La suerte que he tenido. - TopicsExpress



          

La suerte que he tenido. Mariela. Fue así... no lo dudes. Esa noche todo estaba dispuesto para conocer aquella mujer. Ella ni lo presentía, pero yo si, siempre he tenido esa intuición de apariciones momentáneas del mas allá, que después se pierden y no vuelven aparecer... un día vuelven y no las he escrito... Después, no las puedo contar porque nadie me hace caso, me miran con esos ojos de aquel sé esta inventando una nueva vida, de seguro en esta le llegó el turno... Y yo lo soñé la noche antes. Aquella noche, Santiago Feliú daba su recital de la sala ATE de Buenos Aires y aquella muchachita desaliñadamente vestida como diciendo ni me miren, gordita, pero... con los ojos más hermosos del mundo, estaba de fans y amiga con la bailarina contratante de Pili, cubano, hermano gemelo de Huckleberry Flynn, que nos tiró un cabo de Cohiba, Un Pancho en la madrugada, en aquel viaje a la Argentina; prestándonos su residencia autotitulada la Pinga de Oro y donde vivían todos los parientes de Tom Sawyer, las especies que Noé no pudo traer consigo y la vitalidad Woodstock, allí cayó, en aquel recital y me regaló la mirada que Redford buscó toda su vida y dejó ir en el Subte y que después contaba a su mayordomo y confidente, viendo como Demmi Moore se le iba por un tipo que había gastado todo su millón en un hipopótamo, y después dicen que García Marquez inventa... mentiraaaaa. Allí apareció y me cambio en un instante todas las papeletas, ya no tenía remedio, estaba hecho, aquella muchacha me miró y fue tanto así que tres meses después sin vaselina, desembarcaba en La Habana y le contaba a todos los curiosos que querían saber que carajo hacia aquella Cordobesa en La Habana, que su novio cubano abrazaba a un Doberman disfrazado de marihuana y que además la sacó a bailar y quiso ser el profesor Fernando Alonso y disertar sobre las posibilidades del ritmo salsa en Buenos Aires... y no le bastó y se sentó a las seis de la mañana en su sofá predilecto y se disparó el partido de tennis de la madrugada de ESPN, y ademas tuvo que invitarla a tomarse un café con leche a las 7 de la mañana En aquella gasolinera invernal y sentirse el brother que estaba en Varadero de Agosto. La llamé a mediados de semana porque ella se fue para Córdoba; eso es como irse para Guantánamo, lejos con cojones. pero con guaguas y allí desde el Choripan de la esquina de Corrientes le llamó dos veces y sin mas le dijo me voy el domingo y quiero verte y ella que es más guapa que él, se le apareció a las seis de la mañana del viernes con aquellos ojos cubiertos de futuro y supe que estaba perdido... Así no termina nada, lo que vino fue de pinga queridos amiguitos... se apareció en La Habana, después de interminables llamadas teledoloricas y nos cogió la convivencia de microbrigada, algo así como Alamar en el Cerro y sin guaguas, ella incólume comió camarones, langostas, boniatos y picadillo extendido y un día la vi suculentamente feliz empinándose un batido de Fruta Bomba como si toda su vida la hubiera esperado en el camino de viaje al colegio, enferma a la Fruta Bomba, hermano, sin complejos, se estudió mi mapa de regalo y se aprendió todos los caminos de regreso al Casino Deportivo sin mediar postgrados, así de autosuficiente, valerosa e irresponsable. Esa mujer no tiene limites mi hermano, te lo digo yooooo... Rumba y Guaguanco... Una mañana de cualquier día a cualquier hora, en un buen año, le dije sin vaselina, y por teléfono para que te enteres “te quieres casar conmigo” y tu crees que aunque mediara ETECSA de por medio ella se sintió turbada, pues, casi un silencio de 10 segundos; tu tienes idea de que son diez segundos de estática etecsiana; pues, casi toda la vida. Se sintió toda la emoción de 8000 kms y manos a la obra, o lo que es lo mismo, siiiiiiiiiiiiiiiiii. Y allí empezó el más extenso, inverosímil, malévolo y desesperante papeleo de la vida, de la mía, de la de ella y de seguro que de las generaciones de soyeros habaneros que me encuentro por Cuba y sus cayos adyacentes, pero esa historia no sirve, es infierno y no-amor y yo te estaba hablando de la suerte que he tenido... Casarse con una cordobesa de Alejandro Roca es comparable a las aventuras de Admunsen, de Hillary y de Marquetti, Agustín, claro está, para decirte, que no hay ni cantío ni gallo, solo maní y una pista de aviación agrícola, pero es el lugar pensado desde mi niñez, soñado para el aburrimiento total según ella y contradictoriamente feliz para este citadino, anormal que viviría en esa New York de tranquilidad, silencio y bienvenida. Llegué y me estaba esperando en él “anden”, allí mi diosa, como en las películas; A su lado mi suegro, que hacía su debut, de él te hablo después, ok, el cual quería no estar; Pero que como podía faltar a la cita, ¿y quien de compaña en medio de tanto frío? El bobo del pueblo, ese vecino y querido ser que aflora en las vidas de cada apeadero, imprescindible de la geografía, la historia y la gramática de estas tierras, sin ellos no hay historia ni finales felices ellos son la historia, el final feliz... Esperanza, en sus ojos tiene la vida, yo vengo a ofrecer mi corazón Margarita, adentro... diría la canción que agitaba en sus labios que no salía. No hay pueblo que se respete que no tenga un bobo esperándote en un anden. Así fue toda la bienvenida, para nada tú... faltaba el humo, ¿Qué humo? El de mi suegra, las luces, el show, el pan quemado esperando de mí llegada, ese es el ritual. Cuando tu llegas a Alejandro, si eres bienvenido te esperan con pan ahumado. Tienes que abrir la puerta de la casa que no conoces, claro está, no hay las llaves, ni encierros, como antes era el mundo, y es lo bello... lugar que en este planeta, tiene el hálito de la prehistoria de esta tierra, sabor, color y pan quemado. Te sientes desconocido y esperado, en ese aroma de hogar recién tostado, de sauce ahumado, de risa franca, abrazo sincero. Ese es el otro hogar, descubres que tienes gentes que te quieren sin saberte y te desean alegrías de verdad y humo azul de llegada, lucecitas en los ojos. Para que más... Como cuando tenía cinco meses y me llevaron en el carro de los Abreus que costaba tres pesos, para San Juan y Martínez, a conocer a mis abuelos y me pusieron en la cuna prestada de Fermina Frías, la vecina de la Finca Astrea, miraba con esos ojos grandes que me dio el mundo para querer conocerlo todo y reía. Allí en el instante, en un chasquear de dedos lo comprendí todo... no me perdonaría echarlo a perder, a la vista de esa cortina azul de remembranza, polaroided antigua, quinescopio y ortikon, no ves ni carajo detrás de esas bambalinas esperas ver salir un mago, pero no, allí florece Doña Delicias, como la de la Mayonesa pero sin pañuelo en la cabeza, con abrigo de piel de oso, eso si, ecologista mi suegra. Así es ella, ¡Doña Dora Que Se Ríe! , Y te abraza, y te besa y no para de reír y te prepara el desayuno en el espacio que media entre el nacer de su risa y el manar de salida de su pozo cantador, porque de tanto reír Dios le dio otra manera de hablarle al mundo - un susurro de canción infantil- los médicos dicen que se quebraron sus cuerda vocales y por ello dice de esa manera, ¡Que va mi socio eso no es verdad! Ella canta para que lo entiendan los perros del patio y las palomas de la vida, Dios le dio el susurro en esa anatomía, sino por que te habla bajo y se ríe como Pavarotta, ya copiaste man estaba en casa. Todo este viaje vale ese instante. ¿Que, crees que te quedaste en eso? Na, viejo suspenso y chance para ver si queda alguna pata por ahí. Alejandro Roca, mide lo que un cuarto del barrio del Zar Eusebio pero sin barbacoas y limpio que no te puedo ni contar. Así como Santa Clara, de limpio, de largo no mide diez minutos, y caminando lento, haciéndote el interesante para que la gente murmure es el novio de Mariela o el yerno de la Dora, once minutos. Tiene ese olor a tierra húmeda y el color depende del tiempo igual que los ojos de mi novia. Puede brillar de asfalto y sol y en minutos Londres a pulso, gris, melancólico y soñador. No ha llegado el cine, así que Chaplin Y Buster Keaton están por descubrir. Pero tiene putas, no las vi pero mi Mariela me hablo de ellas y mi cuñado tambien y tienen un bar donde son mas dueñas de su espacio que Zar Eusebio, de la calle de Madera, allá en la Habana Vieja. Are you Copy? Te juro que me gustaría ver la imagen de esas ladies de las noches sin estrellas, en el supermercado comprando leche por la mañana o tomando el mate a las cinco con sus facturas recién horneadas. Y las fuerzas vivas de la zona haciéndose los chivos con tontera y por la noche, escape de Alcatraz que tu conoces. Las mujeres de las fuerzas vivas jugando Lotería entre ellas y todas diciendo de lo ocupados que están sus maridos esa noche viendo el partido entre Chacarita y Lanus. Y ellos metiéndole el penalti de la noche a aquella brasileña de acento porteño y culo de samba, bom chi bom chi bom, bom gooooooooooooolllllllllll. Y el tipo regresando con diez whiskys entre pecho y espada y aquí mi hermano no ha pasado nada y suspendieron el partido por la tele, que jodidos son estos tipos de Buenos Aires que no programan bien las cosas y así hasta la eternidad. ¿Y el recibimiento de la pura de Mariela que? Bestial, mi hermano con unas milanesas caseras, que el bloqueo se fue para el carajo en cinco minutos. Esa señora tiene una mano para la cocina, de que te cuento. Entra en su feudo, el aire y el tiempo se detienen, Dora empieza entonces con su orgía de olores inimaginados y trasplantados forever pa tu nariz, en un instante sacan su cabeza duendes extraños, potes que no encuentras en el mercado de Santa Catalina, especies que provocaron guerras, lujuria de los sabores y los colores, sonidos caseros diferentes trepidación de teflones repletos de delicatesem y desespero de nariz, aquella mujer que tiene más velocidad que Juantorena cuando Hector emocionaba, con el corazón en la mano, esa señora deja a Van Damme y compañía en un pedazo de ladrillo bailando chacarera y así en menos de que te lo cuento y con dos pases mágicos esta listo El Fetecum y tu empiezas a babearte y a soñar con los Conquistadores del Fuego el día Que Chocaron por Primera Vez con el Mamut Tostado, así estaba yo consorte con aquellas suegreras gastronomías y al fin tuve suegra carajo, Es una zambra diferente, no la puedes imaginar formas parte de ella y esta predestinada para ti. ¡Que lindo hablar bien de las suegras! Sentarme en aquella mesa hace 12 horas, cuando estaba en la estación de trenes de Retiro era un inventoun arrebato, ahora aquí rodeado de mi Mariela, la Dora, mi suegro y la telenovela argentina de la 1. 30 pasado meridiano es una realidad... Porque sí, mi suegro mira telenovela y doma caballos, y no se puede hablar, mientras aquellas gentes se matan de celos, rencores y tarros. Miras aquella pantalla y aparece el protagonista que le meten un palazo al carro del carajo y se queda tonto del culo, se le olvida todo, todo, y le puedes decir que mañana le toca guardia con Fina la del CDR 7 y te dice que ¿a que hora? y dos horas antes era ejecutivo de la Shell, esta bueno eso, pero debería pasarnos a nosotros al revés y amanecer en Cayo Largo con Drew Barrymore en una islita privada aunque no te vea nadie y a los cinco días estés muerto por contárselo al mundo... pero al final recobra la memoria y todo esta bien, tremenda niña con cara de boba, pero es la buena de la película y tienen hijos y son felices, y tu, cuando despiertas de tantas horas de boberías, estas en la Oficoda haciendo el cambio de la libreta de Productos Industriales, pero bueno, esta bien, mañana sabes que te tocan calzoncillos... Esa es la imagen primaria de mi suegro, que sueña en telenovelas , un tipo de ojos de mar, manos de acero y pelo extraviado, por eso le dicen COCO, no por malo sino por Calvo. Pero lo asume perfecto no como el calvo oficial de la televisión cubana, que tenia un pelo y le daba la vuelta por toda la cabeza y se pasaba de seguro dos horas para arreglarse el tocado aquel, te imaginas cuando le caía la ducha en ese sobreviviente, de seguro le llegaba a la cintura, esa cara delante del espejo ¡cojones! Y en ese mismo instante de Toilette tu tenias que correr delante del Tolete de la policía porque te querían cortar tu abundante, sincera y verdadera cabellera porque esa era larga de verdad y no ocultaba nada, al contrario, lo enseñaba todo y por ello te mandaban un cartelito para tu preuniversitario de diversionista ideológico, que quiere decir extravagante de mente, y tu le dedicabas al pelo tres minutos cada dos días para lavártelo y Que te lo peinara el viento, que contradicción antagónica del estilismo socialista, no. Sigamos con el COCO de mi suegro, natural y ganador de carreras de caballos, si, él apuesta y los cría y los convierte en Pegasos y en sueños y ganan premios y se hacen fotos y tienen trofeos y recuerdos para siempre como aquel que esta colgado en el cuarto de atrás de la casa que te toca por aclamación, hasta el día de tu boda, lo que quiere decir que aunque hayas vivido, amado, besado, descubierto los lunares y las pecas de tu novia en La Poma, aquí de Eso no se habla o lo que es lo mismo pero no es igual, tu novia y tu duermen en camas separadas hasta el 12 de Abril en la Madrugada. Por que así lo han decidido Don Coco y Donna Dora, a mirar el cuadro de los trofeos o si a mano limpia hasta el día que te toca. Pues mi suegrito como buen verseador cordobés, cuando yo con cara de susto, me acomodé en aquella camioneta, sin poner todavía todas mis fatigas y sustos madrugadores en claro e intentaba poner en camino mi primer dialogo suegrístico, El gracioso Coco me dice que no se llama como se llama sino cuando le da la gana que lo llamen así. Que susto compadre y de pronto con esa sonrisa socarrona y feliz me dice pero me puedes decir Coco y yo sin saber si reírme o meterme debajo del asiento la Mariela y mi primer día de suegro desternillados de mí. En fin que 48 horas después él era como un Tour Manager del pueblo enseñándome los campos de maní, la planta de procesado del 1er mundo en aquellos parajes, y el aeropuerto del padre de Valentina y entonces descubrí que él era un Pequeño Príncipe que no volaba y que sus asteroides todos estaban por descubrir y por eso llevaba pegado a su cara una parte del cielo azul debajo de sus cejas... él si era previsor sino podía volar aviones entonces su ojos volaban mas allá del campo de maní, del pueblo, del país, del planeta... Ese señor puede un día calentarte los huesos con la madera que cortó para tus fríos interiores y otro día ser un empedernido Romeo de sus años postergados. En fin un leñador de sus sueños. Como siempre la memoria te guarda reflejos que se confunden en la realidad de lo vivido y lo que inventas. El sueño ese aliento de la noche, te sorprende y te amenaza esa memoria. Al cerrar los ojos, las pestañas se van de fiesta y por esas pequeñinas rendijas que dejaron las vigilantes trasnochadas se infiltran los reflejos de la luna. Ella cambia entonces las manecillas del tiempo, te mezcla lo real y lo imaginario en un solo trago. Así, de un solo sorbo, sin dejar una gota en la Copa y tu te envuelves en ese manantial de duda. Así me asalta El Día de la Boda de la Dora, mi asereje. La mañana se levantó fría de verdad. Muchos leños cortados por mi suegro para mis entumecidos huesos y muchos de reserva. Esa es su dote. Yo con medio ojo pegado y medio que no quería abrir, y con la necesidad de bañarme - Era mi día - y no tirar el agua para la pared como hacia en la Escuela al Campo del 70, Puerco nada, en Enero de Aquel año, allí en aquel campo escarchado, cuando por ultima vez en mucho tiempo en aquel VEF, oí a Come Together a Los Beatles, se me peló Aquel culo de frío sembrando caña no para ti como la canción de Tosca sino para los Diez Millones de Aquel Van Van, Yuya Martínez así se llamo Yuyuyuyuya. Aquel Año. Así es la memoria de friolera. Pues me bañé, en el bajo cero , aunque no me lo crea y salí con mi cara del color del salmón acabadito de brindar en la Embajada de Suecia osease rosadito y listo para la pelea. Y de golpe compadre, la añoranza y todas las tristezas de que mi viejo, el Carba, el progenitor no me estuviera esperando en La Habana, en el teléfono para hacerme llorar como aquel día que lo llamé desde Barcelona y el muy hijo de puta querido mi dijo que Industriales acaba de perder el Campeonato de Pelota con Villa Clara y yo no lloré ni por Germán Mesa ni Padilla, los Lennon y Mc Cartney del doble plays, sino porque su voz guajirísima me lleno de encuentro todas las gelatinas de mis huesos con su Mijo como estás. Y hoy ya no jodía a mi madre, sino se perdía jugando Dominó o metiéndose mentiras con Juan Llanes y el inefable Víctor en el reparto bocarribas. El no conoció a mi Mariela, sino me la hubiera querido tumbar. Y yo lo extraño. Y me vino a la memoria y me convertí en poeta. Así se me ocurrió robarme un papelito y ponerme a hilvanar recuerdos y décimas como mi abuelo Tomas, que en Girón escribió aquello de Hay en San Juan un guerrero, que es más guapo que Maceo, que se ganó por trofeo, lo que hay en un basurero, decía un rifle yo quiero para matar los bribones, yankees mataré a montones, y el día que lo llamaron para ir a Soroa le hallaron, burandanga en los calzones... Y así mi abuelo se ganó de seguro un enemigo de por vida, pero se consagró cubanísimo, riéndose y jodiendo en los días que estremecieron al mundo, camino que continuo mi tía Tomasa que si se ganó premios y premios, guardados en el olvido del Hoyo de Monterrey. Con esos fantasmas me levanté la mañana del 12 de Abril del 2001.
Posted on: Mon, 21 Oct 2013 22:08:37 +0000

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