LA IGLESIA DE LA VICTORIA: LOS MÍNIMOS EN ESPAÑA Y ANDALUCÍA Si fue grande la fama del Santo Francisco de Paula en vida, se propagó, después de su muerte, en Europa y en España su poder taumaturgo, convirtiéndose en gran obrador de milagros para con sus devotos. Esta aureola de santidad hizo crecer el número de vocaciones religiosas y extender mucho más la fundación de conventos. La Orden de los Mínimos se expandió por Italia en el siglo XV y fue introducida en Francia en 1483, para llegar más tarde a España en 1492 y a Alemania en 1497, llegando incluso posteriormente a America latina. En 1567 el Papa Pío V con la bula Apostolicae Sedis benignitas incluyó a los mínimos dentro del grupo de las Órdenes mendicantes. Los inicios de la entrada de la Orden de los Mínimos en España se remontan al año 1487, cuando el santo Fundador se encuentra el Plessis-Les-Tours, Francia. Fernando V, el católico, después de haber vencido al rey Alfonso V de Portugal que pretendía los reinos de Castilla y León, quiere reconquistar el reino de Granada. En 1487, había puesto cerco a Málaga, antigua ciudad del reino de Granada, con puerto en el Mediterráneo. Ante las dificultades de conseguir la victoria, Francisco de Paula, posiblemente por medio del Conde de Lucena, embajador de Fernando V en Tours, tiene conocimiento del hecho y envía dos religiosos para que adviertan al rey que continuase, pues conseguiría la victoria. Poco tiempo después Málaga sería conquistada. En memoria de acontecimiento, el pueblo dio a los Mínimos el nombre de "Victorios" o "Frailes de la Victoria". Fernando V, en señal de agradecimiento mandó edificar un oratorio denominado " Santa María de la Victoria", prometiéndoles transformarlo en convento, cosa que aconteció el 22 de septiembre de 1492, dándoselo a los frailes y concediéndoles licencia para que pudiesen fundar en cualquier parte de su reino. Con esta fundación la Orden de los Mínimos entra en España. Poco tiempo después surgirán las fundaciones de Andujar ( 1495), Puerto de Santa María (1502) y Écija ( 1506). Al fallecer el fundador de los Mínimos, grandes personajes y santos se enamoraron de él, ingresando en la Tercera orden seglar Mínima, siendo, entre otros, los hoy canonizados San Francisco de Sales, San Vicente de Paul, San Juan de Dios y la reina Santa Juana de Valois. La primera orden Mínima dio también sus frutos de santidad en dos de sus hijos que fueron beatificados por Pío VI en 1786, cuyos nombres son: El sac****te valenciano, llamado Beato Gaspar Bono y el simple hermano lego italiano, Beato Nicolás de Longobardi, nacido en Calabria. En el capítulo general de 1507 será erigida la "Provincia de España" que posteriormente será desmembrada. Así, a finales del siglo XVI ya tenía 58 conventos distribuidos en 5 Provincias religiosas (Granada 1507, Castilla 1535, Valencia 1574, Cataluña-Aragón 1581 y Sevilla o Bética 1599). Pero fue en el siglo XVII la Orden en España experimentó un importante crecimiento de sus conventos, alcanzando 81 conventos distribuidos en 7 Provincias religiosas (las citadas más las de Mallorca en 1602 y Aragón 1616). En el siglo XVIII se añadirán 6 conventos más, quedando las mismas Provincias. En tierras andaluzas se dividieron principalmente en dos provincias religiosas. P. Juan de Morales nos cuenta la historia de los numerosos conventos de las dos provincias en que se dividió Andalucía, es decir, la de Granada, que conservó el más antiguo nombre, con los siguientes conventos: Málaga, Andújar, Granada, Córdoba, Motril, Almuñecar, Loja, Archidona, Antequera, Estepa, Osuna – que por razones especiales no pasó a la Provincia Mínima de Sevilla – Olvera, Écija, Cabra, Úbeda, Baeza y el Noalejo (prov. de Jaén). No fue menor el número de conventos enclavados en la llamada de la Bética o de Sevilla: en Sevilla, Triana y colegio San Francisco de Paula, Arahal, Puerto de Santa María, Jerez de la Frontera, La Puebla, Aznalcazar, Morón, Conil, Almonte, Huelva, Medina Sidonia, Alcalá de los Gazules, Jimena, Utrera y Sanlúcar de Barrameda. La segunda orden femenina, que nació y se conservó con alegría, pobreza y caridad en nuestra Península, puede gloriarse de haber conservado sus 10 y únicos monasterios, en Andújar, Antequera, Archidona, Barcelona, Daimiel, Écija, Jerez de la Frontera, Mora de Ebro, Sevilla y Valls. En los siglos XIX-XX también la Orden en España sufrirá, como hemos dicho anteriormente, las consecuencias de la extinción y la persecución. La Desamortización de Mendizábal en 1835, siguiendo con la "Semana Trágica de Barcelona" (1908) para terminar con la Guerra Civil Española (1936-1939) dejó prácticamente extinguida la Orden y tres de sus religiosos martirizados. (Convento de la Victoria de Écija que quedó en pie hasta la década de 1960) (Iglesia de la Victoria de Estepa, destruida en 1939) Según el cronista mínimo, P. Boni d’Attachi, en 1523 existieron unos 6.430 religiosos en Europa, había 350 conventos y 30 provincias; en cambio hubo 360 religiosas Mínimas en 11 conventos, casi todos fundados y existentes en España, si hemos de dar crédito a los anuarios de Battendier y de Subirana. Después que comenzaron la Revolución francesa y las diversas secularizaciones, exclaustraciones y amotizaciones, en el siglo pasado, quedaron reducidos los religiosos Mínimos a unos 300, que vivían en 19 conventos; 15 de ellos estaban en Italia, 2 en Sicilia, 1 en Cerdeña y otro en Barcelona, llamado de San Joaquín en Guinardo. Al iniciarse el siglo XXI había sólo 176 frailes de esta Orden en todo el mundo repartidos por 41 conventos. Hoy la Orden en España tiene tres comunidades: Barcelona (1901), Madrid (1966), y Sevilla (1998). En 2007 las congregaciones religiosas de la Orden Mínima y las ciudades vinculadas con la Orden conmemoraron el V Centenario del fallecimiento de San Francisco de Paula. La Real Hermandad de Santa María de la Victoria de Málaga organizó una exposición bajo el emblema "Charitas" de la Orden. Pueden consultar la exposición en La Hornacina y en el blog de la hermandad.
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 20:34:57 +0000
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