Llegó esa noche a su casa por la ruta de costumbre. Los tiempos - TopicsExpress



          

Llegó esa noche a su casa por la ruta de costumbre. Los tiempos calculados de una rutina que le permitía sentirse seguro en esa ciudad devastada recientemente por la guerra territorial de narcotraficantes fronterizos. Abrió con movimientos ágiles la puerta del garaje, saludó a su Pastor Alemán e hizo un mohín de disgusto al gato sinverguenza que su hijo había conseguido por 22 pesos en un parque cercano. Luciano Monteverde, profesor universitario desde hacía poco más de dos décadas y funcionario público osesivo del orden repitió, como de costumbre, dos, tres veces, los mismos movimientos para verificar los cerrojos de las puertas. No sabía que un candado interno quedaría abierto esa noche, revisó con cuidado puertas y ventanas pero el click de su lap top activó su enmohecido corazón al ver una solicitud de amistad en la red social que visitaba noche a noche. No prestó mayor atención a una cara bonita más, seguramente alguien aburrida buscaba amigos o simplemente perder el tiempo. Eran las 10: 22 p.m. Tomó sus prendas deportivas e hizo, como de costumbre, su hora exacta de ejercicio. Pesas para brazos, hombros y un poco de abdominales. Se jactaba que pocos muchachos pudieran hacer las 50 lagartijas que él hacía aún sin calentar. Revisó la agenda del día y no observó ningún asunto importante para la mañana siguiente. Suspiró y pensó en otra larga noche que acortaría con dos copas de vino tinto de regular calidad y algunas frases amigables a los desvelados. Abrazó con ternura rechazada a su adolescente hijo y le indicó, en tono casi marcial, que diera de comer a las mascotas y preparara algo frugal para cenar. El muchacho obedeció y mascullando maldiciones por tener que dejar si iphone por 10 minutos se propuso despachar sus nocturnas tareas. No anticipó el Dr. Monteverde que esa noche el destino esperaba, pacientemente, a que se sentara frente al monitor. Llegó la hora por su sino concertada y compareció frente a esa imagen fresca y de facciones difusas por lo lejano de las fotos y la cuestionable cantidad de los pixeles. Hombre de letras, experto en el discurso y la oratoria, sabía de antemano las respuestas a sus inquietantes preguntas. Respondió la solicitud de amistad y aventuró, fingiendo equivocarse de ventanilla, un sugerente -Hola hermosa! ------------------Mañana le seguimos amigos.
Posted on: Wed, 18 Sep 2013 00:43:01 +0000

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