La pérdida que debemos recuperar Por David Lee - Compártelo: Comparte en Facebook Comparte en LinkedIn Comparte en Twitter Recuperar la imagen país, es tarea de todos. En el recuento de los daños por el fenómeno de la inseguridad, amén del sufrimiento humano por la pérdida de vidas, México y los mexicanos han tenido enormes pérdidas de carácter cuantitativo debido a los delitos que se cometen día con día, acumulando, además, otro tipo de pérdida de carácter cualitativo, que a la postre puede representar aún mayores daños: la pérdida de imagen como país y como ciudadanos. México ha sido históricamente para muchos países, y particularmente los latinoamericanos, un referente en los ámbitos político, económico, cultural y social; en los últimos años, no obstante, los niveles de violencia han afectado seriamente su reputación e imagen ante el mundo, lo cual representa un descalabro tal que, de no atenderse, puede convertirse en una cicatriz que nos puede llegar a estigmatizar. Si bien debemos reconocer que existen una serie de estereotipos en torno al mexicano que lo perciben como flojo, gordo, informal e impuntual, por mencionar algunos, es preciso reconocer, asimismo, que los nuevos tiempos pueden engrosar la lista con otros más graves, tales como el de corruptos, delincuentes y asesinos. De poco servirán las campañas oficiales para promover la imagen del país en el exterior, cuando se emiten, de manera recurrente, alertas de seguridad para viajes a México en otros países, cuando los medios de comunicación internacionales dan cuenta de los escándalos de corrupción o lavado de dinero y se muestran una serie de personajes de la vida nacional quienes, no obstante sus abusos y delitos manifiestos, salen impunes. Quizá resulte más efectivo, para reivindicar nuestra imagen en el exterior, el trabajar antes por la imagen en el interior; es decir, reivindicándonos a nosotros mismos, con lo que sabemos que en el fondo somos y no lamentándonos simplemente en lo que nos hemos convertido, o consideremos que nos hemos convertido, por las acciones de unos cuantos. De aquí que, para observar resultados en el largo plazo, debemos emprender acciones inmediatas. Además de promover los mecanismos de orden, justicia y paz, es preciso reflexionar respecto de los principios y valores que les estamos dando a nuestros hijos y proponernos el educarlos con base en una cultura de legalidad y respeto por la vida y los demás. Si queremos vernos distintos ante el espejo, no basta con limpiarlo, debemos cambiar nosotros mismos para poder mostrarnos ante los demás, y el mundo entero, con la imagen que corresponda realmente a los valiosos seres humanos que como mexicanos hemos sido, somos y continuaremos siendo por siempre.
Posted on: Tue, 29 Oct 2013 01:04:01 +0000
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