LA FUERZA ES EL DERECHO... Ayer me prepotearon y tuve que - TopicsExpress



          

LA FUERZA ES EL DERECHO... Ayer me prepotearon y tuve que aflojar. Los encargados de cortar el paso y desviar el tránsito en esa esquina no eran mas de cinco o seis. El grupo en total serían, con suerte, poco mas de cien personas. Por mérito propio, o por replicar algún modelo paterno (y materno), no recuerdo desde cuando suelo expresar en voz alta lo que pienso. Todavía sigo aprendiendo a calibrar la forma y el momento para hacerlo. Lo cierto es que si algo saco en conclusión, es que raramente he logrado que alguien cambiara de opinión. Si en este instante tuviera que enumerar las veces que lo logré, permanecería en silencio. Debo ser muy malo para presentar mis fundamentos. -No se puede pasar- Dijo el que parecía organizar el desvío vehícular en esa esquina. ¿Que pasa? -Pregunté- Tengo que ir para allá, agregué señalando con un dedo hacia la dirección prohibida. -Estamos protestando porque la policía se quiso llevar a uno de los nuestros- Respondió. El grupito se acercó un poco al auto. ¿Estamos? ¿Quienes son estamos? ¿A quién pertence uno de los nuestros? ¿Universitarios? Podría ser, considerando que el edificio de tan magna institución se halla a pocos metros del lugar. Pocos libros y carpetas pero muchos palitos con banderitas rojas. Algunas tan mal desplegadas que no logré saber quienes son los que estamos protestando. -Yo no tengo nada que ver- repliqué, -Y tengo que ir hacia allá- Insistí. -No se puede- Volvió a repetir el orador principal mientras otro golpeteó con un nudillo el guardabarro y sin mirarme dijo -mueva el auto!- -¿Que te pasa querido? ¿Que tocás el auto?- Fue mi reacción instantánea. El único que toca a la china y al caballo, hoy devenido en auto, es el gaucho. O sea yo. Nota mental: El día que quieras hacerle perder los estribos a alguien, rayale el auto mientras te está mirando. Luego corre por tu vida. La respuesta me dejó desorientado. -Bueno, Ud. se está buscando el problema!- Lo miré, sin poder encontrar ninguna conexión lógica entre mi petición de circular y estar a la búsqueda de problemas. La gran habilidad de la especie humana es la adaptación. La capacidad de evaluar el entorno y adaptarse a las condiciones que el mismo impone. Mientras yo seguía detenido, percibí como el resto de los conductores, plegándose mansamente al bloqueo cambiaban de dirección, sin proteste, sin bocina. Es probable que yo tenga problemas de adaptación y este irremediablemente condenado a la extinción. Ningún análisis puede pasar por alto la consideración de la correlación de fuerzas era una frase harto repetida, con sus variantes, por mi viejo padre, hoy viejo, pero siempre padre. No se puede ganar siempre, y cuando se pierde se pierde. Puse el auto en movimiento y giré a la única dirección posible mientras les decía Están muy equivocados todos ustedes. Cruzando la bocacalle, pasé junto a dos chicas que sostenían una bandera roja. Imposible leer la pertenencia. Mientras me alejaba, y buscaba un nuevo camino para volver a casa, no sentí bronca por la impotencia que da la imposición de la fuerza sino mas bien un poco de pena. Infinitas charlas con mi viejo acerca del avance imparable, en espiral, del hombre como especie, al que yo oponía una probable recurrencia circular de radio constante, vinieron a mi, vaya uno a saber de que universo neuronal perdido en mi pasado. Pena, digo, al comprobar lo precario y primitivo de la táctica. Pena, digo, porque ni siquiera fueron capaces de comunicar con claridad porque hacían lo que hacían. Pena, digo, porque no puedo dejar de pensar que es ridículo que si voy a pié puedo pasar, pero si voy en auto no. Pena, digo, porque la fuerza es el derecho de las bestias.
Posted on: Wed, 23 Oct 2013 06:27:50 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015