LOS BANCOS “DE SENTARSE” Contando con la versatilidad del idioma español, y la polisemia que concurren en gran parte de sus vocablos, se me ocurre hablar en esta ocasión del sustantivo “plaza”, y los diferentes significados que este encierra. Desde (Lugar espacioso dentro de una población al que, generalmente, van a parar varias calles, pasando por (Lugar ó espacio que puede ocupar una persona ó una cosa), y un Puesto de Trabajo, y (Edificio público y permanente en el que se venden alimentos y productos de consumo habitual, mercado), y por último, (Lugar ó población especialmente la que está rodeada por muros de defensa). A mis recuerdos de niño en mi pueblo, refrendados con mi larga experiencia en este mundo, y en lo que concierne a uno de los significados de “Plaza”, como lugar donde van a parar varias calles, quiero engrosar esta descripción con las plazas tradicionales de los pueblos y ciudades que, en su totalidad cuentan con bancos para que los niños, padres y abuelos, puedan sentarse, con sus diferentes fines. Los mayores recuerdos que todos tenemos de niños, seguramente traerán la reminiscencia de los encuentros con padres, hermanos, amigos, etc., en las plazas, lugar de reunión mundanal. Estas plazas con sabor a español que contaban con grandes y casi centenarios árboles que daban sombra a los bancos que se sucedían a lo largo y en rededor de estos lugares de encuentro, fuesen rectangulares, semicirculares ó redondos. Como no puede ser menos, las plazas gozaban del privilegio de contar con una fuente de agua, que presidía su entorno, al tiempo que la jalonaban uno ó varias pequeñas fuentes que avituallaban a los lugareños, calmándoles la sed mediante un agua pura, limpia y sin tratamientos químicos. El agua del pueblo. Valga toda esta descripción para criticar toda Plaza del Ayuntamiento que no cumpla con estas mínimas servidumbres, lugar preferente de todo municipio; por antonomasia Plaza Principal de todo municipio, lugar más selecto de pueblos y ciudades, para ser el centro de divertimento y charla. Esta noche, al ir a asistir a un concierto en la Catedral de Jaén, me he parado a observar la impunidad con la que el Arquitecto de turno, amparado por el Gobierno Local de turno, han desmontado una plaza que contaba con todos los beneplácitos antes redactados, y han construido lo que más bien sería una pista de patinaje sobre ruedas. No hay ni un solo banco, no hay ni una sola fuente, no hay ni un solo árbol y, con todo esto, se ha propiciado arquitectónicamente, la posibilidad de que algún despistado pueda caer por sus empinados escalones, exentos de una balaustrada que prevenga de su existencia, ó de un pasamanos al que puedan asirse los que quieran subir ó bajar. ¿Quién habrá sido la mente pensante que ha ideado tan gran majadería en un barrio antiguo de una ciudad milenaria que tiene que saber a eso, a antiguo, y no querer destacar lo contrario de lo que el pueblo desea? Seguro que a este arquitecto y consejeros se les pagó y bien por parte de quien cupiese y que luego se organizaría la inauguración oficial de tan “magna obra”. ¿Quién de los lectores asistió a tan gran evento?, Seguro que si a alguno se le escapó una palmada de aplauso, ahora estará arrepentido al ver la ridiculez tan grandiosa a la que se llegó en aquellos años de la innovación tecnológica de Jaén. ¡Y las arcas se quedaron sin dinero!.
Posted on: Sat, 26 Oct 2013 05:42:47 +0000
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