La comparación es en este caso peligrosa espiritualmente; pero es válida, porque es lo que sucede... En ningún caso, el pastor o el sacerdote se puede comparar con la certeza de tener a la Madre de Dios intercediendo por nosotros. En todo caso, el sacerdote está consagrado por Cristo... pero el pastor es sólo un tipo que se siente iluminado (posiblemente por un fluorescente) pero no tiene el don del Espíritu Santo para orar y purificar al pueblo de Dios. La necesidad de tener la "visión" de un ser, es la que Dios comprende y nos da a Su Hijo para que podamos llegar a Él... sin embargo, la figura de Cristo mismo (visualmente) se ha ido trastocando por causa de la evangelización de europa (por eso tenemos "cristos rubios y de ojos azules"), pero tras la agresión de la Cultura de la Muerte (como bien lo llama Juan Pablo II), la "visión" se nos hace más espiritualmente correcta al tener a Su Madre (ni rubia ni de ojos azules... sino como era en el único ícono de origen sobrenatural -divino- que permanece: La Guadalupana) a la que podemos pedir por su carácter de Intercesora por excelencia. También tenemos a los santos reconocidos y expulgados de toda duda. Sin embargo, el no tener ninguna duda, el orar al Dios que no ves con la certeza de que te escucha, es el don que Dios les permite a pocos, porque no todos quieren acceder a amarlo sin renunciar a sí mismos. En otras palabras: reniega de tí y encontrarás en don de Dios... pero qué difícil es pasar por el ojo de la aguja y/o desechar lo que nos cubre....
Posted on: Tue, 11 Jun 2013 04:03:22 +0000
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