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LUNES, 1 DE ABRIL DE 2013 Los ancianos o pastores del rebaño de Dios, ¿van al cielo? La doctrina del Cuerpo Gobernante, que en la actualidad es en exclusiva el Esclavo Fiel y Discreto de los testigos de Jehová, impone a sus adeptos (bajo expulsión si no lo aceptan) la creencia de que solamente 144.000 individuos van al cielo. A estos se les conoce como “ungidos” y su misión en el cielo, según el Cuerpo Gobernante, es la gobernar con Cristo sobre los súbditos de la tierra y ser jueces y sacerdotes por mil años. Algunos de estos “ungidos” son “ancianos”, es decir, en el argot de los testigos de Jehová, “pastores del rebaño de Dios” o de los fieles. Son asimismo “ancianos” otros individuos que no son ungidos, sino que pertenecen a la “gran muchedumbre” de personas que no tienen la esperanza de ir al cielo y que vivirán para siempre en la Tierra convertida en un paraíso, según la doctrina de la Watchtower y del Cuerpo Gobernante. Hoy día la inmensa mayoría de los “ancianos” pertenece a la “gran muchedumbre”, dado que los “ungidos”, que son los que en la Cena anual del Señor participan de los emblemas del pan y el vino, disminuyen de año en año; mejor dicho, los ungidos deberían disminuir; pero lo cierto es que en los últimos años aumenta su número. Ante este descuadre doctrinal, el Cuerpo Gobernante aduce que no es que aumenten los ungidos, sino que muchos testigos de Jehová creen erróneamente ser ungidos y participan de los emblemas. Hasta no hace mucho se contaban como ungidos a los que consumían el pan y el vino en la Cena del Señor. En la actualidad, dado el inesperado aumento de participantes, el Cuerpo Gobernante quiere hacer evidente que no todos los participantes de los emblemas son ungidos. Esto ha creado un problema de difícil solución, pues ya no hay manera de saber quiénes son realmente ungidos. Se rumorea que la solución estaría en decretar que los únicos ungidos son los que componen el Cuerpo Gobernante, de la misma manera que hasta octubre del 2012 se creía que todos los ungidos vivos componían la clase del Esclavo Fiel y Discreto, y ahora solamente el Cuerpo Gobernante es ese Esclavo Fiel y Discreto, según él mismo lo ha decretado dogmáticamente, bajo pena de expulsión de quien no acepte dicho emblemático trastrueque doctrinal. En teoría, según la doctrina de la Watchtower, que asumió después el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová cuando en 1976 tomó las riendas, solamente los ancianos que pertenecen al grupo de los “ungidos” van al cielo. Por el contrario, a los ancianos que no son ungidos les espera un destino terrestre, no celestial. Pues bien, si los ancianos ungidos van al cielo y los ancianos no ungidos se quedan en la tierra, ¿cómo entendemos el siguiente texto de la carta de 1 Pedro 5:1-4, según la TNM?: “Por lo tanto, a los [que son] ancianos entre ustedes doy esta exhortación… Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena gana; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con empeño; tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño. Y cuando el pastor principal haya sido manifestado, ustedes recibirán la inmarcesible corona de la gloria”. Observamos la última frase, aplicada a los ancianos: “Ustedes recibirán la inmarcesible corona de la gloria”. ¿Qué es la inmarcesible corona de la gloria? El texto de 1 Pedro 1:3-4 lo aclara: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque… nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva… una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes”. Es decir, que, según el apóstol Pedro escribe, todos los ancianos reciben la corona inmarcesible de la gloria; o sea, que todos los ancianos van al cielo. Pedro no distingue entre ancianos ungidos y ancianos no ungidos o de la gran muchedumbre. Dice escuetamente que los ancianos tienen una herencia reservada en los cielos. Sin embargo el Cuerpo Gobernante contradice a Pedro y enseña que la mayoría de los ancianos no van al cielo, sino que su destino es vivir para siempre en la tierra. Si los ancianos ungidos van al cielo, los que hoy día están nombrados ancianos sin ser ungidos, que son casi todos, no deberían considerarse como tales ancianos, puesto que, según Pedro, los ancianos o pastores del rebaño van al cielo. Una de dos, o todos los ancianos van al cielo y por lo tanto absolutamente todos son ungidos, o los individuos que no son ungidos tampoco pueden ser ancianos, por lo que los llamados ancianos que hoy día ejercen como tales y pertenecen al grupo de la gran muchedumbre están usurpando una función que no les corresponde. Aquí el Cuerpo Gobernante tiene una papeleta harto difícil de explicar, pues con cualquier argumento que intente dar, se estrella. La única cosa coherente que puede hacer, según los textos del apóstol Pedro, es no nombrar como ancianos a quienes no son parte de los 144.000 ungidos. Podrá llamarlos ayudantes de los ancianos o de los pastores, pero nunca ancianos.
Posted on: Thu, 25 Jul 2013 23:49:14 +0000

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