LA HISTORIA DE LA IGLESIA 33a. sesión: Siglo XV Renacimiento. - TopicsExpress



          

LA HISTORIA DE LA IGLESIA 33a. sesión: Siglo XV Renacimiento. Descubrimiento, conquista y evangelización de América. INTRODUCCIÓN Después del cautiverio de Aviñón y del cisma de Occidente, la Iglesia sufría en toda Europa una crisis de credibilidad. Esta crisis se ahondó todavía más por las fuertes convulsiones políticas, sociales y económicas de estos siglos. Ante el desprestigio del sacerdocio, la mentalidad religiosa se orientó a buscar un contacto más directo con Dios. Es lo que hablamos en el siglo anterior sobre la “devoción moderna”. Aquí está, según algunos, el preludio de la reforma protestante de Lutero, pero sólo en algunos puntos que a él le convenían. En general, la formación del clero era muy deficiente y, en algunos casos, existía una marcada corrupción. Algunos obispos actuaban más como señores feudales que como pastores de la Iglesia. La necesidad de una reforma era inminente. Se pensó que el concilio de Constanza la iniciaría, pero apenas hizo algo al respecto. I. SUCESOS “A río revuelto, ganancia de pescadores...” En este clima de desconcierto general en la Iglesia, brotó la herejía husita, iniciada por Juan Huss, por influjo del inglés Wycleff 117, resumida en estos puntos: • Huss critica al Papa y dice que la iglesia verdadera no es la institución, sino la comunidad de los elegidos. Quiere reformar la iglesia y hacerla más pobre. Predicó violentamente contra el rico clero y contra el papado. Acude a Constanza. Fue condenada su concepción de la iglesia. Huss acabó en la hoguera 118. • Ataca a la propiedad y a la autoridad, y por tanto, a la autoridad del Papa. Él, Juan Huss, se dice súbdito del concilio y de Jesucristo. • Niega los sacramentos. • Reclama libertad para predicar y cáliz para los seglares, es decir, comunión bajo las dos especies. • Exige que se prohíban al clero la posesión de bienes y que todo pecado mortal sea castigado. • Niega el celibato sacerdotal. • Niega el culto a los santos. También los emperadores y los poderes civiles, aprovechando esta confusión en la Iglesia, querían seguir interviniendo en asuntos religiosos. Ejemplo de ello fue la llamada Pragmática Sanción de Bourges, firmada por el rey Carlos VIII de Francia. Deseaba constituir una iglesia nacional. Para ello se concedió ingerencia en las elecciones episcopales y permitió que los monjes eligieran abad. Prohibió la publicación de los documentos pontificios que no contaran con su aprobación real. Final del imperio cristiano bizantino y avance turco otomano Terminado el cisma de Occidente, el papa Martín V y su sucesor Eugenio IV anhelaban poner fin también al cisma oriental, comenzado, como dijimos, en 1054. Lo mismo deseaban en Constantinopla los teólogos unionistas. Por otra parte, la creciente amenaza turca impulsaba a los gobernantes bizantinos a buscar un apoyo en la Cristiandad occidental, e inclinaba su ánimo hacia la causa de la unión eclesiástica. Oriente y Occidente estaban de acuerdo en que la solución del cisma habría de conseguirse mediante un Concilio, donde ambas iglesias, la latina y la griega, estuvieran representadas. Se comenzó dicho Concilio en Ferrara el 2 de enero de 1438, y se prosiguió en Florencia, donde hubo de trasladarse a causa de la peste, a partir del 13 de febrero de 1439. Fueron positivos los resultados y se llegó a la unión y a la aceptación del Papa como cabeza y vicario de Cristo, pastor y maestro de todos los cristianos, que rige y gobierna la Iglesia de Dios, sin perjuicio de los derechos de los patriarcas de Oriente. Cuando los obispos griegos volvieron a Oriente encontraron un clima popular resueltamente adverso y antirromano, lanzado por Marco Eugenio de Éfeso, el tenaz enemigo de la unión de las dos iglesias. El emperador Juan VIII, a la vista del sesgo que tomaban los acontecimientos, se dejó intimidar y no se atrevió a proclamar oficialmente la unión de Florencia, aunque tampoco llegó a denunciarla. Entre tanto, los turcos que por conveniencia política habían combatido la unión en las iglesias sujetas a su dominio, ocupaban la mayor parte de los territorios bizantinos y amenazaban de cerca de Constantinopla. Muerto el emperador Juan, su hermano y sucesor Constantino XI decidió promulgar el decreto de unión. La unión, concluida en Florencia, fue solemnemente proclamada en la catedral de santa Sofía, el 12 de diciembre de 1452, en presencia del emperador, del legado papal y del patriarca bizantino. La reacción fue un violento tumulto iniciado por el clero y los monjes, que lanzaron el grito de guerra, ardorosamente coreado por las turbas: “¡Reine sobre Constantinopla el turbante de los turcos, antes que la mitra de los latinos!”. Medio año más tarde, ese voto tenía cumplimiento: en abril de 1453, la ciudad de Constantinopla es sitiada por los turcos. Y el 29 de mayo toman por asalto la ciudad. El emperador sucumbe y muere sobre las murallas. El sultán Mahoma II entra a caballo en Santa Sofía, alfombrada de cadáveres. Había sucumbido la segunda Roma. El Imperio bizantino pasaba a la historia. Moscú recogía la herencia como “tercera Roma” (1461). Un concilio ruso proclamó en 1448 la autonomía de la iglesia rusa, eligiendo al metropolita de Moscú. El siglo XVI presenciará horrorizado los siguientes avances turcos, hasta que serán detenidos en la batalla de Lepanto. Renacimiento: Una nueva concepción del mundo. En el centro, el hombre Los intelectuales europeos estudiaron la cultura grecolatina. Los adelantos científicos de la época promovieron los cambios culturales. El sistema económico del feudalismo decayó dando paso a un incipiente capitalismo. La imprenta de Guttemberg revolucionó la vida intelectual. El primer libro que salió de sus manos fue la Biblia (1455). Ya la Sagrada Escritura no era privilegio de eruditos, sino de todos. Las técnicas de los viajes marítimos fueron usadas y perfeccionadas por los portugueses, sobre todo. ¿Qué características tuvo el Renacimiento? a) El centro de todo no es Dios, sino el hombre. b) Vuelta a los clásicos grecolatinos en letras (literatura) y arte (arquitectura, pintura y escultura). Así nacieron las Academias que acogían a los estudiosos reunidos para comentar las obras producidas por la imprenta. El Renacimiento privilegió a Platón, por encima de Aristóteles. La Escolástica recibió burlas despectivas. c) Los mismos Papas fueron mecenas o protectores de artistas. Por ejemplo, Nicolás V patrocinó la traducción de los autores griegos al latín. Sixto IV mandó construir la Capilla Sixtina (1475). Estos mismos papas propiciaron el nepotismo, los escándalos financieros, acumulación de beneficios, proliferación de espectáculos escandalosos, ejercicio de políticas de expansionismo y poca afición a las virtudes ascéticas. Contra estos vicios alzó la voz Jerónimo Savonarola, dominico, predicador de fuego. Alejandro VI intentó conquistarle y ponerle de su parte; pero no lo consiguió. Por tanto, prohibió a fray Jerónimo que predicara. Él desobedeció, alegando, como Huss, que obedecía los designios de Dios. El Papa Alejandro VI lo excomulgó. Terminó tristemente en la hoguera en 1498, en Florencia. Otro dominico, español, Vicente Ferrer, mostró también, pero con más respeto, ansia de reformar las costumbres en la Iglesia, a la que con todos sus defectos, tuvo una firme adhesión. Son famosos sus sermones y tratados de vida espiritual. El franciscano san Juan de Capistrano levantó el alma de Hungría y a caballo –crucifijo en mano- definió la derrota del Islam, que amenazaba Europa. San Bernardino de Siena –franciscano- con su predicación y vida santa sostuvo a las comunidades y pueblos italianos en su fe. Descubrimiento, conquista y evangelización de América 1492 fue un año muy importante para España y Portugal. Fueron expulsados los moros, se casaron los reyes católicos que tanto empujaron la causa católica, Colón descubrió América, nació Ignacio de Loyola, el cardenal Cisneros reformó la vida espiritual de España y fundó la universidad de Alcalá de Henares. Veamos este tema, de tanta importancia en la historia de la humanidad y en la historia de la Iglesia. a) Los hechos En 1492 Colón 119 obtiene los títulos vitalicios y hereditarios de Virrey, Almirante y Gobernador, con poderes jurisdiccionales sobre las tierras a descubrir; se le adjudica el 10 % de las riquezas halladas. El 3 de agosto salen del Puerto de Palos, en Huelva, las carabelas Pinta, Niña y Santa María, con unos 100 hombres, la mayoría andaluces, algunos vascos y gallegos 120 . Era el primer viaje de Colón. El 12 de octubre descubren la isla Guanahaní (más tarde llamada San Salvador), Cuba y Santo Domingo. En santo Domingo se funda el fuerte Navidad, primer establecimiento europeo en el continente americano. “Y es santo Domingo donde se plantó la primera cruz, se celebró la primera misa, se recitó la primera avemaría y de donde entre diversas vicisitudes, partió la irradiación de la fe a otras islas y luego a tierra firme, dando así comienzo a la gesta evangelizadora de Nuevo mundo” 121 . En 1493 Colón regresa a España. Desembarca en Barcelona y se entrevista con los reyes en el mes de abril. El 25 de septiembre parten de Cádiz 17 nuevas carabelas, las cuales transportan al Nuevo Mundo 1.500 hombres con instrucciones para la evangelización, comercio y colonización de estas tierras. Es el segundo viaje de Colón. Se funda la primera ciudad, llamada Isabela en honor de la Reina Católica, entre las ruinas del fuerte Navidad, destruido por los indios. Realizan viajes a Cuba –que Colón cree ser la India- y a Jamaica; vuelven a Santo Domingo, entonces llamada La Española, donde el gobierno de Cristóbal Colón produce descontento. Se plantea el problema de la esclavitud indígena. En 1495, en el mes de octubre, desde la metrópoli se envía a La Española un representante real; Colón entrega el gobierno a su hermano Bartolomé y regresa a España para defenderse de las acusaciones que se le hacen en la Corte de maltrato de los indios. En 1498, 30 de mayo, Colón realiza su tercer viaje 122 al Nuevo Mundo. Salen de Sevilla y Sanlúcar seis carabelas, que siguen dos rutas: una va hacia La Española y la otra hacia el Sudoeste. Descubrimiento de Trinidad y de la desembocadura del Orinoco. En el mes de agosto llegan a distintos puntos del continente, que Colón sigue creyendo ser las Indias orientales. En 1500 el portugués Pedro Álvarez Cabral descubre el Brasil, al tiempo que Vicente Y. Pinzón llega a su costa nordeste y a las bocas del Amazonas. Juan de la Cosa traza el primer mapa de las tierras exploradas. Tras su regreso a La Española, Roldán encabeza una sublevación contra Colón. Bobadilla es enviado a esta isla por los reyes con plenos poderes, y procesa a Colón, que es enviado a España en calidad de preso. Esto conlleva la supresión de sus privilegios, salvo los títulos de Virrey y Almirante. En 1502 Nicolás de Ovando es enviado a La Española como gobernador de la isla, con amplios poderes judiciales. Pacifica la isla. Hernán Cortés intenta embarcar en esta expedición, pero un accidente sufrido en una aventura galante se lo impide. El día 11 de mayo, Cristóbal Colón sale de Cádiz con cuatro carabelas, iniciándose así su cuarto viaje. Se le han renovado todos sus privilegios, pero se le prohíbe dirigirse a La Española. Llegan a la costa centroamericana (actualmente Honduras y Panamá). 1505-1508: en las juntas de Toro y Burgos, en las que participan, entre otros, Américo Vespucio y los hermanos Pinzón, se estudia la posibilidad de hallar un paso a través del continente que conduzca a las Indias orientales. Igualmente, se crea el puesto de Piloto Mayor, para el que es nombrado el afamado marinero italiano Américo Vespucio. Cristóbal Colón muere en Valladolid, el 20 de mayo de 1506, pobre y olvidado. 1513: Viajes menores de exploración y conquista de América. Mediante establecimiento de compañías comerciales y el apoyo financiero de la Corona española o de algunos banqueros extranjeros, Alonso de Ojeda, Américo Vespucio, los hermanos Pinzón, Juan de la Cosa, Alonso Niño y otros marineros recorren las costas americanas, desde el Brasil hasta las Antillas mayores: Trinidad, Venezuela, Colombia, Panamá, las bocas del Amazonas y el Orinoco. Hernán Cortés participa en la expedición de Diego Velásquez a Cuba, en la que ocupa un cargo militar, limitándose a desempeñar funciones burocráticas. En Cuba ejerce actividades muy diversas: es agricultor, ganadero, buscador de oro, negociante, etc. De los relatos de Américo Vespucio se desprende que las tierras descubiertas forman un nuevo continente, al que Martín Waisdseemuller propone que se dé el nombre de “América”, en honor de Américo Vespucio. Vasco Núñez de Balboa cruz el istmo de Panamá y descubre el océano Pacífico. 1515: Expediciones de Juan Díaz Solís por las costas uruguayas el río de la Plata. Se busca un paso entre los océanos Atlántico y Pacífico. Retroceso de los conquistadores ante los valientes y decididos ataques de los indios. 1518: Diego Velázquez confía a Hernán Cortés el mando de una expedición cuyo objetivo lejano es la conquista del Imperio azteca. El conquistador extremeño parte de la ciudad de Santiago en el mes de noviembre, antes de la fecha prevista, con 11 barcos y 700 hombres. 1519: Primera circunnavegación de la Tierra. Fernando de Magallanes, portugués al servicio de la Corona de Castilla, alcanza por Occidente las islas de las Especies. Uno de sus cinco navíos, el “Victoria”, al mando de Juan Sebastián Elcano, regresará a Sevilla tras una travesía de 1.124 días. Queda probada, así, la esfericidad de la Tierra. La expedición de Hernán Cortés se dirige a la península de Yucatán, funda Veracruz e inicia la penetración hacia el interior de México. En noviembre, las huestes de Cortés llegan a la capital azteca, Tenochtitlán, siendo bien recibidas por el emperador, que se reconoce vasallo del rey de Castilla. 1521: Hernán Cortés, nombrado capital general, somete todo el Imperio azteca y realiza expediciones a Yucatán y Honduras, que son anexionadas a Nueva España: Carlos V implanta una sólida organización administrativa en estos territorios. 1525: Francisco Pizarro y Diego de Almagro emprenden dos viajes con un triple objetivo descubridor: extender los límites conocidos, buscar la unión de los dos océanos y enriquecerse con las cabalgadas, acompañadas de saqueros y razzias. 1526-1528: Segunda expedición al Perú de Pizarro y Almagro, descubriéndose el Incario. Aunque no llegan a conocer su organización imperial, los conquistadores se enteran de las luchas entre Atahualpa y Huáscar. Ante las posibilidades de conquista, retornan a Panamá en busca de ayuda. 1529: Pizarro se traslada a España, donde es recibido por Carlos V, que le nombra gobernador, capitán general, adelantado y alguacil mayor, y se le concede la hidalguía. El rey firma la capitulación de la conquista de Perú, sometida finalmente. 1537-1538: Las expediciones de Solís por el río de la Plata atraen el interés hacia aquella región. Así, Pedro de Mendoza inicia la exploración del territorio. 1540: Expedición de Pedro de Valdivia a Chile, entonces llamada Nueva Extremadura. Se funda en este territorio la ciudad de Santiago, futura capital del país. 1557: Termina la difícil conquista de Chile: el valor de los araucanos es cantado por Ercilla en La Araucana. El período de conquista puede considerarse terminado. b) Elementos de juicio 123 ¿Qué decir, primero, del descubrimiento? Quizá nunca en la historia se ha dado un encuentro profundo y estable entre pueblos de tan diversos modos de vida como el ocasionado por el descubrimiento hispánico de América. En el Norte los anglosajones se limitaron a ocupar las tierras que habían vaciado previamente por la expulsión o la eliminación de los indios. Pero en la América hispana se realizó algo infinitamente más complejo y difícil: la fusión de dos mundos inmensamente diversos en mentalidad, costumbres, religiosidad, hábitos familiares y laborales, económicos y políticos. Ni los europeos ni los indios estaban preparados para ello, y tampoco tenían modelo alguno de referencia. En este encuentro se inició un inmenso proceso de mestizaje biológico y cultural, que dio lugar a un Mundo Nuevo. El mundo indígena americano, al encontrarse con el mundo cristiano que le viene del otro lado del mar, es, en un cierto sentido, un mundo indeciblemente arcaico, cinco mil años más viejo que el europeo. Sus cientos de variedades culturales, todas sumamente primitivas, sólo hubieran podido subsistir precariamente en el absoluto aislamiento de unas reservas. Pero en un encuentro intercultural profundo y estable, como fue el caso de la América hispana, el proceso era necesario: lo nuevo enriqueció a lo antiguo. Muchas de las modalidades culturales de las Indias, puestas al contacto con el nuevo mundo europeo y cristiano, vinieron enriquecidas; por ejemplo, cerbatanas y hondas, arcos, poco a poco, dejan de fabricarse, ante el poder increíble de las armas de fuego que permiten a los hombres lanzar rayos. Las flautas, hechas quizá con huesos de enemigos difuntos, y los demás instrumentos musicales, quedan olvidados en un rincón ante la selva sonora de un órgano o ante el clamor restallante de la trompeta. El mismo arte pictórico vino enriquecido al conocer el milagro de la escritura, de la imprenta, de los libros. Los vestidos, el cultivo de los campos con los arados y los animales de tracción, antes desconocidos. Esto en el campo material. ¿Y en el campo espiritual? Europa ofrece al mundo indígena la verdad del matrimonio monogámico y el monoteísmo. ¿Qué queda entonces de las antiguas culturas indígenas? Permanece lo más importante: sobreviven los valores espirituales indios más genuinos, el trabajo y la paciencia, la abnegación familiar y el amor a los mayores y a los hijos, la capacidad de silencio contemplativo, el sentido de la gratuidad y de la fiesta, y tantos otros valores, todos purificados y elevados por el cristianismo. Sobrevive todo aquello que, como la artesanía, el folklore y el arte, da un color, un sentimiento, un perfume peculiar, al Mundo Nuevo que se impone y nace. Por el diario de Colón podemos colegir que el objetivo primero del descubrimiento era hacer cristianos 124 , y el segundo hallar oro: “Así que deben Vuestras Altezas 125 determinarse a los hacer cristianos, que creo que si comienzan, en poco tiempo acabarán de los haber convertido a nuestra santa fe multidumbre de pueblos, y cobrando grandes señoríos y riquezas, y todos sus pueblos de la España, porque sin duda es en estas tierras grandísima suma de oro, que no sin causa dicen estos indios que yo traigo, que hay en estas islas lugares adonde cavan el oro y la traen al pescuezo, a las orejas y a los brazos”. Evangelio y oro no son en el siglo XVI cosas contrapuestas, o al menos pueden no serlo. Esto, nosotros no acabamos de entenderlo. Colón confesó de todo corazón: “El oro es excelentísimo; del oro, se hace tesoro, y con él, quien lo tiene, hace cuanto quiere en el mundo, y llega a que echa las ánimas al Paraíso” (IV Viaje). En esta declaración, muy enraizada en el siglo XVI hispano, la pasión por el oro no se orienta ante todo, como hoy suele ser más frecuente, a la vanidad y la seguridad, o al placer y la buena vida, sino que pretende, más que todo eso, la acción fuerte en el mundo y la finalidad religiosa. Descubridores y conquistadores, según se ve en las crónicas, son ante todo hombres de acción y de aventura, en busca de honores propios y de gloria de Dios, de manera que por conseguir estos valores muchas veces arriesgan y también pierden sus riquezas y aún sus vidas. Y si consiguen la riqueza, rara vez les vemos asentarse para disfrutarla y acrecentarla tranquilamente. Ellos no fueron primariamente hombres de negocios, y pocos de ellos lograron una prosperidad burguesa. En Colón, concretamente, la fe y el oro no se contradicen demasiado, si tenemos en cuenta que, como él dice, “así protesté a Vuestras Altezas que toda la ganancia de esta mi empresa se gastase en la conquista de Jerusalén, y Vuestras Altezas se rieron y dijeron que les placía, y que sin esto tenían aquella gana” (I Viaje, 26 diciembre). En el próximo capítulo veremos: “La Conquista de América”. --------------------------------------------------------- 117. Negaba la transubstanciación eucarística, el primado del papa. 118. Estas son las últimas palabras de Huss en la hoguera de Costanza: “Dios es testigo de que jamás he enseñado ni predicado lo que se me atribuye por la deposición de falsos testigos. Mi primera intención en mi predicación y todos mis actos ha sido la de arrancar a los hombres del pecado. Estoy dispuesto a morir con gozo en la verdad del evangelio, que he escrito, enseñado y predicado según la tradición de los santos doctores” (6 julio de 1415). 119. El medio providencial para el encuentro de Colón y la reina Isabel fueron unos humildes y cultos franciscanos de la Rábida, junto a Palos de la Frontera (Huelva, en Andalucía). El superior del convento era fray Juan Pérez, antiguo confesor de la reina Isabel la Católica. Fueron los franciscanos quienes facilitaron a Colón el encuentro con la reina, y quienes le apoyaron después en las arduas discusiones con los doctores de Salamanca y con los funcionarios del rey. Finalmente el 17 de abril de 1492, tras varios años de tenaces gestiones, se formularon las Capitulaciones de Santa Fe, en las que se determinaron las condiciones de la expedición en la que Colón iba a descubrir un Mundo Nuevo. 120. No eran todos angelitos, pero eran sin duda hombres de fe, gente cristiana, pueblo sencillo. Así, por ejemplo, solían rezar o cantar cada día la “Salve Regina”, con otras coplas y prosas devotas que contenían alabanzas de Dios y de Nuestra Señora, según la costumbre de los marineros. Así lo cuenta en su diario el mismo Colón. 121. Juan Pablo II, Viaje apostólico a la República dominicana, 25 de enero de 1979. 122. Colón se sentía elegido para esta misión, aunque se reconocía gran pecador. Al terminar su tercer viaje, comienza su relación a los Reyes diciendo: “La Santa Trinidad movió a Vuestras Altezas a esta empresa de las Indias y por su infinita bondad hizo a mí mensajero de ellos”. No se puede negar que Colón era un cristiano muy sincero, profundamente religioso. El padre Bartolomé de las Casas dice de él que “en las cosas de la religión cristiana sin duda era católico y de mucha devoción”. 123. Recojo este juicio, parte del libro “Hechos de los apóstoles de América, de José María Iraburu, fundación Gratis Date, 1999, Pamplona; y parte también del libro “Historia de la Iglesia” de Francisco Martín, ediciones Palabra, volumen II, 2000, Madrid. 124. “En todas las partes, islas y tierras donde entraba dejaba siempre puesta una cruz”, y cuando era posible “una muy grande y alta cruz” (I Viaje, 16 noviembre). Las colocan con toda conciencia, “en señal que Vuestras Altezas tienen la tierra por suya, y principalmente por señal de Jesucristo Nuestro Señor y honra de la Cristiandad” (12 diciembre). Y así “en todas las tierras adonde los navíos de Vuestras Altezas van y en todo cabo, mando plantar una alta cruz, y a toda la gente que hallo notifico el estado de Vuestras Altezas y cómo tenéis asiento en España, y les digo de nuestra santa fe todo lo que yo puedo, y de la creencia de la santa madre Iglesia, la cual tiene sus miembros en todo el mundo, y les digo la nobleza de todos los cristianos, y la fe que en la santa Trinidad tienen” (III Viaje). 125. Refiriéndose a los reyes católicos, Isabel y Fernando.
Posted on: Mon, 22 Jul 2013 04:42:55 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015