LA TRAICION DE LA PANDILLA DEL BARRANCO. por Fernando Abel Maurente Mientras en el frente norte se combatía bajo las órdenes de Bolívar, el frente sur se debatía en una guerra nacional (la alianza burguesía bonaerense-imperialismo inglés contra la “anarquía” de los ex soldados sanmartianianos convertidos luego de Arequito en caudillos provinciales. La lucha inicial independentista era ahogada en sangre por los ilustres doctores-tenderos de Buenos Aires. Las provincias Unidas del Río de la Plata se hundían en el pasado fragmentadas en las “repúblicas” de Bolivia, Uruguay, Argentina y Chile por acción de la camarilla rivadaviana Lo afirma con claridad el historiador Rufino Blanco Fombona “Todavía en 1824 Bernardino Rivadavia pacta con los españoles estorbando así la campaña de Ayacucho”. La fiebre por los negocios con Gran Bretaña lleva a los rivadavianos a hacer la “paz a cualquier precio” para reservarse el triste papel de intermediación parasitaria al servicio de la industria manchesteriana Y hacer la “guerra a cualquier precio” para ganar los mercados haciendo buena letra con sus socios industriales. Rivadavia como jefe de esa burguesía rapaz decide no solo entregar la Banda Oriental a los portugueses sino hacer la paz a cualquier precio con los españoles. Había boicoteado el Congreso convocado en 1821 por el insurrecto de Arequipa, general Bustos. Ahora estaba dispuesto a negociar con los españoles. A tal fin obligaba a los gobiernos sudamericanos a enviar negociadores firma la Convención Preliminar de Paz (Julio de 1823). En dicha convención se establecía que las hostilidades cesarian en 60 días después de su ratificación. Esta paz se extendería por un año y medio hasta la firma de la Paz definitiva. Participan de ese tratado el Brigadier Baldomero Espartero por los españoles y Juan Gregorio de Las Heras por la Argentina. Olañeta recibe la orden en la que se le advierte “que no debe disponer ninguna expedición en dirección alguna sobre las provincias de abajo sin expresa orden mía pues además en Salta están reunidos para tratar de negociar, el general Las Heras por parte del gobierno de Buenos Aires y el Brigadier Espartero por la de este superior gobierno”. Dice el historiador irlandés Daniel Florencio O´Leary que “con esa tregua Buenos Aires se ha retirado implícitamente de la contienda (…) el gobierno de Buenos Aires pacta con los españoles, con perjuicio de la causa americana” Es claro. Bernardino González Rivadavia es un profesional de la entrega y la traición a la causa sudamericana. Negocia la sangre derramada en los campos de batalla con tal de asegurar los negocios a los dueños de la aduana de Buenos Aires. Estos hombres estaban, estuvieron y estarán dispuestos a todo. La Historia que veremos nos lo irá demostrando. Este monstruo convive aún con los argentinos de buena fe. Las Heras firma la Convención Preliminar de Paz (Julio de 1823). En dicha convención se establecía que las hostilidades cesarian en 60 días después de su ratificación. Esta paz se extendería por un año y medio hasta la firma de la Paz definitiva. Participan de ese tratado el Brigadier Baldomero Espartero por los españoles y Juan Gregorio de Las Heras por la Argentina. Olañeta recibe la orden que le advierte “que no debe disponer ninguna expedición en dirección alguna sobre las provincias de abajo sin expresa orden mía pues además en Salta están reunidos para tratar de negociar, el general Las Heras por parte del gobierno de Buenos Aires y el Brigadier Espartero por la de este superior gobierno”. Dice el historiador irlandés Daniel Florencio O´Leary que “con esa tregua Buenos Aires se ha retirado implícitamente de la contienda (…) el gobierno de Buenos Aires pacta con los españoles, con perjuicio de la causa americana” Es claro. Bernardino González Rivadavia es un profesional de la entrega y la traición a la causa sudamericana. Negocia la sangre derramada en los campos de batalla con tal de asegurar los negocios para la enferma oligarquía bonaerense
Posted on: Wed, 18 Sep 2013 13:09:55 +0000
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