La palabra Las palabras son el segundo vehículo que recibimos para nuestra educación o deformación, el primero es desde luego el afecto o el desprecio de nuestros progenitores. A través de la palabra identificamos lo que nos rodea, lo que percibimos y ayuda a iniciar nuestro aprendizaje, el cual después es reforzado por los hechos y al final logramos evolucionar cuando comprendemos los conceptos. Así por ejemplo, si en la infancia una persona recibió palabras duras de sus padres y algunos castigos severos, y si además en el fondo sus padres lo hacían en esa forma porque no conocían, por su ignorancia, otra forma de hacerlo, y fueron movidos por el amor auténtico a su hijo, al final éste comprenderá el concepto y arrojará fuera de sí todo el resentimiento. La palabra deja una profunda huella y muchas veces para siempre. Hay quien afirma que “las palabras se las lleva el viento”, hay quien deja de comunicarse para siempre con otra persona y las causas fueron las palabras ofensivas que los marcaron de por vida. La única medicina que cura el alma, la psique, curiosamente es la palabra, así el psicólogo, psiquiatra, sacerdote o el amigo, con sus palabras puede apaciguar o aliviar nuestra alma. Alma o parte inmaterial de los seres. La palabra que es respaldada con el testimonio se llama congruencia y si le agregamos el concepto de fondo marca su existencia para siempre. Pensemos por un momento en la trayectoria de un líder que se ha quedado por siempre en la memoria universal: Jesucristo, él por medio de su palabra convenció y creó enemigos, por sus hechos dio testimonio de su grandeza, hubo también quien lo condenó, pero quienes comprendieron el fondo de su concepto hicieron la obra que él propuso; los seguidores convencidos se encargaron de continuar su ideario y de convertirlo en una realidad. Miguel Hidalgo, libertador de México, al igual que los líderes que llevaron la libertad a otras naciones del mundo, con sus palabras convencieron y también por las mismas alertaron a sus enemigos, por sus hechos convencieron a sus seguidores y por los mismos fueron excomulgados declarándolos enemigos del sistema, pero los que comprendieron el concepto consolidaron su obra. Esta obra que tiene en sus manos plasma palabras que son respaldadas con 40 años de investigación. El deseo sincero es que estos conceptos lleguen al lector. Es, en síntesis, el anhelo de construir un mundo superior basado en valores fundamentales; estoy convencido de que existen seres humanos dispuestos a apostar su vida por construir un mundo mejor. Si decidimos que a partir de hoy nuestra palabra sea verdad, nuestras acciones honestas, nuestra conducta busque en todo momento respaldar nuestras palabras, convencidos de vivir en la verdad, les quiero asegurar que hemos iniciado una vida que trascenderá por siempre y conoceremos la plena libertad que produce vivir con ética.
Posted on: Thu, 04 Jul 2013 01:37:25 +0000
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