Lean no seas flojos e.e -El funeral. No estaba incómodo. En - TopicsExpress



          

Lean no seas flojos e.e -El funeral. No estaba incómodo. En realidad el camino hacia allí me había parecido algo molesto, como si hubiera algo malo, muy malo, en la ecuación. Pero, pensándolo mejor, era de lo más normal que me encontrara en aquel lugar. Era inclusive mi deber. Mi única obligación del día. - Así que tenemos que decidir algunas cosas, ¿señor…? –me habló el encargado. - Sí –salí del ensueño-, Wesley. Samuel Wesley –y le di la mano por tercera vez, mientras consideraba que debía dejar de hacerlo-. Oh, lo siento. Pensará que tengo una afición por darle la mano a las personas. - Nada de eso –se excusó-; está usted pasando por momentos difíciles. ¿Nos sentamos? –me invitó haciendo señas hacia unos sillones de lo más cómodos. Se sentó frente a mí y prosiguió:- Mi propósito es respetar sus deseos e intereses, antes que nada. ¿Puedo ofrecerle una taza de té? ¿Café? - No –sentencié deseando recordar su nombre-, quisiera terminar con todo esto cuanto antes. - En eso caso, comencemos. ¿Qué tipo de funeral desea? ¿Hay alguna tradición religiosa o cultural que debamos tener en cuenta? - No. - ¿Algún lugar? ¿Algún nivel de privacidad? - No, no lo creo. - ¿Desea que el cuerpo esté presente? Es decir, ¿quiere usted un velatorio? ¿Ataúd abierto o cerrado? - Eso no lo hemos decidido aún… - Es de suma importancia considerar también si querrá enterrar o cremar los restos de su padre. - Esto es demasiado para mí –me quejé y me paré susurrando alguna maldición. Mi interlocutor me observó con piedad y me ofreció un pañuelo, pero negué con el rostro. Me toqué el puente de la nariz con dos dedos y suspiré. No me había dado cuenta que me dolía la cabeza. Tomé mi celular del bolsillo y mantuve presionada la P hasta que luego de dos tonos respondieron. - No mencionaste que habría tantas cosas para decidir –me quejé al teléfono y el encargado de la funeraria decidió darme privacidad, pero se detuvo en seco cuando me oyó decir:- ¿te entierro o te cremo? No me quedaré a debatir sobre el descanso eterno. Jamás te importó un bledo la religión. Tampoco tu cuerpo, si no lo hubieras cuidado un poco más –aguardé las respuestas y las quejas unos segundos más y luego corté la comunicación sin despedirme-. De acuerdo –le dije al hombre que me observaba atónito-, mi padre quiere un funeral tradicional o al menos sabe que no pagaré por mucho más; un velatorio a cajón cerrado, sin toda esa mierda de vestimenta especial o embalsamamiento, en su propia casa: sin alquiler de ninguna sala especial ni servicio de transporte para los familiares. De todas maneras no creo que vaya mucha gente y, el que vaya, que lo haga por sus propios medios. Yo no le subvenciono el pasaje a nadie. ¿Se puede prestar un ataúd para ese rato? –el encargado negó con el rostro, imposibilitado de hablar- Bueno, lo tiran o lo lavan y se lo quedan más tarde. Me da igual. No necesitaremos cripta o parcela en el cementerio, hemos decidido optar por la cremación. Y después quien quiera hacerse cargo de las cenizas, bienvenido sea. O las dejaré en la casa de mi padre, que las deseche aquel que se haga cargo del maldito lugar. ¿Algo más? - Bueno… lo que acaba de describir, señor Wesley, no es precisamente un funeral tradicional. - Llámelo como más le guste. Es lo que quiero. - Pero no se puede dejar el cuerpo del fallecido en un velatorio sin embalsamarlo, quiero decir, no sólo es ilegal, sino que… Imagine usted –y tragó saliva, incómodo. - Entonces vamos por la cremación directa. Mi padre pasa a mejor vida y que todo su recuerdo quepa en una urnita. - En ese caso aún podemos hacer un servicio conmemorativo para familiares y amigos… - No, mejor no. Cuando antes me saque todo esto de encima, mejor. - ¿Pero su padre aún no ha…? - No se preocupe –se me hinchó el pecho de cansancio y resoplé-, ya no falta mucho. Pasaré en la semana a pagar por todo, tenga listo el presupuesto y cualquier papel que haya que firmar. - Sí. Sonreí cordialmente pero sin ganas, tomé mi campera y me largué de la funeraria olisqueando sin querer aquel olor a muerte que estaba impregnado en cada centímetro. Afuera hacía un lindo día y me dispuse a desacelerar el paso, apreciando la vida a mi alrededor. -z©
Posted on: Tue, 06 Aug 2013 19:35:13 +0000

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