La conspiración Los hermanos Enrique y Jorge Ávila Echeverría, - TopicsExpress



          

La conspiración Los hermanos Enrique y Jorge Ávila Echeverría, junto con Julio Valdés Blanco, habían estudiado en Europa (abogacía, el primero; medicina, los otros dos) en un período de efervescencia social “cuando el socialismo iniciaba los trabajos para llevar a la realidad las doctrinas de sus pensadores”, anota Marroquín. Si bien aquellos movimientos eran contrarios a su modo de pensar, los tres veían en las medidas de fuerza una necesidad para liberar a los pueblos oprimidos. Fue así como, desde París incubaron el sueño de derrocar al tirano. De esa cuenta, a su regreso convocaron a una tertulia a varios hombres de familias acomodadas, que en su mayoría no sobrepasaban los 30 años de edad, y empezaron a hablar de ultimar al dictador. Después de aquel primer encuentro, en agosto de 1906, hubo otros a los que se sumaron nuevos personajes comprometidos con la idea. En las memorias de uno de aquellos hombres, Mariano Zeceña, citadas por Marroquín, éste asegura que “no fue una conspiración vulgar ni la ambición lo que nos lanzó a aquella empresa. (…) Fue un movimiento de reacción contra el sistema canallesco de brutal tiranía el que se inoculó en nuestras almas jóvenes y entusiastas”. Esas memorias, escritas en el exilio tres años después del atentado, repasan los distintos escenarios que impedían una revuelta a través del levantamiento de un cuartel militar, como Zeceña mismo había propuesto al grupo. Según este sobreviviente de los conjurados, la muerte de Estrada Cabrera importaba un cambio súbito de situación. Una vez eliminado el tirano, el comité conspirador establecería amplias reformas a la Constitución y en las costumbres políticas. Pretendían “crear un marco en el que se organizaran honradamente los partidos políticos”, y tomar, en definitiva, otra serie de medidas tendientes a democratizar el ejercicio del poder y la participación ciudadana. Esto implicaba el restablecimiento de la libertad de imprenta, la solución de la situación económica y otras medidas que sanearían aspectos municipales, legales y jurídicos de la vida nacional. De acuerdo con sus notas “los nombres de los conspiradores, jóvenes patriotas, ilustrados, honorables y ricos, eran una garantía del cumplimiento del programa”. Y agrega: “No se trataba de un movimiento conservador ni liberal. Hay nada más cabreristas o anticabreristas”. Su programa se sintetizaba en tres ideas: “Libertad, moralización y progreso”. Además de los ya mencionados, Marroquín recopila los nombres de muchos de los involucrados en la conspiración. Cita a Baltasar Rodil, Rafael y Felipe Prado Román, Eduardo y Pedro Rubio Piloña, Francisco Fajardo, José Pomés, Rafael Madriñán y Gustavo Ramírez, entre otros. En las reuniones se barajaron varios métodos para eliminar a Estrada Cabrera. Los Rubio Piloña se ofrecieron para ultimar al dictador tras solicitarle una audiencia. Los Prado Román, magníficos tiradores, propusieron una emboscada al cortejo presidencial. Zeceña sugirió el levantamiento de un cuartel… Finalmente, se impuso la propuesta de un atentado con dinamita hecha por Enrique Ávila Echeverría, cuya personalidad y liderazgo convencían y contagiaban, más que los argumentos. Acordado el plan dinamitero, establecieron las fases del mismo y organizaron comisiones. También previeron la posibilidad de fracasar, remota según ellos. Ante esta situación, acordaron que no les quedaría más opción que el suicidio, “para no caer vivos en las garras del tirano y para aplacar con nuestra sangre el odio de Cabrera”, escribió Zeceña. Se discutió, como punto de poca importancia, la forma de morir: un cartucho de dinamita en la boca para destrozar el cráneo; un balazo en la bóveda palatina, asegurando que era la muerte más rápida. Pero fue Enrique Ávila quien argumentó “un balazo en la boca lo desfigura a uno. Debemos morir como hombres; que no crea encontrar nadie en el rostro de nuestros cadáveres, huellas de horror o de miedo que causen repugnancia. Propongo un balazo en la sien derecha, que da el mismo resultado. Debemos caer sonrientes y de cara al Sol”
Posted on: Tue, 16 Jul 2013 01:31:49 +0000

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