La Hora De Dormir Al ser despertado de un sueño profundo por - TopicsExpress



          

La Hora De Dormir Al ser despertado de un sueño profundo por algo en movimiento, agitándose, te puede tomar un momento para realmente darte cuenta de lo que está sucediendo. El velo del sueño se cierne sobre tus ojos y oídos incluso cuando estás lúcido. Algo se movía, no había ninguna duda al respecto. Al principio no estaba seguro de lo que era. entraba suficiente luz desde afuera como para distinguir los contornos del estrecho y sofocante cuarto. Dos pensamientos aparecieron en mi mente simultáneamente. El primero era que mis padres seguían en la cama, porque el resto de la casa estaba a oscuras, y en silencio. El segundo pensamiento se concentró en el ruido. Un ruido que obviamente me había despertado. imediatamente me quede sin sueño Eso era, sábanas revolviéndose en la oscuridad como si un durmiente perturbado estuviera tratando de ponerse cómodo en la cama de abajo. Me quedé inmóvil, reteniendo el pensamiento de que el ruido era o mi imaginación, o tal vez sólo mi gato buscando en donde pasar la noche. Fue entonces cuando noté la puerta, cerrada como lo había estado antes de que me quedase dormido. Quizá mi madre había venido a chequearme y el gato se había escabullido en mi habitación. Sí, eso debió de haber sido. Me volví hacia la pared, cerrando los ojos con la vana esperanza de que pudiera volver a dormirme. Mientras conciliaba el sueño, el movimiento de debajo de mí cesó. Pensé que había espantado a mi gato, pero pronto me di cuenta de que el visitante en la cama de abajo era mucho menos mundano que mi mascota tratando de dormir, y mucho más siniestro. Como si hubiera sido molestado, descontento por mi presencia, el durmiente perturbado comenzó a revolverse y girar violentamente, como un niño haciendo un berrinche en su cama. Podía oír las sábanas torcerse y girar con una ferocidad cada vez mayor. El miedo se apoderó de mí entonces, no en la misma manera sutil en que lo había experimentado hace un momento, sino que ahora era potente y sobrecogedor. Mi corazón se aceleró en tanto mis ojos se dilataron, escudriñando la oscuridad casi impenetrable. Dejé escapar un grito. Llame a mi madre imediatamente, pero en cuanto di un suspiro de alivio porque mis padres venían a salvarme, la litera de repente empezó a temblar violentamente como si estuviera siendo sacudida por un terremoto, chocando repetidamente contra la pared. No me atreví a saltar de la cama por temor de que la cosa abajo se me acercara y me atrapara, llevándome hacia la oscuridad, así que me quedé allí, con los nudillos blancos atrayendo las sábanas hacia mí como un manto de protección. La espera me pareció una eternidad. Finalmente mi madre llego Todo se volvio silencioso como si nada hubiese pasado Mi madre me consolaba mientra yo lloraba pero apesar de todo no le contaba por que estaba tan asustado me invadía el terror Mi madre se acostó en la cama vacía, prometiéndome que estaría allí hasta la mañana. Eventualmente mi ansiedad se calmó, el cansancio me obligó a dormir de nuevo; pero permanecí inquieto, despertando continuamente al sonido de sábanas revolviéndose. Esto paso durante meses pero lo extraño era que con cada grito todo se volvía aun mas horroroso En varias ocasiones me las arreglé para fingir estar enfermo y pensé en otras razones no-del-todo-ciertas para dormir en la cama de mis padres, pero la mayoría de las veces estaba solo en ese lugar por las primeras horas de cada noche. Con el tiempo puedes desensibilizarte de casi cualquier cosa, sin importa cuán terrible sea. Me había llegado a dar cuenta de que, por cualquier razón que fuera, esa cosa no podía hacerme daño cuando mi madre estaba presente. Estoy seguro de que lo mismo se aplicaría con mi padre, pero por más amoroso que él fuera, despertarlo de su sueño era casi imposible. Mi abuelo habia muerto meses depues mi abuela ya nos reconozia por lo que se fue a una casa hogar y mi madre se fue unas noches con ella . imediatamente al llegar a mi casa quite el colchon y las sabanas y puse escritorios viejos y sillas le dije a mi padre que estaba haciendo una oficina lo cual le parecio adorable. Al llegar la noche todo iba muy bien asta que senti de nuevo esa sensacion escalofriante pero que era? mi visitante nocturno no estaba en la cama de abajo , esta en mi cama me dije a mi mismo. El terror absoluto había suprimido el sonido de mi voz. Me quedé inmóvil; si no podía gritar, no quería hacerle saber que estaba despierto.Hasta ese momento no lo había visto, sólo podía sentirlo. Se ocultaba bajo mi sábana. Podía ver su contorno, y podía sentir su presencia, pero no me atreví a mirar. Su peso recaía sobre mí, una sensación que nunca olvidaré. Cuando digo que las horas pasaron, no exagero. Acostado allí inmóvil, en la oscuridad, horrorizado. El miedo a veces puede desgastarte, hacerte un manojo de nervios, dejando sólo el más mínimo rastro de ti detrás. ¡Tenía que salir de esa cama! Entonces lo recordé, el crucifijo. Mi mano todavía estaba debajo de la almohada, pero no tenía nada. Lentamente tanteé alrededor para encontrarlo, minimizando lo mejor que pude el sonido y las vibraciones que causaba, pero no lo pude encontrar. O lo había tirado de la cama, o… ni siquiera podía concebirlo: lo habían tomado de mi mano. Sin el crucifijo perdí toda noción de esperanza. Incluso a una edad tan joven, puedes estar bastante consciente de lo que es la muerte, e intensamente asustado de ella. Sabía que iba a morir en esa cama si me quedaba allí, pasivo, expectante, sin hacer nada. Tenía que salir del cuarto, pero ¿cómo? ¿Debía saltar de la cama y esperar que llegara a la puerta a salvo?, ¿qué si era más rápido que yo? ¿O debería arrastrarme lentamente fuera de la cama, esperando no despertar a mi compañero de litera? Al darme cuenta de que no hizo nada cuando me moví tratando de encontrar el crucifijo, empecé a tener las ideas más extrañas. ¿Y si estaba dormido? Ni siquiera había respirado desde que me despertéNo se movía, parecía… muerto. Tras unos momentos llevé la mano un poco más adentro de la sábana y sentí un antebrazo delgado y mal formado; mi confianza y curiosidad casi mórbida creció en tanto me movía hacia un bíceps desproporcionadamente grande. El brazo estaba estirado, acostado sobre mi pecho, con la mano apoyada en mi hombro izquierdo, como si me hubiera agarrado mientras dormía. Entendí que tendría que mover ese apéndice cadavérico si quería escapar de sus garras. Por alguna razón, la sensación en el hombro de mi ropa siendo arrugada por ese invasor de la noche me detuvo en seco. El miedo una vez más se acumuló en mi estómago y en mi pecho, mientras retiraba mi mano con disgusto por el tacto de cabello desarreglado y grasoso. Por alguna razón, la sensación en el hombro de mi ropa siendo arrugada por ese invasor de la noche me detuvo en seco. El miedo una vez más se acumuló en mi estómago y en mi pecho, mientras retiraba mi mano con disgusto por el tacto de cabello desarreglado y grasoso. Dios santo, se movió. Se movió. Fue sutil, pero su agarre en mi hombro y a lo largo de mi cuerpo se hizo más fuerte. No hubo lágrimas, pero por Dios que quería de llorar. Mientras su mano y brazo se enrollaban en mí, mi pierna derecha tocó la pared que estaba contra la cama. De entre todo lo que me pasó en esa habitación, esto fue lo más extraño. Me di cuenta de que la rancia y sofocante cosa que obtenía gran placer de violar la cama de un niño, no estaba enteramente encima de mí. Estaba saliendo de la pared, como una araña cazando desde su guarida. De pronto, su agarre pasó de un apretón leve a un estrujón repentino; me jaló y arañó mi ropa, como asustado de que su oportunidad pasara. Opuse resistencia, pero su brazo esquelético era demasiado fuerte para mí. Su cabeza se alzó, retorciéndose bajo la sábana. Ahora comprendía hacia dónde era que me estaba llevando, ¡a la pared! Luché por mi vida, lloré y de pronto mi voz había regresado, gritando, pero nadie vino. Entonces pense que queria poseerme ese espiritu sobrenatural cada vez se acercaba mas hacia ami moviendo su cabeza por debajo de las sabanas y sus manos se arrastraban hacia ami A medida que el sol apareció en el horizonte, ese lugar oscuro, ese cuarto asfixiante fue purificado, bañado por la luz solar. Me desmayé cuando sus dedos flacos rodearon mi cuello, sacando la vida de mi cuerpo. Fui despertado por mi padre ofreciéndome desayuno, ¡una vista en efecto maravillosa! Había sobrevivido a la experiencia más horrible de mi vida hasta ese momento, y ahora. Despegué la cama de la pared, retirando asimismo los muebles que creí que harían desistir a esa cosa de tomar una cama. Poco sabía que intentaría tomar la mía… y a mí. Nunca le conté a nadie esta historia. Hasta el día de hoy, aún me despierto cubierto en sudor frío al sonido de las sábanas revolviéndose, o un jadeo causado por un resfriado; y ciertamente nunca duermo con la cama contra la pared. Llámenlo superstición si quieren, pues como he dicho, no puedo descartar explicaciones convencionales, tales como parálisis del sueño, alucinaciones o una imaginación demasiado activa, pero puedo decir esto: al siguiente mes mis padres me dieron su habitación en el otro extremo de la casa y ellos tomaron ese extrañamente sofocante pero alargado lugar como su dormitorio. Me dijeron que no necesitaban una habitación espaciosa, sólo una lo suficientemente grande como para alojar una cama y algunas otras cosas. Duraron diez días. Nos mudamos al onceavo.
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 22:10:57 +0000

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