La gracia de la humildad Señor Jesús, manso y humilde. Desde el - TopicsExpress



          

La gracia de la humildad Señor Jesús, manso y humilde. Desde el polvo me sube y me domina esta sed insaciable de estima, esta apremiante necesidad de que todos me quieran. Mi corazón está amasado de delirios imposibles. Necesito redención: Misericordia Dios mío. No acierto a perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman, los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan. Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Señor manso y humilde de corazón. No sé de dónde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, eliminar al rival, dar curso a la venganza. Hago lo que no quiero. Ten piedad Señor y dame la gracia de la humildad. Gruesas cadenas amarran mi corazón: Este corazón echa raíces, sujeta y apropia cuanto soy y hago y cuanto me rodea. Y de esas apropiaciones me nace tanto susto y tanto miedo. ¡Infeliz de mí, propietario de mi mismo! ¿Quién romperá mis cadenas? Tu gracia, mi Señor pobre y humilde. Dame la gracia de la humildad. La gracia de perdonar de corazón. La gracia de aceptar la crítica y la contradicción o al menos, de dudar de mí mismo cuando me corrijan. Dame la gracia de hacer tranquilamente la autocrítica. La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias; de sentirme verdaderamente feliz en el anonimato; de no fomentar las autosatisfacciones en los sentimientos, palabras y hechos. Abre Señor espacios libres dentro de mí para que los puedas ocupar Tú y mis hermanos. En fin mi Señor Jesucristo; dame la gracia de ir adquiriendo paulatinamente un corazón desprendido y vacío como el tuyo; un corazón manso, paciente y benigno, Cristo Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante a tuyo.
Posted on: Mon, 02 Sep 2013 11:51:45 +0000

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