La gran mayoría de los seres humanos sobre toda la tierra vivía - TopicsExpress



          

La gran mayoría de los seres humanos sobre toda la tierra vivía de forma distinta de la que se vivía en Castalia, más simple, primitiva, peligrosa, indefensa, desordenada. Este mundo primitivo era innato en cada ser humano, el corazón sentía algo por él, un poco de curiosidad, de nostalgia, de piedad. A su lado y por encima de él existía otro mundo, el mundo castalio, espiritual, artístico, más ordenado, protegido pero necesitado de constante vigilancia y ejercicio, la jerarquía.[...] ¿Por qué, pues, no vivían los dos mundos aparentemente en armonía y fraternidad uno al lado del otro, uno dentro del otro, por qué no se podía guardar y unir a ambos en sí? El juego de los abalorios, Hermann Hesse El juego de los abalorios es la obra culminante del escritor alemán Hermann Hesse (Stuttgart,1877- Basilea,1962), uno de los escritores en lengua alemana más importantes de siglo XX, junto con Thomas Mann y Franz Kafka. Algunas de sus obras más importantes son Peter Camenzind, su primera novela (1904), con tintes autobiográficos, Bajo las ruedas (1905), sobre las frustraciones de un estudiante, Demian (1919), obra completamente magistral, mi novela favorita de este autor y uno de mis libros preferidos, Siddharta (1922), novela de exploración psicológica ambientada en la India, El lobo estepario (1927), otra de las novelas más estremecedoras y profundas de Hesse, o Narciso y Goldmundo (1930). Escribió también notables ensayos, poesía y cuentos, todo con su característica profundidad psicológica y su exquisita y desarrollada sensibilidad, que le hizo merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1946 (aunque este premio se ha ido degenerando hasta convertirse en título bastante simbólico, ya que premia cada vez más a autores malos a rabiar y totalmente faltos de cualquier capacidad literaria, pero esto es tema para otro artículo). El juego de los abalorios, ambientada en un futuro hipotético, muestra dos mundos opuestos, el “normal”, el del “pueblo llano”, por así decirlo, y Castalia, la orden integrada por jóvenes escogidos desde su más tierna edad para ser educados en los valores castalios: el orden, la cultura, la sabiduría, la castidad… (La dualidad entre el bien y el mal, lo luminoso y lo oscuro, lo racional y lo irracional, etc, es un tema siempre presente a lo largo de toda la obra de Hesse). Aprenden a jugar al “juego de los abalorios”, que Hesse define como “el juego combinatorio de todos los saberes y valores de nuestra cultura”, donde tienen especial relevancia la música y las matemáticas. El protagonista, Josef Knecht, Magister Ludi (Maestro del Juego), será quien, introduciéndose en la ciencia histórica, se dará cuenta de que ese país castalio, inamovible, intemporal, no podrá mantenerse eternamente imperturbable al exterior. Un juego de abalorios puede identificarse perfectamente con lo que todos conocemos por un ábaco (de hecho, el título original es Das Glasperlenspiel, “el juego de las perlas de cristal”). Fueron los egipcios quienes 500 años antes de Cristo inventaron el primer dispositivo para calcular, basado en bolitas atravesadas por alambres. Posteriormente, a principios del siglo II d. C., los chinos perfeccionaron este invento, al cual le agregaron un soporte tipo bandeja, poniéndole por nombre “Saun-pan”. La palabra ábaco proviene del griego “abax”, que significa tabla o carpeta. El ábaco permite sumar, restar, multiplicar y dividir. Los japoneses copiaron el ábaco chino y lo rediseñaron totalmente a 20 columnas con 1 bolita en la parte superior y 10 en la inferior, denominándolo “Soroban.” Este dispositivo, en la forma moderna en que la conocemos, realmente apareció en el siglo XIII d. C. y sufrió varios cambios y evoluciones en su técnica de calcular. Actualmente está compuesto por 10 columnas con 2 bolitas en la parte superior 5 en la parte inferior. De esta forma, el juego de los abalorios es una metáfora de la totalidad de ciencias y saberes, que se manejan y se interrelacionan unos con otros, existiendo múltiples combinaciones diferentes. He aquí la respuesta a por qué decidí poner este nombre al blog, aparte de porque la obra de Hermann Hesse ha sido siempre para mí una fuente de inspiración y de esperanza. Y si me propongo hablar de artes diversas y sin embargo inevitablemente unidas, ¿qué estaré haciendo sino jugar una inmensa partida del juego de los abalorios? Fuente: eljuegodelosabalorios.blogspot.es/
Posted on: Mon, 15 Jul 2013 06:19:58 +0000

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