La gente se ofende porque se mancha el nombre de su preciada moralidad con la promiscua esencia/ brutalidad salvaje de la condición que no pueden reconocer como humana. Sin embargo lo es, claro que lo es. Y a mí me importa una mierda que tan alto sea ese standar, ese pilar imaginario en el cual posan todas sus costumbres recientemente refinadas. Yo soy lo que soy, no tengo miedo de mancharme la cara con barro al caerme de un porrazo; no importa que me vean la geta sangrando porque me dieron un codazo por no codearme con los de su estirpe, por haberme plantado con las dos patas en el suelo, descalza, a pelear por lo que creo. Así, con olor a pan recién hecho, despeinada y sin maquillaje, con el bolso que tejió mi abuela sin seguir la última moda top trend fashion y un libro que no está en las vidrieras debajo del brazo, así, de esa forma, me sacudo el polvo de las miradas que desdeñan, me muerdo el pulgar - bien a lo shakespeariano - y escupo bien grotesca sobre esa “moral" que es más mentira y apariencia que un “orden para el bien social".
Posted on: Sun, 04 Aug 2013 02:59:30 +0000
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