LA VIRGEN DE LOS CORDERO El rumor comenzó a correr por todo el pueblo como reguero de pólvora. La gente comentaba en grupitos. Sara Ayùs me llamó a las seis de la mañana para preguntarme que pasaba en el pueblo. Mira, periódico loco… (me dijo cuando llegué a ver por que me habia llamado tan temprano, cuando ella abría su oficina de información y prensa a las ocho de la mañana), no te hagas el pendejo, te estas tragando la noticia solito. Yo le dije que habia pasado toda la noche trabajando y que no sabía de nada que hubiera ocurrido en Sahagùn en las últimas horas. Ante tanta insistencia me tocó sacrificar el ratico de sueño que pensaba echarme a esa hora, tomar la grabadora y a cazar la noticia. La gente corría como loca para todos los lados y me encuentro con el profesor Altamar que iba acelerado para la Anexa, donde habia aparecido la virgen, le di el chance en la moto y tuvimos que dar la vuelta por el Miramar para poder llegar, ya que la cantidad de gente era impresionante, y a pesar de lo temprano que era, ya habia fritangas por todos lados, venta de bolis, chichas, helados y hasta mesas de juegos. Era una feria por todo lo alto. Llega la policia y tuvo que acordonar el lugar para evitar una desgracia, porque la gente se empujaba para llegar hasta donde estaba la virgen. La Barajì, la única emisora del pueblo lanza la noticia al aire y a las pocas horas llegan buses de la Uniòn, de Caimito, de San Marcos, volquetas con pasajeros de Planeta Rica, Chinù y Cienaga de Oro. Ese dia a pesar de los esfuerzos que hice no alcance a ver la imagen milagrosa. Al segundo dia, la romería era impresionante. Comienzan a llegar personas con testimonio de milagros realizados por la virgen…me gane un chance de $ 40.000, dijo uno; otro que los mèdicos le habian dicho que tenia un tumor en la cabeza, le pidió a la virgen que lo curara, y el dolor de cabeza se le habia desaparecido. Al cuarto día por fin pude acercarme a la virgen, en compañía de Jorge Cordero que vivìa allí a pocos pasos. Me mostró la virgen, pero lo cierto es que yo no la veía. Me explicó Jorge que tenia que retirarme unos diez metros y buscar una posición en donde no me diera el sol en la cara. Hice todo lo que me indicaban…y nada. Mírala, me decían. No la ves. No, yo solo veo unos pedazos de tubos de alcantarillado con unos pegotes de cemento. Remberto Cordero, quien amablemente me abría paso para llegar a la virgen me dijo, no sé si en bromas o en serio…es que los pecadores no la pueden ver. Llegò el cura y la gente casi lo linchan cuando dijo que el no veía nada y ordeno quitarla de allí del medio de la calle. Los corderos lo amenazaron con quejarse ante el obispo, por este atropello y falta de fe. Mientras se resolvía lo del Obispo, los Cordero se la llevaron para el frente de su casa y le construyeron un nicho, donde la gente podía rezarle y llevarle velas. Poco a poco la gente fue perdiendo la curiosidad y pronto se olvidaron de la virgen. Al que le fue muy bien fue al “Viejo Cordero”, que todos los días vendía hasta diez carros de avena. Un dia borracho mando a quitar esas piedras de ahí, por que le estorbaban el paso para guardar el carro. Por ahì guardadas les quedaron a los fotógrafos los retratos de la virgen que no alcanzaron a vender.
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 21:09:21 +0000