LA VUELVE A HACER EL “REPORTERO ESTRELLA” DE PULSO OTRA PERLA - TopicsExpress



          

LA VUELVE A HACER EL “REPORTERO ESTRELLA” DE PULSO OTRA PERLA PERIODISTICA DE J. CARLOS GUTIERREZ Increíble ignorancia periodística Aunque seguramente los ineptos miembros del jurado calificador le den el Premio Estatal de periodismo por ella, la nota de Juan Carlos Gutiérrez no deja de ser una sarta de tonterías enlazadas con el estilo más ramplón, indigno de un texto periodístico. Si no es capaz de escribir con el básico conocimiento en ciencias naturales de un escolar de quinto año de primaria ¿Cómo le publica su editora Adriana Ochoa la barbaridad de nota “Coleccionista de alimañas”? pulsoslp.mx/2013/09/24/coleccionista-de-alimanas/ La respuesta es, porque Adriana es tan ignorante como su “reportero”, La nota, artículo, o lo que pretenda ser, del aprendiz de periodista Juan Carlos Gutiérrez, relata de una “animalito similar a una salamandra”, que “se introdujo sigiloso en la cama de un niño a quien mordió y su letal saliva le causó la muerte”. ¿A que “salamandra” se refiere Juan Carlos? Las salamandras, iguanas y lagartijas son inofensivas. En todo México solo dos especies, el Monstruo de Gila (Heloderma suspectum) y el Lagarto de Chaquira (Heloderma horridum) pertenecen a la familia de reptiles que pueden inyectar toxinas nocivas para el ser humano. Y le paso el dato a Juan Carlos que estas toxinas NO ocasionan la muerte. Juan Carlos incurre en esta gran falsedad del “animalito como salamandra”, pues las dos especies que menciono solo viven a lo largo de la costa occidental de México, habitan zonas hostiles, desérticas y secas, por lo que no pueden subsistir en zonas con vegetación y húmedas como la Huasteca, y repito, su mordedura no es fatal. Siento pena por Isabel Montiel Olguín, la química farmacobióloga encargada del laboratorio del Hospital Regional del IMSS-Oportunidades número 44, quien es la figura central en este bodrio de nota tan mal escrita por Juan Carlos. Obviamente ella no tiene los mínimos conocimientos de un entomólogo. Al menos no en la forma que Juan Carlos hace su relato. Un indicio de que ni Juan Carlos, ni Isabel Montiel Olguín conocen a fondo lo que hablan sobre animales venenosos, es el relato de Montiel Olguín, quien dice “Antes la gente que sufría una mordedura llegaba al hospital muy lastimada porque según sus tradiciones, el veneno no hacía efecto si comían una raíz de la región y se encerraban en su casa, ahora vienen de inmediato para ser atendidos y de paso se traen al animalito que los agredió para que lo analicemos”, si fuera asi ¿Por qué Montiel Olguín no dice que el hacer esto en el caso de la mordedura de la “serpiente cuatro narices” (nauyaca) al no ser atendida de inmediato produce gangrena y la amputación del miembro afectado? (A esto se le llama necrosis). A pesar de que, como escribe Juan Carlos “el hospital atiende 25 pacientes por mordedura de serpiente, en especial de la conocida como “Cola de hueso”, mortal como la Mahuaquite o ‘Cuatro narices’ ” no ha habido un solo caso de necrosis. En donde Juan Carlos demuestra su supina ignorancia periodística, es en el párrafo donde relata que “los habitantes llaman a Isabel cuando encuentran alguna especie rara y nunca antes vista en esa región, como un insecto alado, similar a una mariposa pero con una extraña cabeza parecida a la de un cocodrilo y que es llamado comúnmente ‘Niño’ por los lugareños de esa parte selvática tamazunchalense. A pesar de consultar la más diversa bibliografía, la profesionista no encuentra una entomología para el insecto que sostiene en sus manos”. Lo que para Juan Carlos es un insecto misterioso y desconocido, no es sino un insecto conocido desde 1790 (fulgora laternaria), es un artrópodo, hexápodo (seis extremidades), de la misma familia de los saltamontes o chapulines, que habita en bosques húmedos tropicales desde México hasta Chile, se alimenta de la savia de las plantas y flores. Es conocido por varios nombres de acuerdo a la región, por ejemplo, machaca, chicharra,machacuy, víbora voladora o mariposa caimán. Llega a medir hasta 4 centímetros de largo, con grandes ojos falsos en las dos alas posteriores, las alas anteriores alcanzan 10 a 15 cm. Su defensa consiste en soltar una sustancia de olor desagradable que no produce malestares ni es venenosa y su mordida es inofensiva. Es también una lástima que la química farmacobióloga Isabel Montiel Olguín, experta como lo intenta demostrar la nota del ignorante pseudo periodista Juan Carlos, tampoco sepa la clase de insecto que tiene en su mano, (dice la nota: “a pesar de consultar la más diversa bibliografía, la profesionista no encuentra una entomología para el insecto que sostiene en sus manos”). PERO ESPEREN, HAY MÁS Siguen más boberías de este periodista y escritor de opereta. Con su clásico estilo novelero tercermundista, Juan Carlos nos escribe esta perla periodística: “Como el lado “Hyde” de una inocente oruga, así es la alopendra gigante, más conocida como ciempiés. Con un tamaño de crecimiento hasta 30 centímetros de longitud y garfios en cada pata por los que inyecta veneno paralizante, las alopendras gigantes son de los insectos más aterradores a la vista humana”. ¿Alopendra? ¿Se refiere quizás Juan Carlos a la SCOLOPENDRA GIGANTEA? ¿De dónde saca Juan Carlos la errónea información de que la “alopendra” (SCOLOPENDRA, Juan Carlos, SCOLOPENDRA) tiene “garfios en cada pata por los que inyecta veneno paralizante?. Idiota ¿No? Para el conocimiento de Juan Carlos, la SCOLOPENDRA o ciempiés, aunque no es mortal su picadura, si puede ocasionar necrosis. Nada de “grafios venenosos en las patas”, el veneno lo inyecta desde un par de “uñas” o colmillos huecos en su zona bucal. Y TODAVIA NO ACABAMOS Juan Carlos sigue con su sarta de tonterías con el párrafo que dice: “Otros miembros del catálogo de bichos en la Huasteca sur son las tarántulas. Las hay de los más diversos tamaños […] no son agresivas, además sus colmillos son tan pequeños que no alcanzan a enterrarse en la piel de los humanos, pero el pelaje sí es muy dañino, si rosan una herida o una piel sensible puede provocar ardor intenso, dolor o inflamación “. No Juan Carlos, solo dos especies de tarántulas ocasionan eso, entre ellas la tarántula de patas rojas de México. De hecho, muchas personas compran tarántulas como curiosidad o como “mascotas”. En suma, las notas y artículos de Juan Carlos hacen más daño al ser humano que las “alimañas” que menciona.
Posted on: Wed, 25 Sep 2013 16:22:08 +0000

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