Los falsos herederos de Miguel Hidalgo A través de una - TopicsExpress



          

Los falsos herederos de Miguel Hidalgo A través de una exhaustiva investigación que realizó el doctor en historia y experto en genealogía de la UNAM, Javier Sanchiz Ruiz, se concluye que el Padre de la Patria no tiene descendencia viva comprobada Saltillo, Coahuila.- Hace tres años, en este mismo mes, un hombre de barba, piel morena, pelo medio cano y encrespado, concedió una entrevista en un restaurante de Cuernavaca, Morelos. Era Jorge Arturo Hidalgo Toledo, llevaba una fotografía de su bisabuelo y un árbol genealógico. Aseguraba ser descendiente de Miguel Hidalgo y Costilla. Este reportero de VANGUARDIA viajó hasta aquella población en busca de uno de los hombres que se decían portar la sangre del Padre de la Patria, guiado por el blog de la Familia Hidalgo, donde incluían parte de la investigación documental que los ligaba con el héroe nacional. Era septiembre de 2010 y la euforia por el Bicentenario de la Independencia de México destapó una decena de supuestos hijos de Miguel Hidalgo y Costilla. Reportajes, blogs, documentales y hasta una película inspiraron los presuntos herederos. Hoy se sabe que todos son falsos, así lo arrojan pruebas documentales de un investigador de la UNAM. Cuatro mujeres se le han atribuido al sacerdote iniciador de la Independencia, numerosos autores mexicanos, algunos de renombre, lo han afirmado durante décadas; todos coinciden en que Manuela Ramos Pichardo, Josefa Quintanar, Bibiana Lucero y una apodada ‘Fernandita’ tuvieron hijos con Miguel Hidalgo. Aunque hay registros más antiguos de personas que se dijeron hijos o nietos de Hidalgo para reclamar una pensión de parte del Gobierno, en las postrimeras del Bicentenario algunas familias saltaron a los medios de comunicación por afirmar ser descendientes del cura de Dolores. En 1985, por ejemplo, el gobierno del estado de Guanajuato reconoció públicamente a la familia Vázquez Mendoza como la quinta generación de descendientes de Miguel Hidalgo con Josefa Quintanar, y en el 2010, Jorge Arturo Hidalgo Toledo, afirmó ser descendiente de Lino Mariano, presunto hijo del Padre de la Patria con Manuela Ramos. Fue un investigador, el doctor en Historia y experto en genealogía de la UNAM, Javier Sánchiz Ruiz, quien desenmascaró estos mitos por medio de pruebas documentales, indagando en los documentos eclesiales de aquella época y encontrando falsificaciones, engaños, cambios de apellidos, paternidades inventadas y hasta homonimia. “Al ir avanzando en la reconstrucción genealógica de numerosos grupos familiares, nos encontramos en varios libros de bautismos de las parroquias de la Ciudad de México, con unas actas sacramentales alteradas que mencionaban a la familia Hidalgo y Costilla. Profundizamos en el tema para tratar de dilucidar a que se debía”, dijo Sánchiz Ruiz durante entrevista con VANGUARDIA. La investigación tuvo como fruto el texto Las falsas paternidades del Padre de la Patria, que fueron publicadas en el 2012 en la Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal. La principal conclusión, contestó Sánchiz Ruiz, “no hay sustento documental que permita afirmar la existencia de hijos de don Miguel Hidalgo y Costilla”, Desmiente a autores El trabajo de Sánchiz Ruiz primero menciona las fuentes de los mitos que ahora desenmascaró, cita que la primera referencia que se tiene de una publicación sobre estas presuntas relaciones del Padre de la Patria es don José María de la Fuente, en su libro, Hidalgo Intimo. “El párrafo del doctor De la Fuente que dio origen a esta leyenda es el siguiente: Antes de ir Hidalgo a San Felipe, era ya padre de dos hijos, habidos de sus relaciones con doña Manuela Ramos Pichardo, y fueron éstos doña Agustina, que acompañó a Hidalgo algún tiempo en la revolución, y Lino Mariano”, dice el texto de Sánchiz. Basados en esta primera referencia, otros autores continuaron difundiendo tal información, la cual careció todo el tiempo de un fundamento documental que corroborara su veracidad. Entre esos autores se encuentra Ricardo Covarrubias que en su texto ‘El cura Hidalgo’, escribe “no escondió su aversión al celibato y se tienen noticias de que formó tres familias diversas: la de Valladolid con doña Manuela Ramos Pichardo; la de San Felipe Torresmochas con Josefina Quintana y la de Bibiana Lucero”. También el saltillense, don Artemio de Valle Arizpe repitió este mito en uno de sus textos sin incluir ninguna prueba, ni de la veracidad de la información, ni de donde había obtenido tales datos. “Las hijas que había procreado en doña Manuela Ramos Pichardo y en Josefa Quintana vivieron a su lado, tales como doña Micaela, doña Josefa y doña Agustina, a las cuales nunca trajo consigo”, escribió De Valle Arizpe. Pero no son los únicos, la lista incluye a Pablo G. Macías, Jesús Silva Herzog, Juan N. Chavarri, Ezequiel Adeodato Chávez, Óscar René Cruz Oliva, Luis Castillo Rendón, Mario Moya Palencia, Armando Escobar Olmedo, José Luis Trueba Lara y Jesús Amaya Topete. MANUELA RAMOS PICHARDO En la entrevista que VANGUARDIA tuvo en septiembre de 2010 con Jorge Arturo Hidalgo Toledo, éste reveló lo que pareció un contundente árbol genealógico que lo ligaba a don Miguel Hidalgo por línea paterna, y aseguraba que de ahí se desprendía su apellido. “Mi papá se llamaba Lorenzo Hidalgo Peña y mi abuelo Juan Hidalgo, mi bisabuelo fue Román Alejo Hidalgo, que en los libros de algunos historiadores, entre ellos Jesús Amaya Topete, siempre se menciona que Hidalgo tuvo descendentes. Se habla de Lino Mariano, con su primera mujer, y a las hijas que tuvo con Josefa, y a los de Bibiana”, dijo Jorge Arturo. En su momento y en el propio blog de la familia Hidalgo Toledo, Sánchiz Ruiz dice que les hizo saber que, para empezar, ellos tenían un error en la documentación de su genealogía, pues encontró que en línea ascendente, ni siquiera provenían de Lino Mariano. Consultando las fes de bautismo y actas de matrimonio, el investigador encontró que efectivamente, Jorge Arturo Hidalgo si es hijo de Lorenzo Hidalgo Peña y su abuelo, Juan Hidalgo Medinilla, pero su bisabuelo, Alejo Hidalgo Loza, no es hijo de Lino Mariano, supuesto primogénito del Padre de la Patria, sino que consta en actas que es hijo de José Hidalgo Gordillo nacido en 1803 y éste a su vez, de Cristobal Hidalgo Rosas, casado ya para 1793. “En el caso de algunas personas que decían descender del cura don Miguel Hidalgo y Costilla, y que publicaron y difundieron por la Web dicha filiación en blogs y árboles genealógicos, les dejé mensajes y comentarios al respecto en sus espacios sin haber obtenido ninguna réplica”, contestó el investigador a la entrevista de VANGUARDIA. Sin embargo, señala, aunque hubiese sido cierto que los Hidalgo Toledo descendieran de Lino Mariano, tampoco podrían presumir de llevar sangre de los Hidalgo y Costilla, porque Lino tampoco la llevó. El embuste De Manuela Ramos, el investigador encontró un acta de matrimonio de 1791 en la Catedral de la Ciudad de México, casándose con Manuel Reyes del Rio, con quien tuvo a Mariano Lino Reyes Ramos, en 1792, y a otros tres hijos, Calixto, María Josefa y Guadalupe Martina, no encontrando descendencia de éstos últimos, solo de Lino Mariano. Según archivos de la parroquia San Miguel Arcángel, Lino fue bautizado el 23 de septiembre de 1792 y se casó en la parroquia San Pablo Apóstol el 27 de julio de 1826 con Petra Aboytes, con quien tuvo dos hijos, Juan Reyes Aboites, bautizado en la parroquia del Sagrario en 1826, y Guadalupe Reyes Aboytes. Sin embargo, Sánchiz Reyes encontró que existe un documento enviado por Petra Aboytes al Gobierno mexicano en el que solicita una compensación económica de las que se otorgaban a los descendientes de héroes de la Independencia. “En alguna fecha posterior a 1836, se insertaron tres partidas falsificadas en los libros de bautismo y matrimonio de la parroquia de Santa Catarina Virgen y Mártir, de la Ciudad de México, con objeto de convertir a los hijos de Manuela Ramos Pichardo en descendientes de don Miguel Hidalgo y Costilla, y con ello completar el fundamento documental para ser merecedores de las mencionadas pensiones”, escribe Sanchiz. En los libros de la parroquia Santa Catalina insertaron una falsa acta de matrimonio con fecha 25 de junio de 1820, entre Petra Aboytes y Lino Mariano, donde ya aparece éste con otro apellido. El acta no estaba en la hoja numerada del libro, sino que aparece en una hoja a la que remita la anotación marginal “véase al final del libro”. “En esta parroquia de Santa Catarina Virgen y Mártir, yo asistí al matrimonio in facie eclesiae contrajeron por palabras de presente don Mariano Lino Hidalgo y Costilla, hijo legítimo de don Miguel Hidalgo y Costilla, difunto, y de doña Manuela Ramos y Pichardo, con doña Petra Aboytes”, dice el acta. Lo mismo hicieron con sus hijos Juan y Guadalupe, de quienes existe una primer acta de bautismo con los apellidos Ramos Aboytes, y luego otros documentos, en otra parroquia, en hojas insertadas al final de libros, donde ya aparecen como Juan y Guadalupe Hidalgo y Costilla Aboytes, y se ostentan como nietos del cura Hidalgo. El porqué de dichas falsificaciones lo puede contestar un documento que Sánchiz Ruiz encontró en el Archivo General de la Nación, fechado en 1866, donde Petra Aboytes solicita del Gobierno del Imperio una pensión por ser viuda de Mariano Hidalgo y Costilla, la cual obtuvo, obteniendo 17 pesos con 5 centavos. De Guadalupe, su otra hija, posiblemente sea quien durante la presidencia de Porfirio Díaz solicitó y obtuvo una pensión por ser heredera del Padre de la Patria y que fue invitada de honor durante las fiestas del Centenario de la Independencia en 1910. JOSEFA QUINTANA Como lo publicó ampliamente un periódico, en 1985, al cumplirse 175 años del inicio de la Independencia, el Gobierno de Guanajuato reconoció a los hermanos Rodrigo, Enedina, Mercedes, María, María Dolores, Germán, María Esther, Víctor y Esperanza Vázquez Mendoza, como la quinta generación de descendientes directos de Hidalgo. Al evento realizado en Corralejo, municipio de Pénjamo, acudió a entregar el reconocimiento el entonces Secretario de Gobernación, Manuel Bartlet. La familia Vázquez continua afirmando que era un secreto a voces que descendían de Hidalgo, pero que fueron los historiadores de Guanajuato quienes se los confirmaron. Les dijeron que el antepasado que los liga con el cura Hidalgo es Micaela, a la que se decía, tuvo con Josefa Quintana. También esta información fue echada por tierra por el investigador de la UNAM, quien dijo en entrevista, no hay documentos para asegurar tal parentesco, solo que les hayan hecho una prueba de ADN. “Respecto al reconocimiento de 1985, sería interesantísimo conocer y analizar las pruebas documentales en las que se basaron para ello, o si hubo alguna prueba de ADN irrefutable (lo cual desconozco)”, contestó a la entrevista el experto en genealogía. Sánchez Ruiz sí encontró documentos que no solo muestran que no existe parentesco entre Micaela y el cura Hidalgo, sino que ésta ni siquiera es hija de Josefa Quintana Castañón, supuesta segunda mujer del cura. Para probarlo, señala dos actas de matrimonio, una de Micaela, de 16 años, casándose con Julián Mendoza en junio 1823 otra de Josefa, de 48 años, casándose un mes después, con José Antonio González. Lo contundente es que en ambos documentos nupciales, se declaran ambas hijas de don Julián Quintana y de Francisca Castañón, y luego, en el bautismo de la primera hija de Micaela en 1824, cuando aún vivía Josefa, ésta no aparece inscrita como su abuela. Pero, aunque Josefa inscribió en su acta matrimonial ser originaria de San Luis de la Paz, no aparece dicha localidad su fe de bautismo, y de Micaela no se ha localizado ninguna partida bautismal en la que se asiente ser hija de Josefa Quintana. Josefa tuvo otra hija, se llamó Vicenta y murió menor de edad. “No hay forma de corroborar la paternidad de Miguel Hidalgo de ninguna de las hijas de Josefa Quintana. Es irrefutable que las fechas de nacimiento de las niñas coinciden con la estancia del cura Hidalgo en San Felipe y cuando cambia a la parroquia de Dolores en 1803, pero no hay otro documento que lo confirme”, escribe Sánchiz. BIBIANA LUCERO Existe un periódico de 1880 que dedica un artículo a un tal Joaquín Hidalgo y Costilla, de quien se dice era un “octogenario, hijo del benemérito cura de Dolores, quien solicita un auxilio del gobierno de la patria, dando como prueba el ser el retrato mismo de su padre”. Otro periódico en 1882 atestigua que en la Cámara de Diputados Joaquín Hidalgo y Costilla, solicita una pensión, de la cual, se desconoce si se obtuvo, pero luego también da fe de que su muerte acaeció en mayo de 1883, a los 94 años de edad. El hombre, cuya esposa e hijo presentaban tales documentos en la Cámara de Diputados del porfiriato, se decía hijo de la que historiadores como Jesús Amaya Topete han dicho, fue la tercer mujer del cura Hidalgo, doña Bibiana Lucero “Al poner en tela de juicio esta tercera familia, descubrimos que el citado Joaquín no nació en 1789 sino el 25 de marzo de 1820 y fue bautizado el 2 de abril en la parroquia de San Miguel Arcángel en la Ciudad de México”, dice la investigación, es decir, no podía ser hijo del cura Hidalgo, si nació 9 años después del fusilamiento de éste. Sin embargo, efectivamente, don Joaquín sí fue hijo de Bibiana con un tal Miguel Hidalgo, pero su segundo apellido no es Costilla, sino Espinoza, hijo de Domingo Hidalgo, originario de Puebla. ¿Cómo pues se transformó don Joaquín Hidalgo Lucero en, Joaquín Hidalgo y Costilla. Fue en 1880 con el bautismo de su nieta Teresa de Jesús Hidalgo Marroquín, cuando él cambió su apellido, y después en 1882, en la partida matrimonial de otra de sus hijas, Leonarda Hidalgo y Quijada, su padre firma como Joaquín Hidalgo y Costilla. LA FERNANDITA De la llamada Fernandita, de quien se hizo la leyenda de que era una hija de 17 años, o su amante menor de edad, no hay mucho que escribir. Los historiadores ya han documentado ampliamente el episodio en el que el cura Hidalgo en su camino a Guadalajara, llevaba consigo a un pasajero incógnito, en un carruaje cerrado. La leyenda dice que portaba al mismo rey español Fernando VII, pero que al llegar descubrirse que se trataba de una mujer, la llamaron “La Fernandita”. En realidad se trató de Mariana Gamba Pérez, hija de Antonia Pérez y Luis Gamba, éste último apresado en la batalla de Valladolid por los Insurgentes, y que Hidalgo prometió entregarles al llegar a Guadalajara (en realidad ya lo habían fusilado). Pero al mostrarse indispuesta doña Antonia, fue su hija Mariana quien acompañó al cura en un carruaje cerrado. Ella misma aclaró lo anterior en una carta que envió al Virrey Calleja el 20 de enero de 1811,. A manera de colofón, incluiremos la respuesta a una de las preguntas que le hicimos al investigador Javier Sánchiz Ruiz, quien durante los festejos patrios de este año se encontraba en un Congreso en España. —¿Tras sus hallazgos, qué opinión tiene ahora de las tres mujeres en cuestión, Manuela Ramos Pichardo, Josefa Quintana y Bibiana Lucero? —“La investigación no ha modificado una opinión previa. En todo caso, los juicios sobre las leyendas generadas, incidirían sobre parte de la descendencia de ellas, que aprovecharon circunstancias y momentos políticos para allegarse de una pensión al amparo de un injerto de memoria histórico”, contestó.
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 23:50:01 +0000

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