La devastación de buena parte de la Autopista del Sol es - TopicsExpress



          

La devastación de buena parte de la Autopista del Sol es atribuida por no pocos a la brutalidad con la que Manuel atacó el territorio guerrerense. Al efecto climático, algunos más añaden la «falta de planeación», las «fallas de varias entidades» y la carencia de un presupuesto «adecuado» en su trazo y construcción, pero «errores no». Ante la magnitud del desastre cada quien se cubre como puede y dice lo cree conveniente, pero el hecho es que la rehabilitación de esa vía de comunicación implicaría un costo cercano a 2 mil millones de pesos, que se sumarán al onerosísimo barril sin fondo que al erario (léase a los mexicanos) ha representado, a lo largo de 20 años, esa carretera que es famosa más por sus ostentosos defectos y su mala calidad que por conectar a la ciudad de México con Acapulco. Cada vez que esa vía de comunicación registra un «desperfecto» –lo que sucede a menudo–, sale a declarar un vocero de las empresas constructoras para «explicar» (a su muy empresarial entender) qué fue lo que pasó. En esta ocasión tocó el turno a Alonso Quintana, director general de Ingenieros Civiles Asociados, uno de los tres consorcios (los otros fueron Grupo Mexicano de Desarrollo y Tribasa, que hoy se conoce como Pinfra) originalmente involucrados en la construcción de la Autopista del Sol, concesionada (50 años prorrogables) por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari e inaugurada en 1993. A juicio de Quintana, dicha carretera «se hizo lo mejor que se pudo con escasos recursos», y dijo que durante su construcción «más que errores hubo un tema de presupuesto y programa de obra que se tenía que seguir. Pero sí, faltó planeación, (aunque) también hubo fallas de varias entidades» (La Jornada, Víctor Cardoso y Roberto González Amador). Esa es la versión, aunque la realidad es mucho más consistente: cuatro años después de su inauguración, el gobierno de Ernesto Zedillo «rescató» financieramente a la Autopista del Sol (y a otros 22 concesionarios carreteros) y alegremente pasó sus deudas al erario, amén de su «falta de planeación» y todo lo demás. Es la fecha en la que los mexicanos siguen pagando por las barbaridades cometidas por el gobierno, los tres grupos empresariales referidos y los demás «rescatados», como Gutsa (¿recuerdan la E$tela de Lu$?), dedicados a cobrar millonarias cantidades (también del erario) para «reparar» los «errores» que nunca existieron (actividad que sólo ha hecho más grande el problema, porque continuamente hay que reparar lo reparado en el cuento de nunca acabar). La memoria empresarial es por demás cómoda: nunca deja de lado lo que le adeudan, pero siempre olvida lo que se le debe. Y en este contexto, el «rescate» carretero del gobierno zedillista acumula pasivos (junio de 2013) por más de 142 mil millones de pesos, cuando el «recate» original ascendió a 58 mil 100 millones. De hecho, al cierre de 2006 tales pasivos alcanzaron 178 mil 300 millones, porque el gobierno foxista incrementó a 49 las concesiones carreteras «rescatadas», pero el gobierno calderonista «devolvió» varias de ellas a los concesionarios originales (es decir, a quienes las quebraron) y así redujo a cerca de 142 mil millones, sin olvidar que los mexicanos llevan 20 años pagando deuda e intereses por carreteras que nunca usarán, dados los excesivos peajes.
Posted on: Sun, 29 Sep 2013 00:35:15 +0000

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