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LAS PEQUEÑAS ECONOMÍAS DEL CARIBE INSULAR SE BENEFICIAN DE LA COOPERACIÓN PRAGMÁTICA CHINA Juan Pozo Álvarez Departamento de Relaciones Internacionales Con toda certeza el gigante asiático está en una etapa de madurez progresiva, continúa e irreversible, todo lo cual contrasta con el agotamiento que vienen presentando las economías de las principales potencias capitalistas. China de forma moderadamente ascendente, avanza hacia nuevas rutas en el dinámico despliegue de su política exterior. A pesar de ser una economía emergente, la evolución del enorme país ha sido fulminante, convirtiéndose en un competidor incómodo para los estados del primer mundo, en particular EE. UU. y la Unión Europea. Esta proyección en el modelo de crecimiento chino se hace sentir en el resto del mundo y obliga a tomarlo en serio, por el peso que tiene en la economía mundial y el efecto hacia los mercados internos de cada una de las naciones con las que tiene relaciones financiero-comerciales. Para el Caribe insular ha sido un aliciente tener a China como socio comercial, lo que permitirá reanimar sus pertrechas economías en momentos de crisis, ante las desventajosas y condicionadas relaciones a las que estas naciones han sido sometidas por sus históricas metrópolis y por los EE.UU. Queda claro, que las relaciones China-Caribe, en la actual coyuntura económica mundial, han logrado afianzarse en los últimos años hasta convertirse en el segundo socio comercial en esta región. No obstante, esta revelación de China como exportador de inversiones directas al Caribe, es un fenómeno relativamente inédito, el cual se hizo más evidente con la reciente visita a Trinidad y Tobago del mandatario chino, Xi Jinping, demostrativa de la importancia que le concede a esa región. Tengamos en cuenta que la anglo caribeña nación de indo y afro trinitenses, cuenta con la cuarta parte del gas que se produce en la región latino caribeña; es la primera exportadora de hidrocarburo de la región y la decimotercera a nivel mundial, además de poseer otros rubros exportables. Con toda evidencia, es muy grande el interés que despierta y la reafirman como la nación del Caribe insular con mayor progreso y diversificación económica. Lógicamente, el pragmatismo en la diplomacia de la nación asiática, como potencia al fin pero con intereses y relaciones de otro tipo, no quiere perderse la oportunidad que se le ofrece en el nuevo escenario internacional, por lo que tratará de contrarrestar el re posicionamiento estratégico estadounidense, a la vez que fortalecerá y estrechará los lazos financieros-comerciales en la región. Para beneficio de las partes, ese pragmatismo chino es aceptado en las relaciones con los países caribeños que no ven ningún inconveniente por tener una ideología diferente, sino más bien, valoran y respetan su sistema político y eficiente estructura socio-productiva. Sobre la visita que realizó el Presidente de China, Xi Jinping, primera de su tipo que ejecuta un mandatario de la nación asiática al Caribe anglófono insular, esta se consumó del 31 de mayo al 2 de junio en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, donde 4 días antes se había efectuado una Cumbre del Vicepresidente de los EE.UU, Joe Biden con los líderes de la Comunidad del Caribe (CARICOM). La estancia de Xi Jinping tuvo una buena acogida y sirvió para firmar interesantes acuerdos entre ambas naciones, entre los que se encuentran el financiamiento para construir un Hospital Pediátrico de 150 camas. Asimismo, el mandatario chino se comprometió a otorgar becas y enviar 100 voluntarios profesionales de la medicina en los próximos 3 años a las naciones de CARICOM con las que tiene relaciones diplomáticas. Por otra parte, se abrió la posibilidad de trabajar en otras áreas de cooperación comercial, en la infraestructura para el desarrollo, energía y minerales, así como telecomunicaciones y energía alternativa. El encuentro también sirvió para firmar un memorando de entendimiento, con el cual se fundará el Instituto Confucio en la enseñanza del idioma chino, lo que ayudaría a reforzar los lazos socio-culturales entre ambas naciones, reciprocadas con la creación de un Instituto Cultural Trinbagoniano y el montaje del festival de música caribeña que anualmente se celebrará en China. Como colofón, la mandataria trinitaria se comprometió con reciprocar esta visita tentativamente para el mes de noviembre del presente año e inaugurar la sede diplomática en Beijing. En el caso del Caribe, China mantiene relaciones diplomáticas con 9 naciones de CARICOM: Antigua/Barbuda, Bahamas, Barbados, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Surinam y Trinidad/Tobago, cuyos primeros ministros se reunieron con Jinping en Puerto España. Para los líderes caribeños fue esta una gran oportunidad de sostener intercambios con el que consideran un activo socio, que además ha invertido en significativos proyectos. A criterio de los mandatarios caribeños, el compromiso con China es serio, estable, constructivo y solidario, siendo uno de los mayores y más calificados inversores en el Caribe, cuyo beneficio es palpable y confiable, al funcionar como vía alternativa ante la desproporcionada influencia de los EE.UU en la región. Tanto Belice, como San Vicente, Santa Lucía y San Kitts no estuvieron presentes en esta cita caribeña, teniendo en cuenta que sus relaciones diplomáticas son con Taiwán. Por lo que se vislumbra, la política exterior de los EE.UU, en lo que consideran su histórico traspatio, se está modificando a causa de este gradual y certero despliegue de la diplomacia china. En ese sentido, la visita de Jinping creó un escenario favorable para reforzar esta inevitable pujanza china en la región y logró un mayor acercamiento con la firma de acuerdos de financiamiento y cooperación en áreas de gran importancia para estas naciones, por lo que las desiguales e imprecisas relaciones comerciales, financieras y económicas de los EE.UU en la región entran en una nueva etapa, prácticamente definitoria, que supondrá tener que compartir el escenario caribeño con la segunda economía mundial. Para muchos, la nación asiática ha sido consecuente en su estrategia de política exterior, al mostrar confianza, transparencia y capacidad para lograr entendimientos beneficiosos, tener acierto para distinguir las características socio-económicas de la región, lo que quedó evidenciado con esta valiosa, primera visita a la más meridional de las Islas del Caribe. Los efectos de estas mutuamente beneficiosas relaciones se han ido consumando, no tan solo con Trinidad y Tobago. En mayor o menor medida, se han favorecido Dominica, Jamaica y las Bahamas con excelentes e interesantes proyectos, así como el resto de las naciones caribeñas. En todo este despliegue, no hay improvisaciones, por lo que China estudia nuevas y más sólidas oportunidades hacia otros sectores, tal como ha hecho en otras regiones. Si bien CARICOM no podrá negociar en bloque con China, ya que hay naciones miembros de esta organización sub-regional que sus relaciones diplomáticas son con Taiwán, la alternativa para dar curso a estas relaciones es a través del marco bilateral. Todo lo cual indica que no se verán afectados o transgredidos los vínculos entre los territorios caribeños que integran CARICOM. En ese sentido, no hay marcha atrás: es una estrategia concreta, productiva, con respaldo financiero que, en su esencia, difiere con las de otras potencias extra-regionales en cuanto al tratamiento condicionante que dan, con las enrevesadas dádivas que ofrecen. En fin, ya es tarde para desarticular y neutralizar el pragmatismo político-económico-financiero chino; no hay posibilidades de contenerlo. Es una realidad coherentemente desplegada, en medio de una crisis que abarca todas las direcciones posibles y que ha venido afectando la estabilidad del planeta. EL MERCURIO DIGITAL 5 de julio de 2013 ESPAÑA EL GRAN CANAL DE NICARAGUA Marco A. Gandásegui, h.- Panamá ha estado rodeado siempre de grandes proyectos. A principios del siglo XIX fuimos atraídos por el proyecto de la Gran Colombia del libertador Simón Bolívar. A fines del mismo siglo - en medio de los proyectos para partir el Istmo - surgió en Centro América la iniciativa de construir el Gran Canal de Nicaragua. Por razones diversas, aunque dentro de la lógica de la expansión del capitalismo industrial, ambos proyectos colapsaron. Panamá siguió su camino, con todas las contradicciones propias de un país subordinado a la acumulación capitalista: Se separó de la pequeña Colombia y pactó con EEUU para construir el Canal interoceánico a principios del siglo XX. Este último siglo para los panameños fue uno de luchas y sacrificios para finalmente recuperar su soberanía, también su posición geográfica, expulsar las bases militares norteamericanas y amaneció administrando el Canal el primer día del siglo XXI. La patria de Sandino nunca dejó de soñar con su proyecto del Gran Canal de Nicaragua. Ha pasado más de un siglo y, en la actualidad, el presidente Daniel Ortega logró que se aprobara en el Congreso de su país una propuesta para construir una vía acuática. Según se informa, la construcción de la mega-obra tendría un costo de 40 mil millones de dólares y podría realizarse en un plazo de seis años. El ambicioso proyecto tiene sus ribetes geo-políticos de envergadura que podrían transformar las estructuras sociales de la región centroamericana y ser una señal que apunte hacia los cambios que se avecina en el futuro de las relaciones hegemónicas a escala global. Sin duda, los panameños debemos ser los primeros en darle la bienvenida al proyecto nica que impulsaría el tráfico marítimo mundial. Sin duda, el proyecto del Canal nica descansa sobre una proyección especulativa: El crecimiento del comercio mundial en el siglo XXI. Iguales especulaciones hicieron los capitalistas hace más de cien años – con enormes ganancias - sobre el crecimiento del comercio marítimo para construir los canales de Panamá y Suez. En el caso del Gran Canal de Nicaragua, lo interesante es que no es el capital de EEUU o francés, inglés, ni alemán que pretende hacer la inversión. Se trata de una empresa china, establecida recién en 2012 en Hong Kong y que ya cuenta con un registro en la Isla del Gran Caimán (en el Caribe). La persona que aparece al frente de la empresa Hong Kong Nicaragua Canal Development Investment Co. Ltd.(Grupo HKND) es Wang Jing,un joven mandarín con oficinas en Pekín y aparentemente de una familia ligada a los estamentos militares de China. En la actualidad, otra empresa de Hong Kong con registro en Londres (Gran Bretaña), la Hutchison Whampoa Ltd., es propietaria de Panamá Ports, que maneja los dos puertos más grandes de América latina en las entradas del Canal de Panamá: Cristóbal y Balboa. Los puertos de Balboa y Colón manejaron en 2012 cerca de 7.7 millones contenedores (TEU), cantidad que supera la competencia en la región incluyendo a Santos y Buenos Aires. Según un vocero del grupo HKND, el boliviano Ronald MacLean-Abaroa, “el proyecto se puede desarrollar en estos momentos gracias al descubrimiento de gas y petróleo en EEUU”. El vocero de la HKND asegura que en el futuro se necesitará una vía acuática en Centro América que complemente al Canal de Panamá para facilitar el paso de estos minerales a China. Es decir, China se convertirá en el principal comprador de las exportaciones petroleras de EEUU. En la actualidad, China adquiere casi la mitad de la producción del petróleo que exporta el Medio Oriente. Además, es el principal comprador de maíz, soya y trigo que produce EEUU (y Sur América). Esta producción es embarcada en el río Misisipi y sale al Pacífico transitando por el Canal de Panamá. Según Wang su empresa no depende del gobierno chino. Lo mismo pueden decir Microsoft, General Motors o Boeing y otras mega-empresas sobre su relación con el gobierno protector de EEUU. Construir el Gran Canal de Nicaragua necesitará mucho más que la sagacidad financiera de un ‘barón’ de las empresas. (¡Qué lo digan JP Morgan y Mark Hanna especuladores que competían por el apoyo de Washington hace más de cien años cuando se debatía sobre la construcción del canal por Centro América!). El apoyo de Pekín para este proyecto es crucial. Más aún, en esta fase, el beneplácito de Washington también es una pieza fundamental. Según Oscar-René Vargas, “oficialmente, China no es socio participante directo en la posible construcción de un canal interoceánico por Nicaragua, pero obtendría enormes beneficios. (Muchos) opinan (que detrás de) la concesión para construir el canal hay una estrategia geopolítica china”. Vargas quien es un simpatizante del FLSN desde hace 5 décadas, concluye que para China “disponer del dominio sobre una vía interoceánica en el ‘patio trasero’ de su mayor competidor comercial, convierte los 40 mil millones de dólares en una bicoca”. La incógnita verdadera está en cómo el pueblo nicaragüense se organizará para convertir una inversión de esta magnitud en un trampolín para alcanzar sus objetivos de construir una sociedad con justicia social. *Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) Selección en Internet: Melvis Rojas Soris
Posted on: Fri, 12 Jul 2013 09:34:51 +0000

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