LOS VÍNCULOS ENTRE CLARÍN Y EL PODER POLÍTICO. Relaciones - TopicsExpress



          

LOS VÍNCULOS ENTRE CLARÍN Y EL PODER POLÍTICO. Relaciones peligrosas. (Le Monde Diplomatique;Edición Nro 152, Febrero de 2012). (...) Pero Kirchner fue más lejos: se fascinó genuinamente con Magnetto. Había entre ellos un entendimiento natural. Durante cuatro años se reunieron –almuerzos en Olivos, cafés en Casa de Gobierno–, compartieron ideas sobre el país y hablaron de negocios. Clarín apoyó las principales medidas del Gobierno y –casi hasta el final del período– se abstuvo de criticarlo en todo lo significativo. Magnetto obtuvo de Kirchner, entre otras cosas, la aprobación para la fusión de Multicanal y Cablevisión y la promesa de la adquisición de una parte de Telecom. (...)Pero aquella celebración anticipada fue un error. Porque, mientras su marido mantuvo abierta siempre la esperanza de una reconciliación, la Presidenta jamás compartió su entusiasmo por el Grupo. “Ustedes son unos tarados que creen en Clarín”, reprochó alguna vez en privado a su marido y a su entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Forzada a participar de comidas con representantes de la empresa en Olivos, se atuvo siempre a un rol estrictamente protocolar. La muerte de su marido no ha hecho sino añadir un cariz todavía más personal al enfrentamiento. Antes de que se cumpliera un mes de su segundo mandato, la Presidenta logró (sin dificultad, con un Congreso abrumadoramente favorable) la sanción de la nueva ley sobre Papel Prensa. No cabe duda sobre su intención: dañar a Clarín, quitándole el control sobre la producción de papel de diario. La ley declara de interés público la producción de este insumo, ordena la distribución equitativa entre todos los periódicos del país, prevé una mayor participación accionaria del Estado en la papelera y un aumento de la producción hasta que llegue a abastecer toda la demanda nacional. Los críticos de la ley sostienen que en su espíritu se esconde la decisión de prohibir o limitar la importación de papel cuando se llegue al punto de autoabastecimiento. Es posible; sería compatible con el programa de sustitución de importaciones que lleva adelante el gobierno en otras áreas, y el Ministerio de Economía ya fijó la cantidad de papel que deberá ser importado en 2012 (20.000 toneladas). Los voceros del Grupo Clarín y de La Nación aseguran además que la nueva ley sería peligrosa en manos de una dictadura o de un gobierno autoritario, porque le daría el control sobre el insumo básico de un diario, con el que podría ahogar las voces críticas. El problema con este argumento, en el contexto actual, es que la situación que se quiere preservar es la que creó la última dictadura, de la que los accionistas privados de Papel Prensa no fueron críticos, sino socios. La intervención de un juez mendocino en Cablevisión, a pedido del grupo de medios Vila-Manzano –antes enfrentado con el kirchnerismo, ahora aliado–, parece una ofensiva destinada a lograr por otros medios lo que un amparo judicial contra la ley de medios por ahora impide: que Clarín se deshaga de muchas de sus empresas, en especial las de la TV por cable, que son, con mucho, la principal fuente de ganancia del grupo. Poco después del triunfo de Cristina en las primarias de agosto, que prenunció su cómoda reelección de octubre, un ejecutivo de Clarín me confió, con profundas ojeras, que esperaban lo peor: la enemistad de la Presidenta sólo había crecido y nadie veía una salida negociada. La pelea por la supervivencia sería cruenta. ¿Cómo resistir cuatro años más? La respuesta parece descansar más en las decisiones que tomen los accionistas de Clarín que en un improbable cambio de posición del Gobierno, que parece haber aprendido, al cabo de la experiencia de treinta años de democracia y de sus propias peripecias, que el juego de la concesión y el chantaje sólo beneficia al Grupo. Clarín ha visto disminuir su prestigio, su dinero y su influencia. ¿Cambiará para sobrevivir? ¿Aceptará lo que parece el resultado claro del enfrentamiento: que el modelo en que basó durante décadas su relación con el poder político ha terminado? Tal vez los actuales dueños –Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto y, en porcentajes más pequeños, José Aranda y Lucio Pagliaro– ya no puedan o no quieran retroceder. Entonces, será tarea de la siguiente generación –sobre todo de Marcela y Felipe Noble, que han estado en el centro de la controversia con el Gobierno– descubrir un nuevo modelo de crecimiento, o supervivencia, para Clarín.
Posted on: Tue, 29 Oct 2013 21:54:33 +0000

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