“La Muerte en el Burdel” Yanin Cortés Cultura//Redacción Con gran influencia del caricaturista mexicano José Guadalupe Posada, Claudio Valle, joven dramaturgo nayarita presenta con éxito desde el estreno en 2009, su ópera prima “La Muerte en el Burdel”, comedia cuya génesis se sitúa en la serie de tres textos llamados “Crónicas de carne y hueso”. Ya lo dijo José Guadalupe Posada: “La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”; así Claudio Valle personifica una ‘Muerte’ disfrazada de Catrina, condenada calavera que, con ánimo de cumplir su obligación, llega al burdel “La Raja Tabla del Canelo”, donde Antonia (Julieta M. Shombaum) experimentada cabaretera, intenta burlarla y así contar con unas horas más de vida. Para lograrlo, “Toñita” envuelve a la muerte compartiendo con gracia y carisma episodios que propician su llegada a “la vida alegre” para luego echar en cara a la Catrina la injusticia de llevársela sin antes haber conocido la felicidad. Al calor de las copas, la cabaretera con habilidad y sentido del humor convence a la muerte de una prórroga: -Tómate esta botella conmigo y en el último trago nos vamos, insistía Antonia; ahora es ella, la muerte, quien desmenuza vísceras y paradigmas sobre su poderío, presume relaciones superiores, amigos de élite que el mundano ser idealiza, intercede por la vida de su nueva amiga, amiga de carne y hueso, no fantasma certero que de siempre obtuvo como compañía - San Pedro o Dios, tengo un asunto que tratar con ustedes, ahí estaba la muerte negociando la vida de la cabaretera. Cansada de la vieja práctica, tan volátil existencia cala a la huesuda muerte, la Catrina, se declara viva y por primera vez en la historia, la muerte vislumbró el hueco que provoca el poder, ilusión fatídica de alto costo y variado precio; un órgano sin vida no siente y la muerte desea sentir el cúmulo de arrebatos, amores y sin sabores que “Toña” vive, siente, recuerda, ríe y llora... La muerte decidida a sentir, a reinterpretar el reflejo de la nada, a revelar la gran mentira del poder, la utopía legitimada que no está dispuesta más a conservar, renuncia entonces al cargo, renuncia a la obligación de adueñarse de otros, decide gozar la vida, anuncia, es más, su ingreso a los vivos con empleo asegurado, todo por “la Toñita”, por la mujer cabaretera que superando los malos días, sin importar tropiezos y sin sabores, retó a la muerte y exigió un día más, con humor y convencida que su tiempo aún no había llegado, bueno, qué más decir, hasta logró hacerla su amiga. Con diálogos adaptados al contexto particular, los espectadores identifican, ríen y se reflejan en situaciones cotidianas; con sagacidad, buscapiés y exagerando vicios y defectos de los personajes, Claudio Valle desarrolla a modo de comedia en una charla de cantina, los retos que el ser humano enfrenta para reinventarse y el eterno deseo de sublevar la muerte. Un diálogo capaz de transitar de lo mundano a lo espiritual, de la melancolía a la felicidad, de la desgracia a la esperanza, con eficacia que hace de esta última algo tan inagotable como la muerte. ...El Burdel, “Toñita”, el vino o los espectadores, descubra ¿qué hizo que la muerte cambiara de opinión? “La Muerte en el Burdel” de Claudio Valle. La Compañía Teatral Escena agradece la hospitalidad del municipio de Ahuacatlán en sus pasadas fiestas. De Nayarit para el mundo... conozca y promueva los nuevos talentos, generaciones que escriben la historia afable de Nayarit; revise cartelera. PEZ, recomienda (Y)
Posted on: Sat, 05 Oct 2013 06:16:21 +0000
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