LA SANA DOCTRINA El mundo evangélico de hoy esta plagado de - TopicsExpress



          

LA SANA DOCTRINA El mundo evangélico de hoy esta plagado de “predicadores” y de “predicadoras”. Podríamos decir que existe un número considerable de impulsados y de auto-impulsados, o sea los que surgen por la manipulación de las circunstancias en reuniones místicas (muy espirituales según ellos) o de sueños y visiones de las cuales muchos de ellos dicen que ellos predican a Cristo pero no doctrina. Su hipótesis surge de la siguiente expresión: “el amor une y la doctrina divide”. Este tipo de afirmaciones, frecuentes en nuestros días, genera confusión acerca de la importancia de la doctrina, presentándola como contraria a la predicación efectiva del evangelio y enemiga de la unidad del cuerpo de Cristo, entonces la pregunta que todo cristiano debe hacerse es la siguiente: ¿Es posible que la doctrina realmente divida? Sin ir muy lejos en el libro de los Hechos se nos dice que los primeros cristianos “perseveraban en la doctrina de los apóstoles…” (Hechos. 2:42). Luego se describe la vida cotidiana señalando que “los que habían creído estaban juntos” (v. 44), “perseverando unánimes cada día” (v. 45). “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (v. 47). Como es evidente, la perseverancia en la doctrina no afectaba la unidad; al contrario, era un factor determinante para mantenerla. Por otro lado, tampoco estorbaba la predicación, que era vigorosa y efectiva. En resumen la sana doctrina une y fortalece al cuerpo de Cristo, es decir a la Iglesia. Nadie puede crecer saludablemente comiendo comida podrida ya que terminará enfermo y muy debilitado. Recordemos que Dios nos dio la Biblia para enseñarnos acerca de Él y Sus caminos, y puesto que Dios no es un Dios de confusión (1 Corintios 14:33), toda confusión procede de las fuerzas destructivas del mundo, de la carne y del diablo. La palabra “mundo” es el impío sistema mundial y su gente, quienes ni entienden ni les importa la Sana Doctrina; la “carne” es la persistente naturaleza pecaminosa que tenemos todos los cristianos y que corrompe nuestro piadoso caminar; y el “diablo” se refiere a Satanás y sus demonios que tuercen la Palabra de Dios, y quienes a menudo se disfrazan como ángeles de luz (2 Corintios 11:14-15). Cada una de esas fuerzas puede actuar individualmente o en conjunto para confundir a la gente acerca de la Sana Doctrina. Trágicamente, la confusión acerca de la Biblia, puede conducir a una falsa esperanza de salvación. En las tentaciones de Jesús, Satanás usó falsas interpretaciones de la Palabra de Dios (Mateo 4:1-11). Satanás usa la misma táctica en la actualidad, tomando una verdad bíblica y aplicándola erróneamente. Satanás es hábil en torcer la Palabra de Dios solo lo suficiente como para producir consecuencias desastrosas. Algunas veces, la confusión sobre lo que la Biblia enseña, procede de una mala traducción de la Biblia. Sin embargo, más a menudo, la confusión es el resultado de descuidados métodos de estudio de la Biblia entre creyentes, y las doctrinas de falsos predicadores, maestros y escritores (2 Corintios 11:12-13). Estos falsos profetas, aún usando traducciones apropiadas, ya sea por ignorancia o intencionalmente, tuercen y distorsionan la Palabra de Dios para promover sus propios intereses o apelar a la lógica del mundo. La Sana Doctrina esta íntimamente relacionada con la doctrina de la suficiencia de la Escritura el cual es un principio fundamental de la fe cristiana. Decir que las Escrituras son suficientes, significa que la Biblia es todo lo que necesitamos para equiparnos para una vida de fe y servicio. Nos proporciona una clara presentación de la intención de Dios para restaurar la relación rota entre Él y la humanidad a través de Su Hijo Jesucristo. La Biblia nos enseña acerca de la fe, la elección y salvación por los méritos y la muerte de Jesús en la cruz y Su resurrección. Ningún otro escrito es necesario para entender estas buenas nuevas, ni ningún otro escrito se requiere para equiparnos para una vida de fe. “Escritura” se refiere al Antiguo y Nuevo Testamentos. El apóstol Pablo declaró que “todas las Escrituras te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Si la Escritura es “espirada por Dios” entonces no es inspirada por hombres. Aunque fue escrita por hombres, “nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). Es decir actualmente ya no es necesario que aparezca por ahí un “iluminado” y comience a diseminar sus supuestas revelaciones espirituales o que diga que Dios le hablo y que le dijo esto o aquello. Ningún escrito humano es necesario para equiparnos para todo trabajo de servicio a Dios; solo Su Palabra puede hacer esto. Entonces, si la Escrituras son suficientes para equiparnos completamente, entonces nada más es necesario, por lo tanto la Sana Doctrina es la revelación dada por Dios por medio de sus apóstoles verdaderos (NT) y por medio de sus profetas verdaderos (AT). Colosenses 2 habla sobre los peligros que enfrenta toda iglesia cuando se impugna la suficiencia de la Escritura, o cuando la Escritura es combinada con escrituras no bíblicas. Pablo advierte a la iglesia de Colosas, “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Colosenses 2:8). Todo lo que haga contradecir la Verdad ya revelada en la Biblia, no es Sana Doctrina, sino doctrinas de hombres o de demonios. Judas es aún más directo: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.” (Judas 1:3). Nótese la frase “una vez dada” Esto indica claramente que ningún otro escrito aunque venga del pastor mas dedicado, o teólogo, o iglesia de cualquier denominación, puede reflejar o complementar la Palabra de Dios. La Biblia contiene todo aquello que es necesario para el creyente entienda el carácter de Dios, la naturaleza del hombre y las doctrinas del pecado, el cielo, el infierno y la salvación a través de Jesucristo. Tal vez los versículos más enfáticos sobre el tema de la suficiencia de la Biblia vienen del libro de los Salmos. En el Salmo 19:7-14, David se regocija en la Palabra de Dios, declarando que es perfecta, digna de toda confianza, recta, radiante, iluminadora, firme y totalmente justa. Puesto que la Biblia es “perfecta” ningún otro escrito es necesario para entender la Sana Doctrina. Hoy en día la Sana Doctrina está bajo ataque, y tristemente ese ataque proviene casi siempre desde dentro de nuestras mismas iglesias. Técnicas mundanas de organización, métodos para atraer multitudes, entretenimiento, revelaciones no bíblicas, misticismo, y consejería psicológica, todos declaran que la Biblia y sus preceptos no son adecuados para vivir la vida cristiana. Pero Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen”. (Juan 10:27). Su voz es todo lo que necesitamos oír, y las Escrituras son Su voz, total y absolutamente suficiente, La Sana Doctrina es por lo tanto todo el consejo de Dios, sus enseñanzas, sus advertencias, etc. las cuales están en la Palabra de Dios y son La Palabra de Dios, sin necesitar ningún agente externo humano que se levante como esencial para tener o saber cual es la Sana Doctrina.
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 19:50:51 +0000

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