La Obra de Dios en Su Gracia Explorando las Bendiciones en - TopicsExpress



          

La Obra de Dios en Su Gracia Explorando las Bendiciones en Cristo de un Creyente. Capítulo Nueve Las Prácticas Esenciales en el Andar Cristiano Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. (1 Corintios 13:1-3) Amor El amor es la más grande expresión de nuestra fe Cristiana. Es el ingrediente principal que testifica nuestro llamado en Cristo. Las palabras del Apóstol Pablo en el primer verso del capítulo referente al amor que aparece arriba, son conmovedoras. Sin amor solo somos un gong ruidoso (metal que resuena, o címbalo que retiñe). La intención de Pablo es mostrar un paralelo entre un ruido fuerte que luego se convierte en un gran silencio y el caminar Crsitiano sin amor. Los ruidos fuertes atraen la atención de aquellos que los oyen pero el sonido se convierte en una inmediata obscuridad. El creyente cuyas creencias y prácticas no están gobernadas por el amor verá que sus obras mueren con el tiempo. Sus palabras de verdad tiene un efecto persuasivo en la gente, pero es el amor en sus acciones lo que mantiene la verdad en las mentes y corazones de sus oyentes. Es difícil para un no creyente capturar la esencia del amor de Dios en su naturaleza básica. La profundidad de Su amor está más allá de su comprensión; sin embargo, esto no es así con el creyente. Dios ha revelado Su amor a nosotros en el Hijo y por el Espíritu Santo. Jesús dio a sus discípulos en nuevo mandamiento, amar unos a otros como Él los ha amado. Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (Juan 13:34-35) La razón por la que podemos amar de esta manera es porque nuestra fe salvadora en Cristo nos ha dado acceso a la plenitud de la gracia y el amor de Dios. El Espíritu Santo que vive en todos los creyentes ha iluminado el verdadero carácter de amor en nuestros corazones. Nosotros, como creyentes , hemos experimentado personalmente el amor de Cristo; por lo tanto, entendemos la profundidad del amor de Dios hacia la humanidad. Nuestra obligación hacia esta vista interior y conocimiento del amor es vivir una vida llena del Espíritu, y permitir que el amor de Dios sea vertido sobre nosotros en nuestras acciones hacia los demás. Los efectos de nuestro amor en la vida de alguien son profundos y cambian la vida de aquellos que lo reciben. Un engaño del que nosotros como individuos en la iglesia tenemos que guardarnos es un entendimiento superficial del amor de Dios. Hay una enorme diferencia entre alguien que conoce lo que la Palabra de Dios dice respecto del amor y alguien que lo practica en su vida diaria. Muchos de nosotros creemos que somos una gran máquina de amor porque estamos familiarizados con todas las Escrituras sobre el amor. Tenemos una tendencia a sustituir el conocimiento del amor en la Escritura por la práctica del amor hacia los demás. Es bueno crecer en el conocimiento del amor mientras nuestros corazones continúen creciendo en el amor de Jesucristo. Cada uno de nosotros necesita examinar su corazón diariamente para ver si verdaderamente estamos caminando en el amor de Dios de la manera como nos es revelado en las Escrituras. La Esencia del Amor El amor en esencia no es una sensación emocional, sino una acción que es dirigida hacia el bienestar de los demás. Tiene en su centro las características de ser incondicional y de auto sacrificio hacia el que es amado. La naturaleza incondicional del amor trabaja independientemente de las acciones de la otra persona. La persona que verdaderamente ama a alguien bíblicamente no paga un favor o es amable con alguien por sus acciones pasadas, sino que lo trata con amor sin ningún motivo ulterior. La naturaleza de auto sacrificio expresa el costo del amor. Pone los intereses de otra persona antes que nuestros propios deseos para satisfacer las necesidades de esa persona. La mayor expresión de amor bíblico fue en la cruz cuando Cristo murió por nuestros pecados. Él murió por el hombre, que estaba lleno de pecado, y sacrificó Su propia vida por el bien de los demás. No hubo nada en el hombre que provocara en Cristo esta acción; sin embargo, el fue a la cruz sacrificando Su propia vida y demostrando Su amor en toda su plenitud. La Naturaleza Indispensable del Amor La naturaleza indispensable del amor se revela en las palabras de Pablo. Dice que si no tienes amor, no te sirve de nada. Todas las obras del creyente suman cero cuando no aplica amor a su vida. Para ilustrar este punto, me gustaría trasportarte a mi infancia. Cuando estaba en primer año aprendiendo matemáticas, multiplicar números por cero me causaba mucha confusión. Quizá era porque primero aprendí a sumar y restar. Las sumas eran fáciles. Uno más cero igual a uno. Dos más cero igual a dos. Cien más cero igual a cien. No tenía problema para entender eso. Todo lo que tenía que hacer era tomar el número con valor y ponerlo en la respuesta. La resta era lo mismo. Uno menos cero igual a uno. Dos menos cero igual a dos. Cien menos cero igual a cien. Una vez más no había problema. Cuando empecé a multiplicar, no era tan fácil. La maestra me preguntaba cuanto era uno por cero. Yo decía uno. Ella me decía que no y me decía que la respuesta era cero, y empezaba la confusión. Después me preguntaba cuanto era dos por cero. Yo decía que dos y me decía que estaba mal y que la respuesta era nuevamente cero, dejándome en un estado de perplejidad. Luego me preguntaba cuanto era cien por cero. Yo lo pensé y concluí que tenía que ser al menos cincuenta porque cien es un número muy grande. Después que dejé de adivinar, me explicó que era cero porque no importa que tan grande sea un número, cuando se multiplica por cero, es cero. Mi problema era que no podía entender como una igualdad podía ser cero cuando había un número tan grande en la igualdad. Tenía que ser igual a algún valor aunque fuera pequeño, pero no cero. Con el tiempo por fin pude entender el concepto de la multiplicación. El punto es este: el Apóstol Pablo dice lo mismo acerca de la vida sin amor. No importa cuánto hagamos por Dios, si no está acompañado por el amor, se convierte en nada y no da ningún beneficio. Cero amor multiplicado por lo que sea que hagamos en el ministerio, siempre dará cero. Esto es porque es el amor de Dios demostrado en Su hijo lo que mueve a los corazones de la gente a arrepentirse y a la fe. Las palabras elocuentes y el conocimiento impactan las mentes de la gente, pero son sus corazones los que necesitan ser perforados con la verdad. Nuestras acciones con amor refuerzan nuestras palabras. El amor se convierte en el medio por el cual nuestras palabras alcanzan los corazones de la gente y hacen una diferencia que perdura en sus vidas. Las Cualidades del Amor En el pasaje de Corintios, Pablo personifica el amor, revelando las cualidades de su naturaleza El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. (1 Corintios 13:4-8a) El amor es paciente y amable, siempre considerado y comprensivo hacia los demás. Nunca es celoso, sino que se regocija con las bendiciones de los demás. Nunca es orgulloso, presumido, o grosero, y siempre se conduce de la manera adecuada hacia todos los hombres. El amor es una vida que está centrada en Cristo y no centrada en uno mismo. El amor siempre busca el bien de los demás y puede perdonar sus errores. El amor siempre es fiel a la verdad y se regocija en la verdad, manteniendo la rectitud en toda verdad. Siempre persevera contra las adversidades de la vida, sin perder la fe o la esperanza, resistiendo las dificultades y tribulaciones de las circunstancias. El amor nunca falla y es el cimiento sobre el que las otras características de bondad maduran. Es persistente en su determinación de amar a los demás. Nunca puede ser separado de la práctica de fe en el andar del creyente. La máxima expresión de nuestro amor por Dios es nuestro amor de unos por otros. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero .Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. (1 Juan 4:19-21)
Posted on: Mon, 08 Jul 2013 00:08:30 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015