“Lo bueno no es bueno cuando se espera algo mejor”, decía el - TopicsExpress



          

“Lo bueno no es bueno cuando se espera algo mejor”, decía el historiador inglés Thomas Fuller. Y si recientemente hablábamos de que este lema se le podría aplicar perfectamente a Karim Benzema en el Real Madrid, también es un eslogan que le queda como anillo al dedo a Gareth Bale. El galés lleva una media de un gol en apenas 132 minutos con el Real Madrid. Magnífico dato a su favor, y ya se sabe que los números no mienten. Claro que quizás queda eclipsado cuando recordamos que es que apenas ha podido jugar partido y medio en las seis semanas y ocho encuentros que se llevan disputados desde que llegó a la capital española. Siempre apartado por las lesiones y los problemas musculares. Ese dato tampoco miente. Y como sí es cierto que se espera mucho más del ‘11’ merengue, el balance de los goles termina por no ser bueno, conceptualmente hablando como decía Fuller, para quedar como insuficiente a los ojos de todos. Hasta aquí, hasta hace dos semanas tras el partido ante el Levante, es de suponer que todo lo que le sucedía a Gareth Bale estaba relativamente bajo control. No había hecho una pretemporada al uso, llegaba a un equipo nuevo, que también acusaba la llegada de un técnico nuevo. Se puede aceptar tranquilamente que el ex del Tottenham tardara en arrancar. No había mayor problema hasta ahí. Claro que la noticia de Marca informando de que el jugador tenía una hernia, y que le fue vista durante la revisión médica el día de su presentación, ha dado un vuelco radical a la percepción que hoy se tiene de Gareth Bale. Entre el madridismo y entre el aficionado al fútbol en general. Pues la duda sobre su estado físico ya está sembrada. Y ha empezado a germinar, de hecho. Pese a que el Real Madrid haya negado de todas las formas que tenía a su disposición que el jugador necesite hoy de una operación, o que lo que ellos calificaron de una protrusión discal pueda ser considerado como una lesión grave. ¿Y por qué se ha generado la duda? Pues aparte de por la lógica asentada en la sociedad de que los medios de comunicación informan, que no inventan, también porque no es la primera vez que sucede algo similar en el Real Madrid. Y el club está en su derecho de no desvelar nada a sus socios, si no lo quieren así. Faltaría más. Pero se arriesgan inevitablemente a que la repercusión después de ser desvelado sea doblemente negativa: por el hecho en sí, y por la ocultación inicial. ¿Hubiera sido tal la onda expansiva y la ansiedad generada si el Real Madrid en la primera semana comenta públicamente y con total naturalidad que Gareth Bale, o cualquier otro jugador, tiene esta o aquella dolencia, pero que se va a seguir uno u otro tratamiento? Seguro que no. Y sin embargo a día de hoy no sólo se duda del estado de forma del propio futbolista galés, sino también de la gestión del fichaje del Real Madrid, pagando semejante fortuna sabiendo su dolencia, para después mantenerla en el cajón de las sombras, como tratando de evitar que nadie pudiera luego pintarles la cara. La repercusión, como decíamos, es doblemente negativa. Una situación que recuerda inevitablemente a la que se vivió con Ricardo Kaká. Otro grandísimo jugador fichado a golpe de talonario, y que llegó con problemas físicos. O al menos, éstos se reprodujeron estando en Concha Espina. Una operación, una baja, otra, un paso por la enfermería, un Mundial, decenas de partidos que caen en saco roto, y al final el madridismo se quedó sin ver al Kaká que esperaban cuando fichó, sin terminar de saber en sus primeros años qué le sucedía exactamente en ese infantil juego de falsa protección por el qué dirán fuera de los muros de Valdebebas. Este verano fue cuasi regalado al Milan, y todavía los hay en el club blanco que dicen que su contratación fue rentable. Incomprensible. Y después de aquello, todavía se repite el guión con Gareth Bale. Lo que provoca que hoy ya haya aficionados que se lamentan ante la no tan hipotética posibilidad de que el fichaje de Gareth Bale no sea tan fructífero deportivamente, cuando hace apenas mes y medio andaban relamiéndose en su presentación. El brasileño puede ser considerado el peor fichaje de la historia del Real Madrid, y hoy ya los hay -comprobado- que temen que Gareth Bale pueda arrebatarle ese honor. Y el caso es que el jugador ha entrenado con aparente normalidad esta semana, según siempre los medios oficiales del club. De hecho, siendo así, no se descarta que pueda tener algunos minutos ante el Málaga, ante la Juventus, o ante el Barcelona incluso. Nada mejor que eso para enterrar los fantasmas de una lesión grave, desde luego. Aunque detrás de ese árbol seguirá el bosque, y sólo será con el tiempo, cuando pasen las semanas y los partidos, cuando se comprobará si efectivamente Gareth Bale arrastra unas molestias graves, o si al final las protrusiones son tan habituales como quien baja a comprar el pan. Como si los 91 (o 101, en otra incomprensible indefinición) millones de euros no hubieran sido suficiente presión ya sobre las espaldas de un jugador de 24 años con un bagaje de apenas nueve partidos en Champions League. Con lo fácil que hubiera sido actuar con naturalidad en su momento…
Posted on: Thu, 07 Nov 2013 01:19:37 +0000

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