Llatinos de Corazón En esa madrugada, el romántico sonido del - TopicsExpress



          

Llatinos de Corazón En esa madrugada, el romántico sonido del pequeño caudal del Río Tambos, fue interrumpido, por la cadencia de pasos de caballos con herradura. Los ritmos, de los golpes de las herraduras, en las calles empedradas, de la subida del puente Tambos, hacia LLata, eran diferentes. Uno de los trotes de los caballos era más rápido que los demás. Cuando se vio a los caballos se explicó. Era de un caballo de paso. Eran tres montados que arriaban unas acémilas de carga. Mulas, burros y caballos de carga. De 12 a 15 acémilas. Venían desde Monzón. Hablaban de Tantamayo. De Chuquibamba y el oro. De las jornadas que les faltaba para llegar hasta Huaras, vía San Marcos. El acento del Quechua, denotaba una energía de hombres fuertes y acostumbrados a la intemperie. En el alojamiento, desensillaron las acémilas en el muladar. Los proveyeron de pasto fresco y agua. Tenían que descansar un día y sus dos noches. El jefe de los arrieros era pariente del dueño de la casa que los hospedaba. En la mañana un caliente y abundante Yacu Cashqui, fue el desayuno. Se sirvieron en mates y se hirvieron en grandes ollas de barro, El olor a eucalipto de la leña y de la muña añadida al caldo llenaba el movido ambiente. Los viajeros ofrecieron “Orejones”. Plátanos maduros secados en almíbar. Pero con alguna tecnología, los ponían crujientes y glaciados. Deliciosos. El sabor queda en la mente, no se pudo repetir el deleite de tan increíble manjar. Estábamos saboreando en plena sierra, en Llata, un producto Procesado. Una fruta seca, elaborada en la Amazonía Huamaliana. Los aparejos de carga y las monturas de los arrieros estaban bajo techo. La carga, se colocó bajo un toldo de jerga (Tejido de lana de ovino, para costales), impermeabilizada con jebe de caucho. Por supuesto. La jerga era de Llata y el caucho de Monzón. Se notaba el toldo pesado y fabricado a mano. La jerga era gris con algunas fibras negras. El lado impermeable era de color beige, semi transparente. La carga eran fardos de jerga, contenían hojas secas de coca. Los arrieros abastecían de las hojas de coca a las cuencas del alto Marañón, pasaban al callejón de Los Conchucos para dejar en San Marcos y Chavín y enrumbaban al callejón de Huaylas, para Huaraz y sus pueblos vecinos. Estaban siguiendo un camino ancestral. El Capac Ñan. Posiblemente por esta ruta llegaba la hoja de coca al gran Templo (Cámara de sonido) de Chavín de Huáncar. Desde el Monzón. De madrugada ensillaron y partieron. Dejaron un profundo silencio y un recuerdo digno de compartir. Al día siguiente, entró por Rondos el Postillón. Traía el correo. Venía desde Aguamiro. Montaba un caballo negro y jalaba una fuerte y grande mula. En bolsas impermeabilizadas venían las cartas y las encomiendas. ¿Llata, 1948? Santos Jaimes Serkovic
Posted on: Fri, 01 Nov 2013 18:50:23 +0000

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