DE LA ATENCIÓN, EL STORYTELLING Y LA DESAPARICIÓN - TopicsExpress



          

LA ECONOMÍA DE LA ATENCIÓN, EL STORYTELLING Y LA DESAPARICIÓN DEL POLÍTICO La suma de los conocimientos se multiplica por dos cada siete años, la potencia de trabajo de los procesadores (ordenadores) cada dieciocho meses (Christian Salmon). La idea es que en la sociedad de la información -sociedades que padecen infobesidad o acoso textual- lo que hay es sobreinformación, y lo que es escaso es la atención de los agentes a los que va destinada esta ingente información. “La abundancia de la información da lugar a la pobreza de la atención” (Michael Goldhaber). El desafío es cuando una persona recibe diariamente más de 3.000 impactos comunicativos, muchos de forma inconsciente. Hoy atraer la atención de las audiencias pasa obligatoriamente por cautivar su confianza, generar interés continuado y convencer (Javier Velilla). Entonces captar la atención se convierte en el elemento clave para el comercio de mercancías pero también para la comunicación política. Y para eso nada hay mejor que la forma narrativa, el relato, que es la forma óptima en que el cerebro humano es capaz de hacer una mayor síntesis multisensorial de información. El storytelling es un dispositivo de captación de la atención mediante la historia, la intriga, la tensión narrativa. Permite no solo captar la atención como lo hacen el logo, la imagen de marca, sino también fidelizar a las audiencias, guiar y retener las atenciones gracias a auténticos engranajes narrativos (Christian Salmon). Y sigue: Votar es comprar una historia. Ser elegido es ser creído. Gobernar es mantener el suspense, aplicar lo que un universitario americano ha llamado la estrategia de Sherezade. Pero el poder ya no dispone del monopolio de la narración. Circulan infinidad de relatos y de contrarrelatos que luchan por imponerse.. Esta inflación de discursos e historias tiene un efecto corrosivo sobre la credibilidad de la palabra pública. La puesta en relato de la acción política destruye a la larga la credibilidad del narrador. Esta pérdida de credibilidad no sería un fenómeno coyuntural relacionado con el contenido de los discursos y con las promesas incumplidas, sino que sería una contradicción estructural, tendencial, como crisis general de la creencia en un mundo en el que el espacio político y el de los medios de comunicación se han fusionado. Por eso la crisis de la representación política no hace sino agravarse desde hace treinta años. El político, tal y como lo conocemos dese hace dos siglos, esta desapareciendo, devorado por su sobreexposición mediática.
Posted on: Mon, 04 Nov 2013 12:08:33 +0000

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