La partidocracia de México Esteban Aguayo Åkesson Ante la coyuntura que se vive en México para el 2012, se merece revisar el comportamiento de sus ciudadanos para entender la partidocracia en la que se transformo el País durante las dos últimas décadas. Es común ver en México complejas situaciones en donde la sociedad sumergida en una masiva desorientación ante el engaño sistematizado de los medios televisivos y el amedrentamiento que sufren los medios independientes, agregándole el fuego cruzado que vive la sociedad civil entre el Gobierno Federal y bastiones de Gobiernos de Oposición bajo la perspectiva y desgastada justificación de la guerra contra la hipocresía y la corrupción conocida como el narcotráfico, genera las condiciones adecuadas para crear una sociedad confusa en como percibir a los partidos oficiales, los de oposición y el verdadero cambio fundamental para la construcción de una república de estados y sociedades heterogéneas capaces de vivir bajo las diferencias de ideas y creencias, pero sobre la base de principios como la tolerancia, la reflexión y el respeto. La retórica vacía de los actuales gobiernos han sembrado la falta de liderazgo y reflexión de nuevas generaciones involucradas con la economía informal y la delictiva, no como opción de vida, sino como la herencia de una sociedad que no ha entendido ni tampoco atendido la problemática social de su territorio nacional, enfocando su política pública en la mercadotecnia de programas que de Social sólo llevan el título en el escenario que se dan a conocer. Tanto el Gobierno oficial como los de oposición juegan el mismo papel en distintos niveles del Gobierno en donde los instrumentos del poder son manejados de manera tendenciosa para los grupos establecidos en esa burocracia. La falta de dialéctica, de confrontación de ideas en el escenario del debate más no en el de las armas, la poca capacidad del trabajo en equipo y el poderoso estatus social enquistado en el comportamiento colectivo de las sociedades modernas y capitalistas en el norte de México, han creado servilismo y falta de competitividad en los programas, proyectos y distintos procesos y servicios provenientes de la responsabilidad del Estado. No así, el mercado ha sido ejemplo de crecimiento y prosperidad en las utilidades de sus distintos miembros, es decir, trabajadores, ejecutivos, accionistas, etc. Sin embargo, se ha demostrado que el crecimiento económico no es necesariamente una señal de progreso en su amplio sentido, es decir en su cultura, sociedad, calidad de vida, impacto ambiental, educación y seguridad. En otro escenario al sur de México continua en su larga lucha contra la extinción de lenguas y tradiciones de los pueblos originarios, golpeados por la industrialización y traicionados por el favoritismo de los distintos niveles de Gobierno para con actores de la iniciativa privada nacional y extranjera, que al paso del tiempo la única utilidad para la población local termina siendo la contaminación de sus suelos yagua. La continua migración hacia el norte ha creado un efecto en la sociedad indígena y la mujer se convierte en botín de guerra, la juventud encuentra frustrada la idea de crear una vida básica y la desintegración familiar por consecuencia. Sin embargo, la sociedad indígena ha creado durante los últimos 500 años, condiciones de defensa tan fuertes que han logrado contener hasta hoy día, parte de sus costumbres y tradiciones en comunidad. Cerca de los conceptos capitalistas, las sociedades del norte de México, se caracterizan más por sus miembros que son seducidos fácilmente en los proyectos de alto riesgo donde el dinero y el materialismo es abundante ante una escaza estructura de valores en el aspecto individual y hace difícil la construcción de colectivos capaces de detener y hacer retroceder esta tendencia en el norte del País. La Partidocracia en México se acentúa, el desgaste en el tejido social continua mermando la juventud nacional, los partidos políticos padecen un mal necesario en sus estructuras intoxicadas por la corrupción y falta de reflexión, empresarios con oscuros intereses logran incorporar a la economía formal abundantes cantidades de dinero provenientes de acciones ilícitas, la Banca simplemente no puede detener el lavado de dinero y los medios de comunicación masiva enfocados en la perversidad. Así en estados como Coahuila la administración familiar del Estado regional y sus aliados en el Congreso, reviven los nuevos escenarios de un cacicazgo posmodernista, el Gobierno Federal en sus principales actores, dejan ver la soberbia con la que los procuradores de justicia quebrantan los mecanismos de la Ley que alguna vez se escribieron en los libros de la Constitución. La Partidocracia en México parece empeorar, pero no todo está perdido ya que, aunque poco optimista sea la razón, la sociedad civil esta pasivamente despierta, pero no lejos de la antesala de una nueva revolución, su emancipación política y social.
Posted on: Fri, 04 Oct 2013 00:06:10 +0000
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