LES COMPATO: EL DANZÓN DEL RATÓN José Luis López Vargas - TopicsExpress



          

LES COMPATO: EL DANZÓN DEL RATÓN José Luis López Vargas Recién había cumplido doce años; por aquellos días me entregaron el certificado de primaria; esa fue una noche memorable que señaló mi vida; por primera vez lo hice con una muchacha que no era de mi familia. Rodolfo ¨La Campechana¨, quien debía el mote por ser miembro de una reconocida dinastía de panaderos, al término de la ceremonia nos invito a casa, llegar a ella era muy fácil, ya que a las cinco de la mañana y a las cuatro de la tarde cuando se abrían los hornos de la panadería el vecindario era invadido por un delicioso olor a pan recién horneado; que se colaba por puertas y ventanas penetrando por la nariz; era tan delicado el olfato de los vecinos que identificaban cuando salían los bolillos del horno, de inmediato surgía el antojo por un jarro con café de olla humeante; con las donas azucaradas se lamian los labios de solo imaginarlas; con los cocoles de inmediato pensaban en partirlos por mitad para untarle nata y espolvorear azúcar, eran los tiempos en que las vacas daban leche que producía nata, ahora la leche la producen los envases tetra pack y ya no dan nata; cuando salían los cuernos, se hacían disimulados, bueno no adornan pero mantienen. La entrada a la casa era por el por el expendio “EL Retiro” siempre me pregunte ¿Por qué darle nombre de cantina, convento o de alcohólicos anónimos? El local era una fiesta de figuras, olores y sabores, esa tarde nos hartamos de toda clase de golosinas recién salidas del horno; pequeñas tortitas con jamón con sus frijoles; pambacitos rebozados con chile y de un tocadiscos colocado en un rincón de la sala se emitían mambos, cha cha chas y danzones. “La Campechana” me tenía simpatía e incluso un afán protector, tomándome con sus rudas manos acostumbradas a amasar la harina y casi con un tono paternal me dijo: - ¨Ándale, baboso no seas tarugo, baila con mi hermana¨, - No, es más grande que yo, y esa música no la sé bailar, le respondí- cuando me di cuenta ya la tenía tomada de la mano izquierda y la otra mano no atinaba si ponérsela en el hombro, la espalda, se la coloque aquí por las costillas yo creo que le toque la falsa porque como que se pandeaba, ella me ayudo tomándome la mano y colocándola en esa zona donde la espalda pierde el nombre; debo confesarles que tenía un surquito medio húmedo que me dio confianza porque embonaban mis dedos parecía una agarradera o más bien un enchufe que trasmitía una corriente eléctrica a través de mi brazo directamente con mi adormilada adolescencia, que amenazaba con volverse rebelde con causa por lo que intente acercarme más a ella para que no se notara el despertar de mi rebeldía. Para disimular los nervios e impresionarla, trate de cantar a dúo con el tocadiscos: ¨este es danzón que le gustó al ratón, báilalo con el corazón¨ este es danzón que le gustó al ratón, báilalo con el corazón Ella rio sonoramente, pensé que la había impresionado como cantante o con mis conocimientos musicales. Y eso que no me había escuchado cantar en ingles, bueno yo no sabía ingles, pero seguro que ella tampoco, trate de emprender una conversación más seria: -¿A qué hora sales por el pan?, le pregunte; ella contestó con una carcajada, esto me dio confianza y continúe: -¿Cuál es el pan que más te gusta?, sin pensarlo dos veces entre risas me dijo ¨primero los besos y luego las revolcadas” Su pelo negro emanaba un aroma a pan recién horneado, su piel era de color canela obscura, su risa era contagiosa, su boca estaba delineada con un ligero bigote a la Frida Kahlo; el contacto con su cintura me producía escalofrío y sudor al mismo tiempo; acelerando mi imaginación y mis más íntimos sentidos; además su cuello era rematado por un discreto escote Ella pregunto ¿Cuál bizcocho te gusta más?¨, muy seguro replique: - las conchitas de chocolate Metiéndole más ritmo a la cintura, muy divertida pregunto: - ¿Y las teleras no te gustan?, -Claro y mucho en torta con tamal, Moviendo la cabeza y el pecho en diferentes sentidos me dijo: - A mí también me gustan los tamales porque están bien cobijaditos y con el chilito adentro. Pensé que era medio zonza al decir algo tan normal. También me contó como hacían los bísquets, explicándome que le gustaban porque le ponían muchos huevos y tenían el ombligo completo, y no como a las donas que les picaban el centro. Como yo nunca había pensado en eso, así que rectifique, realmente no era tan mensa. Era casi una filosofa de la panadería. En este punto ya me sudaban las manos, la frente y sentía que mi entusiasmo desbordaba mis pantalones, me preocupaba que ella lo fuera a notar; afortunadamente termino el danzón del ratón, le pedí que bailáramos la siguiente y estuvo de acuerdo. Estaba loco de contento, mi debut como galán había sido un completo éxito, Rápidamente regrese cuando se inicio la música -¿Bailamos? No; me respondió Mirando por encima de mi hombro hacia la entrada volvió a negarse -Pero es que ya habíamos quedado Al voltear a la puerta vi al Troglodita…un panadero de 1.70 mts. de estatura hombros y quijada cuadrada, parecía un Bob Esponja, pero panadero. No por temor, pero si por responsabilidad.. de repente me di cuenta que era tarde y mi mamá me había dado permiso hasta las nueve y ya pasaban . Salí discretamente, camine por la calle obscura, cabizbajo de pronto percibí el aroma del huele de noche que salía detrás de una barda de piedra, vi las estrellas, luna y volvió el entusiasmo- -Mañana iré a comprar unas conchas de chocolate y la voy a invitar a la matineé del domingo, pasan una de Tarzán, el Hombre Mono y otra del Santo contra las Mujeres Vampiro; no se puede negar; no se va a negar …. este es danzón que le gustó al ratón, báilalo con el corazón este es danzón que le gustó al ratón, báilalo con el corazón
Posted on: Thu, 19 Sep 2013 22:55:56 +0000

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