Leyendo la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Servicio Exterior, cuyos extractos fueron tema editorial en El Nacional, no queda sino reiterar que este régimen de quince años es el rey del doble lenguaje. Por un lado, ponen al soplón Snowden como un ejemplo para el mundo y hasta le ofrecen asilo, y por el otro, en uno de los artículos establecen de forma imperativa que los funcionarios de Cancillería quedan impedidos de revelar información sobre la cual hayan tenido conocimiento durante su ejercicio profesional. De hecho deberían guardar estricto silencio hasta 30 años después de cesar la relación laboral. Quien rompa su silencio e incurra en ese delito será considerado un traidor a la patria. ¿Si la información de que disponen sea sospechosamente delictiva o dañina a los intereses de la nación también deben callarse? Escondite será de corruptelas y francachelas de los más altos funcionarios que sin preparación alguna, ni educación suficiente, han sido enviados a representar al país por todo el globo. ¿Lo que pasó en la embajada en Kenya con el asesinato de la embajadora Olga Fonseca tras pedir que no le enviaran más valijas contentivas de “algo muy malo” entonces no podrá ser contado? Los mismos rojos acabaron con al trabajo de tres ministros de exteriores del proceso que hicieron lo posible por actualizar la ley al mundo diplomático de hoy…
Posted on: Thu, 15 Aug 2013 14:58:31 +0000
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