La Biblia en un año: Esdras 1 al 5 ¿Cómo podemos encontrar - TopicsExpress



          

La Biblia en un año: Esdras 1 al 5 ¿Cómo podemos encontrar gozo en medio del sufrimiento? Esa es una de las lecciones más difíciles que debemos aprender como cristianos. Como estar gozosos en medio del dolor, en medio del sufrimiento. Santiago nos dice que debemos tener por sumo gozo… no solo gozo, pero sumo gozo – el máximo gozo- cuando nos encontremos en medio de pruebas y de tribulación. En el 1:2 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, ¿Qué quiere decir con esto? “tened por sumo gozo” La clave para comprenderlo es la primera palabra de la instrucción: “Tened” por sumo gozo. Es decir, una cosa es sentir gozo, estar alegres y otra distinta el reconocer, el considerar las pruebas como un motivo de gozo, y por supuesto que la instrucción de Dios a través de Santiago es en este último sentido. Dios no nos manda a estar alegres cuando atravesamos una etapa de aflicción, eso sería masoquismo. En cambio, la orden –porque es imperativo-, es considerar las pruebas como motivo de gozo y para poder hacerlo, debemos entender primero un concepto básico en el actuar de Dios, y es que Él no hace nada sin un propósito, pero no solo eso, sino que además, siempre el propósito de Dios para hacer o permitir algo es bueno. De modo que ningún dolor que soportemos, ninguna aflicción que venga a nuestras vidas será un ejercicio de futilidad, de inutilidad. Ninguna prueba por la que atravesemos será en vano. Lo menos que las pruebas producen en nosotros es lo que el mismo Santiago indica en el versículo 3. 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Y si seguimos el hilo de la enseñanza en el vrs. 4 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Si seguimos entonces el hilo de esta enseñanza, Podemos entender que Dios, a través de cualquier circunstancia en nuestras vidas está trabajando en nuestro progreso paulatino hacia nuestra felicidad final en el cielo. En esencia, para poder considerar las pruebas y aflicciones terrenales como motivo de gozo, debemos cultivar la habilidad de pensar siempre en términos del futuro. Esto podría parecer ilusorio y de hecho para muchas personas no cristianas es causa hasta de burla, porque nuestra esperanza de morar en el cielo es vista como un consuelo tonto utilizado por nosotros solo como un recurso para escapar a la realidad. Y sin embargo, la enseñanza en el Nuevo Testamento es consistente en el sentido de que usted y yo, junto con el resto del pueblo de Dios no pertenecemos a este mundo, estamos de paso en el, pero mientras estemos aquí, estaremos todo el tiempo expuestos a enfrentar el dolor y el sufrimiento que son característicos del mundo en el que estamos, porque este es un mundo caído. No solo Santiago, pero Pablo, Pedro, Juan, nuestro mismo Señor Jesucristo nos advierten constantemente que en este mundo tendremos aflicción, pero una vez que lleguemos a nuestro destino final, la situación será diametralmente opuesta. Pablo por ejemplo, cuando en la carta a los Romanos habla del sufrimiento, da por sentado que tarde o temprano lo hemos de padecer, de una forma o de otra. Así es que no es cuestión de si sufriremos, más bien es cuestión de cuándo y de qué manera. Pero luego, cuando Pablo compara el sufrimiento terrenal con nuestra futura gloria celestial, deja claro que no hay punto de comparación entre ambas. Romanos 8: 18 18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. ¿Ve? La característica del tiempo presente es la aflicción, igual que el futuro nos depara la Gloria. Por supuesto que en el momento en que estamos sufriendo es difícil mirar al futuro, en el momento del dolor nuestros sentidos están ocupados en sentirlo, en sentir la tristeza, la angustia, la preocupación. Es difícil pensar en el futuro cuando tienes una sonda en tu cuerpo que entra por la nariz y te llega al estómago, hace no mucho tiempo una hermana nuestra a la que visitamos en el hospital, me decía: “Pastor, tenía una sonda desde el sábado y viera como es dolorosa” y claro que es dolorosa y no sería ni siquiera prudente tratar de consolarla diciéndole: Hermana, gócese por el dolor y las náuseas que siente. Eso no es lo que Dios espera de nosotros. Lo que espera es que al estar soportando una enfermedad, o una pérdida, o una situación angustiosa, entendamos la temporalidad de ellas. Todo el sufrimiento acabará y posterior a ellos nos espera una bendición infinitamente superior. Si, si suena ilusorio; si, suena como a creer que la luna es de queso; pero si perdemos de vista o si ignoramos esta enseñanza, estamos perdiendo el corazón, la esencia misma de nuestra cristiandad, que nos dice que ninguno de nosotros llegaremos a nuestro destino final hasta que lleguemos a la patria celestial. Y mientras, ¿Qué?, mientras tenemos la promesa y la realidad de la presencia de Cristo en nuestras vidas, para ayudarnos a atravesar el valle de lágrimas, el valle de sombra de muerte. Esa es la diferencia entre alguien que es cristiano y alguien que no lo es. La Biblia enseña que el ancla de nuestras almas es la esperanza y que nuestra esperanza está en Jesucristo, de manera que alguien que no tiene a Jesucristo, es en última instancia alguien sin esperanza, y debe ser terrible atravesar por el dolor, el sufrimiento, la tristeza, sin Cristo, sin ninguna esperanza para el futuro. De manera que lo que debemos hacer en medio del sufrimiento es pensar en ese futuro glorioso que nuestro Señor tiene GARANTIZADO para nosotros. El mejor ejemplo en la Biblia de esto que estamos diciendo es la historia del profeta Habacuc Habacuc fue un profeta de Israel que desafió a Dios.- Habacuc se atrevió a regañar a Dios porque a su modo de ver, Dios hacia cosas que ofendían su sentido de justicia. Habacuc no entendía porque el pueblo de Dios tenía que sufrir a manos de un pueblo que era más malvado que ellos. Aparentemente, Dios había abandonado las promesas hechas a los judíos y se había aliado con los odiados babilonios en contra de Israel. Es como si comparáramos a Habacuc con un judío moderno que se pregunta si Dios estaba al lado de Hitler durante el holocausto. 1: 2-4 2 ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? 3 ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. 4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia. Habacuc estaba realmente enojado, demandó algunas respuestas por parte de Dios y la actitud en espera de esas respuestas era una actitud de combate: 2: 1 1 Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. Habacuc quería respuestas, Dios le dio respuestas, ¿y qué pasó? Feliz miércoles.
Posted on: Wed, 13 Nov 2013 12:47:21 +0000

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